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2010-05-29 | Documentos de Trabajo | Indoamericano

En el M茅xico del siglo XXI

Los pueblos ind铆genas y las luchas por la liberaci贸n, la emancipaci贸n y la independencia

Conviene se帽alar las dos tradiciones de pensamiento de las cuales se nutre el concepto de naci贸n: por una parte, de la tradici贸n francesa heredera de la Revoluci贸n, que ve en la naci贸n a una entidad pol铆tica conformada eminentemente por ciudadanos iguales ante la ley; por otra, de la tradici贸n rom谩ntica alemana que se帽ala ante todo la existencia de una comunidad de cultura, una misma lengua y un origen 茅tnico com煤n


Por Ictzel Maldonado Ledezma

El siglo que termina ha visto la lenta descomposici贸n del pensamiento moderno. Incluso ha dejado percibir signos precursores de lo que podr铆a ser una nueva forma de pensar [鈥. Dos ideas forman parte de la modernidad; ambas derivan del concepto de una raz贸n universal y 煤nica, igual en todos los hombres y en toda 茅poca. El Estado-naci贸n es la primera. El Estado-naci贸n es una construcci贸n racional; el mundo entero es, para el pensamiento moderno, un escenario donde se enfrentan Estados soberanos. El progreso hacia una cultura racional es la segunda idea. Porque s贸lo hay una cultura conforme a la raz贸n: la occidental, de ra铆ces griegas y cristianas; las dem谩s tienen valor como estadios en evoluci贸n hacia esa cultura superior
Luis Villoro

I. M茅xico y la quimera moderna del Estado naci贸n.
En M茅xico, como en el resto de Am茅rica Latina, el llamado 鈥淓stado naci贸n鈥 surgi贸 a partir de la importaci贸n del modelo pol铆tico europeo del mismo, el cual supone la existencia, sin m谩s, de ciudadanos presuntamente iguales y sin distinciones 茅tnico-culturales, que 鈥渃onviven鈥 en el marco de dichos Estados en un ambiente carente de conflicto. La realidad, sin embargo, ha sido otra: no s贸lo aqu铆 en los pa铆ses de la regi贸n latinoamericana, sino en los mismos pa铆ses europeos, actualmente se hace patente la crisis por la que atraviesa ese binomio quim茅rico del Estado naci贸n, el cual lleva impl铆cita en la misma expresi贸n todas sus contradicciones inherentes. Primero, porque un Estado no es lo mismo que una naci贸n; segundo, porque el Estado es, por definici贸n, una entidad de car谩cter pol铆tico, y la naci贸n, si bien ha adquirido con el tiempo una connotaci贸n pol铆tica -sentido en el cual se le ha equiparado err贸neamente con el Estado-, no se agota, ni mucho menos, simplemente en eso, sino que es menester entenderla como una entidad substancialmente cultural.
As铆, hist贸ricamente se ha concebido al Estado naci贸n como si ambos 鈥揈stado y naci贸n- constituyeran una unidad natural, y se ha ocultado el hecho de que responden a procesos distintos de configuraci贸n, si bien en un momento hist贸rico determinado convergieron. Como se帽ala Luis Villoro: 鈥淣aci贸n鈥 no siempre estuvo ligada a 鈥淓stado鈥, su noci贸n tradicional, anterior a la 茅poca moderna, no implicaba necesariamente soberan铆a pol铆tica. Muchas 鈥渘aciones鈥 pod铆an coexistir bajo el mismo imperio o reino sin m谩s v铆nculo pol铆tico entre ellas que el vasallaje a un soberano com煤n鈥.[1]
Conviene se帽alar las dos tradiciones de pensamiento de las cuales se nutre el concepto de naci贸n: por una parte, de la tradici贸n francesa heredera de la Revoluci贸n, que ve en la naci贸n a una entidad pol铆tica conformada eminentemente por ciudadanos iguales ante la ley; por otra, de la tradici贸n rom谩ntica alemana que se帽ala ante todo la existencia de una comunidad de cultura, una misma lengua y un origen 茅tnico com煤n.[2]
Seg煤n la primera tradici贸n, la naci贸n es principalmente una comunidad pol铆tica constituida con posterioridad al Estado, como lo muestra la misma experiencia hist贸rica de la Francia revolucionaria y la construcci贸n de la naci贸n francesa en la 茅poca napole贸nica. Por el contrario, la tradici贸n alemana se帽ala la existencia a priori de la naci贸n como fundamento necesario de un Estado, el cual ser谩 poco m谩s o menos que el instrumento de organizaci贸n pol铆tica que sirva a los fines de una naci贸n previamente constituida.[3] Como se帽ala Oswaldo Chac贸n Rojas, hist贸ricamente ha dominado la noci贸n pol铆tica de naci贸n sobre la que apela a su contenido cultural, lo cual explica la equiparaci贸n sin m谩s de la naci贸n con el Estado, sin diferenciaci贸n alguna de por medio, pretendiendo que son la misma cosa cuando se trata de entidades distintas. Seg煤n el pensamiento moderno, nos recuerda este autor, un Estado es una naci贸n y una naci贸n es un Estado, pretendiendo una supuesta homogeneidad 茅tnica, ling眉铆stica y cultural que es m谩s bien excepci贸n que regla.[4]
En la ra铆z de todo ello se encuentra la g茅nesis misma de las naciones y la diferenciaci贸n entre naciones tradicionales o hist贸ricas y naciones proyectadas o modernas, siguiendo la distinci贸n de Luis Villoro al respecto,[5] que coincide con la de Oswaldo Chac贸n Rojas de naci贸n en sentido pol铆tico y naci贸n en sentido cultural; ahora bien, hay que se帽alar adem谩s, respecto a los pueblos ind铆genas, que algunos de 茅stos en sus reivindicaciones pol铆ticas tienden a asumirse a s铆 mismos como naciones 鈥搈谩s que como grupos 茅tnicos-, lo cual no supone de ninguna manera que propugnen su secesi贸n del Estado mexicano para constituir, por ejemplo, un 鈥淓stado naci贸n maya鈥 鈥撁﹕ta ser铆a una l贸gica moderna-; son naciones en un sentido cultural 鈥搒iguiendo la tradici贸n alemana-, aunque esta autoafirmaci贸n nacional se relaciona con los usos pol铆ticos de dicho t茅rmino en la lucha de estos pueblos por obtener reconocimiento y respeto a su existencia dentro del Estado mexicano[6] y se refiere a la connotaci贸n cultural del t茅rmino, seg煤n la acepci贸n tradicional que proporciona Luis Villoro al respecto, y no a la acepci贸n moderna del mismo.
Por otra parte, es importante enfatizar, en relaci贸n a la problem谩tica de los Estados que forzosamente pretenden coincidir con una naci贸n, que la idea del Estado naci贸n es propia del pensamiento moderno:
[鈥 el Estado-naci贸n, como tal, fue producto o consecuencia de ese nuevo acontecimiento pol铆tico de fines de siglo XVIII llamado modernidad. En efecto, el desaf铆o de las ideas de progreso y modernidad ilustradas al antiguo r茅gimen medieval occidental, fue lo que propici贸 la secularizaci贸n de las ideas pol铆ticas y gener贸 las condiciones para que la idea de Estado nacional tomara cuerpo [鈥.[7]
No obstante, este modelo pol铆tico se encuentra en crisis debido a la emergencia cada vez m谩s evidente de las identidades 茅tnico-culturales que perviven al interior de los Estados pese a la pretensi贸n moderna de fundar Estados nacionales basados en la homogeneidad 茅tnica y cultural, es decir, Estados monoculturales y, por a帽adidura, etnocr谩ticos, donde un grupo nacional domine al resto.
En el caso de M茅xico y los dem谩s pa铆ses latinoamericanos 鈥揺s ineluctable e incluso imprescindible pensar a M茅xico en relaci贸n al lugar que ocupa en el contexto latinoamericano, y m谩s ampliamente, en el contexto internacional-, esta problem谩tica hist贸rica trajo como consecuencias que los pueblos originarios fueran dominados secularmente por un sector minoritario de sus sociedades, que ha detentado el poder desde la llegada a Nuestra Am茅rica de los conquistadores europeos,[8] pasando por la independencia conseguida en el siglo XIX 鈥揻ormal, hay que decirlo-, hasta llegar a los gobernantes del siglo XX, quienes dieron continuidad a la dominaci贸n impuesta hace ya m谩s de 500 a帽os a los pueblos ind铆genas. En el siglo XXI, el lastre de la dominaci贸n y la subyugaci贸n de la cual son objeto los pueblos ind铆genas latinoamericanos 鈥搚 concretamente, en M茅xico- no ha sido eliminado; existen avances en materia jur铆dica, sobre todo a nivel internacional,[9] pero ello no ha tenido su correlato en el plano nacional 鈥搑ecu茅rdese la fallida e ignominiosa reforma constitucional en materia de derechos de los pueblos ind铆genas de 2001, que hizo caso omiso de las demandas ind铆genas, as铆 como de los acuerdos establecidos previamente entre los gobernantes y el movimiento ind铆gena mexicano, y que desconoci贸 lo suscrito por M茅xico en instrumentos jur铆dicos internacionales de envergadura tal como el Convenio 169 referente a los pueblos ind铆genas y tribales de los pa铆ses independientes de la Organizaci贸n internacional del Trabajo -.

II. De la multiculturalidad como realidad sin m谩s a la interculturalidad como horizonte eut贸pico.
El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos. La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la r铆an, que la amanezcan todos.
Comit茅 Clandestino Revolucionario Ind铆gena-EZLN

[鈥 Pienso o quiero, un futuro plural; porque veo en 茅l la continuidad de una maravillosa diversidad de la experiencia hist贸rica de la humanidad; porque presiento lo que esa riqueza de la pluralidad significar谩 para las generaciones del futuro; porque creo en el valor de los muchos rostros [鈥 porque la vida es cambio, es diversidad.
Guillermo Bonfil Batalla

Inextricablemente ligado a la problem谩tica del Estado naci贸n, se encuentra lo relativo a la condici贸n multicultural de los Estados, no s贸lo dir铆amos de la actualidad, pues como se帽alamos l铆neas arriba, la compulsi贸n por homogeneizar culturalmente las sociedades tuvo lugar desde la constituci贸n misma de los (mal)llamados 鈥淓stados naci贸n鈥. As铆, la multiculturalidad -entendida como una realidad factual-, se refiere a la presencia de minor铆as 茅tnicas 鈥揷onformadas por efecto de las migraciones internacionales, tales como los 谩rabes, africanos y latinos que habitan en algunos pa铆ses europeos como Francia, Alemania, Espa帽a; as铆 como los chinos, cubanos, mexicanos, puertorrique帽os y dem谩s que habitan en Estados Unidos-; minor铆as nacionales 鈥搇os catalanes, vascos, andaluces, gallegos en el caso espa帽ol, o las First Nations en el caso de Canad谩-; o bien, pueblos ind铆genas, que coexisten con sectores dominantes de las sociedades de las que forman parte en condiciones de subalternidad y subordinaci贸n.
Tambi茅n se utiliza a menudo el t茅rmino de pluriculturalidad, como sin贸nimo de aquel, y ambos refieren, seg煤n se帽ala Le贸n Oliv茅: 鈥淟as situaciones de hecho en las que coexisten pueblos y culturas diversos. Bajo esta acepci贸n, se trata de t茅rminos factuales. Tambi茅n podemos decir que son t茅rminos descriptivos, porque describen un aspecto de la realidad social de nuestro pa铆s, de otros pa铆ses y del mundo鈥.[10] Es necesario se帽alar que la multiculturalidad es una realidad ineluctable de las sociedades humanas, y al decir esto, queremos dejar en claro que no nos referimos de ning煤n modo a la ideolog铆a multiculturalista de corte neoliberal que es utilizada para justificar sus estrategias de dominaci贸n; la multiculturalidad, como realidad factual del mundo y las sociedades humanas, es algo ineludible, y se ha hecho m谩s fehaciente a 煤ltimas fechas a causa de las migraciones internacionales. Como se帽ala Rodolfo Stavenhagen:
La multiculturalidad, con sus m煤ltiples facetas y vertientes, es una realidad de nuestro tiempo, que la globalizaci贸n no ha hecho m谩s que resaltar, que algunos denominan la esfera de lo glocal. Lo que m谩s vemos en la actualidad es su aspecto dram谩tico: sus genocidios, sus depuraciones 茅tnicas, sus desplazados y refugiados, sus motines y matanzas, su intolerancia rec铆proca.[11]
Sin embargo, es importante dejar en claro que las meras realidades multiculturales no garantizan una convivencia entre pueblos y culturas diferentes que co-habiten el mismo espacio social 鈥損or ello, hay que diferenciar sustantivamente la simple coexistencia de la convivencia-. A este respecto, Sylvia Schmelkes se帽ala que: 鈥淸鈥 en las realidades multiculturales existen profundas asimetr铆as, es decir, relaciones de poder que discriminan a unas culturas con relaci贸n a otras. Se pueden generar, entonces, relaciones de segregaci贸n y de discriminaci贸n cuando existe simplemente una realidad multicultural鈥.[12] Por esto, es necesario trascender las realidades multiculturales y arribar a un plano de interculturalidad donde las diversas culturas y pueblos convivan, m谩s que coexistan entre s铆, en un marco de respeto, tolerancia y equidad; sin ello, las afirmaciones constitucionales de que somos una 鈥渘aci贸n pluricultural鈥 quedan vac铆as de contenido.[13]
Sobre este particular, es fundamental mencionar que la cuesti贸n multicultural en los 鈥淓stados naci贸n鈥 de Am茅rica Latina, y concretamente, en M茅xico, est谩 indisolublemente ligada a la situaci贸n econ贸mico-social de los pueblos ind铆genas, ya que no s贸lo se ha aniquilado y/o minusvaluado sus culturas, sino que, adem谩s, se les ha escamoteado la posibilidad de desarrollarse social y econ贸micamente, con lo cual enfrentan un doble condicionamiento: por una parte, su condici贸n 茅tnica 鈥搒on ind铆genas, 鈥渋ndios鈥, en el sentido peyorativo del t茅rmino, excluidos de la cultura nacional 鈥渙ficial鈥-, por otra, su condici贸n social 鈥搒on pobres, explotados, subalternos, marginados-. Por lo tanto, las demandas de reconocimiento de los pueblos ind铆genas no se restringen a sus derechos culturales, sino que tambi茅n abarcan sus derechos econ贸micos, sociales y pol铆ticos. Siguiendo a Sylvia Schmelkes, 茅sta se帽ala, respecto al concepto de interculturalidad, que:
[鈥 No se trata de un concepto descriptivo, sino de una aspiraci贸n. Se refiere precisamente a la relaci贸n entre las culturas y califica esta relaci贸n. La interculturalidad supone que entre los grupos culturales distintos existen relaciones basadas en el respeto y desde planos de igualdad. La interculturalidad no admite asimetr铆as, es decir, desigualdades entre culturas mediadas por el poder, que benefician a un grupo cultural por encima de otro u otros. Como aspiraci贸n, la interculturalidad forma parte de un proyecto de naci贸n.[14]
As铆 pues, podemos entender a la interculturalidad como un horizonte de futuro, como un escenario ut贸pico al cual esperamos arribar en tanto sociedad democr谩tica; en este escenario, no cabr铆an las relaciones de dominaci贸n que existen actualmente y desde hace centurias entre los pueblos ind铆genas y el resto de la sociedad mexicana, pero dicho escenario intercultural ut贸pico s贸lo puede ser logrado mediante acciones concretas que subviertan las deplorables condiciones socioecon贸micas en que se encuentran los pueblos ind铆genas de M茅xico, pues m谩s que cualquier exaltaci贸n museogr谩fica de sus culturas, es necesaria una transformaci贸n de las estructuras de dominaci贸n que propician su marginaci贸n social 鈥搚 como un efecto adyacente, la preservaci贸n de sus culturas e identidades, pero sin limitarnos a ello ni reduciendo sus problem谩ticas a una cuesti贸n meramente culturalista-.

III. Liberaci贸n, Emancipaci贸n e Independencia: Los Pueblos Ind铆genas en el M茅xico del siglo XXI.
Como ind铆genas creemos y sentimos que tenemos la capacidad para dirigir nuestro destino. No hay necesidad de que nos anden llevando de la mano, pues. Como gente madura, como gente consciente, podemos dirigir nuestro propio destino, podemos gobernar nuestro propio pueblo [鈥. Como ind铆genas necesitamos autonom铆a propia, necesitamos esa identidad, esa dignidad, pues. Dignidad de vivir y respetar.
Comit茅 Clandestino Revolucionario Ind铆gena-EZLN[15]

Es en este contexto donde cobran sentido las luchas por la liberaci贸n, la emancipaci贸n y la independencia, para arribar a un pa铆s donde la democracia no s贸lo sea aquella meramente formal y electoral 鈥搊 deber铆amos decir, quiz谩s, 鈥渆lectorera鈥-, de tipo instrumental y despojada ya de sentido por el discurso vacuo de las instituciones que la han manoseado hasta la saciedad. Un M茅xico democr谩tico, que se asuma y defina como tal, s贸lo podr谩 existir ah铆 donde se eliminen las relaciones de dominaci贸n entre ind铆genas y no ind铆genas y se exprese en los hechos la gastada frase de que somos una 鈥渘aci贸n multi 鈥搊 pluri- cultural-鈥. A decir de Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete: 鈥淯n verdadero cambio estructural, profundo, no puede, no debe, repetir los errores del modelo del Estado naci贸n etnocr谩tico, ahora decadente. No es posible defender y plantear como proyecto de futuro la continuidad de un mismo modelo de Estado que se sustente en la continuidad de la ladinocracia, de la mestizocracia鈥.[16]
Ahora bien, cuando hablamos de liberaci贸n, emancipaci贸n e independencia, hemos de referirnos forzosamente a su correlato antin贸mico: la dominaci贸n. Liberarse, emanciparse e independizarse 驴con respecto a qu茅 鈥搚 a qui茅nes-? Para empezar, habr铆a que decirse que un proyecto de emancipaci贸n en M茅xico 鈥搚 en el resto de los pa铆ses latinoamericanos- significa hoy en d铆a, un proyecto de emancipaci贸n, si bien pol铆tica, antes que otra cosa mental, de forma tal que nos liberemos de las ataduras que en el plano de los conceptos y las categor铆as nos siguen dificultando la independencia 鈥 eludiendo as铆 el llamado imperialismo de las categor铆as-,[17] la cual, igualmente, tiene que ir m谩s all谩 de la independencia pol铆tica 鈥揻ormal- de la cual las clases gobernantes se precian haber conseguido en el siglo XIX. Sin embargo, como nos recuerdan Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete para el caso de los pueblos ind铆genas:

[鈥 las guerras de independencia fueron quiz谩 la posibilidad m谩s cercana que tuvieron para recuperar los derechos perdidos con la invasi贸n europea. Sin embargo, no fueron ellos los que ganaron esas guerras, aunque masivamente participaron. Con el resultado, otra vez quedaron sometidos. No tuvieron capacidad de recuperar su derecho de autodeterminaci贸n, tan caro para todo pueblo. No lograron recuperar sus territorios, viales para reproducir su identidad diferenciada. No pudieron recuperar su libertad perdida. La llamada Independencia de M茅xico no lo fue para los indios, quienes s贸lo cambiaron de amos.[18]

As铆, en un contexto de reiterado colonialismo interno del que son objetos los pueblos ind铆genas, la manera por la cual 茅stos han de concretar su independencia no es, como temen absurda e ignorantemente las clases dominantes, constituyendo uno o m谩s Estados separados del Estado mexicano, sino ejerciendo sin cortapisas su derecho auton贸mico y erigi茅ndose en sujetos que lleven a cabo por s铆 mismos 鈥揳unque no de manera aut谩rquica- su propio desarrollo econ贸mico, social, pol铆tico y cultural; es la autonom铆a, pues, el medio por el cual los pueblos ind铆genas pueden hacer valer su independencia y liberarse as铆 del yugo colonial interno. Igualmente, hay que tener en cuenta que, como se帽ala Sergio Rodr铆guez Lazcano: 鈥淟a lucha por la autonom铆a no es solamente un punto nodal de la pr谩ctica zapatista, sino que se trata de un punto nodal del proyecto emancipador en su conjunto. Si acaso es verdad que nuestra lucha es por lograr que la gente tome en sus manos el control de sus destinos鈥.[19]
Una propuesta concreta que busca ayudar a arribar a ese plano anhelado y deseable de verdadera praxis intercultural, se relaciona con la rectificaci贸n de la ignominiosa reforma constitucional en materia de derechos de los pueblos ind铆genas de 2001; a este respecto, habr铆a que se帽alar como algo primordial el necesario reconocimiento pleno a la autonom铆a de los pueblos ind铆genas 鈥揹erecho que se deriva, como se帽alamos l铆neas arriba, de su reconocimiento como pueblos y no meramente como 鈥減oblaciones鈥 por parte del Convenio 169 de la OIT y de las implicaciones que sobre su libre determinaci贸n ello conlleva-; as铆, pues, habr铆a que sustituir la expresi贸n constitucional de 鈥渆ntidades de inter茅s p煤blico鈥 que los tipifica paternalistamente como tales, para reconocerlos de manera cabal como 鈥渆ntidades de derecho p煤blico鈥, para consagrar de este modo su derecho y capacidad para erigirse en sujetos auton贸micos que velen por su propio desarrollo, en vez de subordinarlos a las acciones que por su cuenta decidan realizar los gobiernos con respecto a ellos.
Por lo tanto, concluimos con base en el an谩lisis realizado en el presente trabajo, que el reconocimiento pleno a la autonom铆a de los pueblos ind铆genas de M茅xico es el punto toral para avanzar hacia la construcci贸n de un M茅xico efectivamente respetuoso de su diversidad cultural, donde no s贸lo se reconozca a nivel constitucional la pluriculturalidad de 茅ste, sino que se transite hacia una pr谩ctica intercultural; es decir, que los diversos pueblos y culturas de M茅xico puedan convivir 鈥搉o s贸lo coexistir- entre s铆 sin que existan relaciones asim茅tricas y de dominaci贸n entre ellos. Ello implica dejar de observar a los pueblos ind铆genas desde un enfoque meramente folkl贸rico, y considerar que de nada sirve reconocer la riqueza de sus culturas, si ello no conlleva acciones concretas tendientes a subvertir su rezago socioecon贸mico, como lo es, precisamente, el reconocimiento sin cortapisas a su derecho auton贸mico para que ellos mismos puedan procurar su desarrollo econ贸mico, social, pol铆tico y cultural. Con esto, el Estado mexicano cumplir铆a de manera fehaciente con sus compromisos jur铆dicos a nivel internacional, expresados en la firma y ratificaci贸n de instrumentos jur铆dicos tales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol铆ticos, el Pacto Internacional de Derechos Econ贸micos, Sociales y Culturales y el Convenio 169 de la OIT; asimismo, estar铆a en consonancia con lo asentado en la recientemente aprobada Declaraci贸n de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Ind铆genas.

FUENTES DE CONSULTA
- Bibliograf铆a
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D铆az Polanco, H茅ctor. Autonom铆a regional. La autodeterminaci贸n de los pueblos indios, Siglo XXI Editores, M茅xico, 4陋 edici贸n, 2003.___________________. 鈥淟as voces de la autonom铆a regional en M茅xico鈥 (Recopilaci贸n), en La autonom铆a de los pueblos indios, Grupo Parlamentario del PRD, Poder Legislativo, C谩mara de Diputados, LVI Legislatura, 1996, pp. 79-99. Oliv茅, Le贸n. Interculturalismo y justicia social, UNAM, M茅xico, 2004.
Rodr铆guez Lazcano, Sergio. 鈥淟a autonom铆a: la quinta esencia del proyecto emancipador鈥, en Las izquierdas en M茅xico y Am茅rica Latina, desaf铆os, peligros y posibilidades, Fundaci贸n Heberto Castillo A.C., M茅xico, 2004.
Schmelkes, Sylvia. 鈥淓ducaci贸n intercultural鈥. Conferencia impartida en la inauguraci贸n del Diplomado en Derecho y Cultura Ind铆gena, impartido por la Asociaci贸n Mexicana de Naciones Unidas y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropolog铆a Social, M茅xico, D. F., Tlalpan, 28 de septiembre de 2001 鈥揗imeo-.
Stavenhagen, Rodolfo. 鈥淟a presi贸n desde abajo: derechos humanos y multiculturalismo鈥, en Daniel Guti茅rrez Mart铆nez (compilador), Multiculturalismo, desaf铆os y perspectivas, Siglo XXI Editores- UNAM- El Colegio de M茅xico, M茅xico, 2006.
Villoro, Luis. Estado plural, pluralidad de culturas, UNAM / Paid贸s, M茅xico,
1998.
Xib Ruiz, Margarito y Araceli Burguete, 鈥淟os pueblos indios y la refundaci贸n del Estado鈥, en La autonom铆a de los pueblos indios, Grupo Parlamentario del PRD, Poder Legislativo, C谩mara de Diputados, LVI Legislatura, 1996, pp. 13-23.

- Ciberograf铆a
Diccionario de Filosof铆a Latinoamericana [en l铆nea], Biblioteca Virtual Latinoamericana del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos 鈥揾oy Centro de Investigaciones sobre Am茅rica Latina y el Caribe, CIALC-, formato HTML, disponible en: http://www.ccydel.unam.mx/pensamientoycultura/biblioteca%20virtual/diccionario/imperialismo_de_las_categorias.htm, 04 de agosto de 2008.
Sylvia Schmelkes, La interculturalidad en la educaci贸n b谩sica [en l铆nea], Ponencia presentada en el contexto de la Segunda Reuni贸n del Comit茅 Intergubernamental del Proyecto Regional de Educaci贸n para Am茅rica Latina y el Caribe (PRELAC), Santiago de Chile, 11 al 13 de mayo de 2006, formato PDF, disponible en: http://www.unesco.cl/medios/biblioteca/documentos/interculturalidad_educacion_basica_schmelkes.pdf, 02 de agosto de 2008.

- Legisgraf铆a
Constituci贸n Pol铆tica de los Estados Unidos Mexicanos [en l铆nea], Instituto de Investigaciones Jur铆dicas, formato HTML, texto disponible en: http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/134.htm?s, 16 de agosto de 2008.
Convenio 107 referente a la protecci贸n y la integraci贸n de las poblaciones ind铆genas y otras poblaciones tribales y semitribales de los pa铆ses independientes de la OIT [en l铆nea], 1957, formato HTML, texto disponible en http://www.ilo.org/ilolex/spanish/convdisp1.htm, 27 de febrero de 2006.Convenio 169 sobre pueblos ind铆genas y tribales de los pa铆ses independientes de la OIT [en l铆nea], 1989, formato HTML, texto disponible en http://www.ilo.org/ilolex/spanish/convdisp1.htm, 27 de febrero de 2006.
Declaraci贸n de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos ind铆genas [en l铆nea], 2007, formato HTML, texto disponible en http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/es/drip.html, 20 de octubre de 2008.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol铆ticos [en l铆nea], 1966, formato HTML, texto disponible en: http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_ccpr_sp.htm, 25 de febrero de 2007.
Pacto Internacional de Derechos Econ贸micos, Sociales y Culturales [en l铆nea], 1966, formato HTML, texto disponible en: http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_cescr_sp.htm, 25 de febrero de 2007.
- Notas
[1] Luis Villoro, Estado plural, pluralidad de culturas, UNAM / Paid贸s, M茅xico, 1998. p. 13.
[2] Oswaldo Chac贸n Rojas, Teor铆a de los Derechos de los Pueblos Ind铆genas. Problemas y l铆mites de
los paradigmas pol铆ticos, UNAM / Universidad Aut贸noma de Chiapas, M茅xico, 2005, p.18.
[3] Cfr. Oswaldo Chac贸n Rojas, Op. Cit., pp. 7 鈥 21.
[4] Ib铆dem, p. 7.
[5] Cfr. Luis Villoro, Estado plural鈥 Op. Cit., p.16.
[6] Cfr. H茅ctor D铆az Polanco, Autonom铆a regional. La autodeterminaci贸n de los pueblos indios, Siglo XXI Editores, M茅xico, 4陋 edici贸n, 2003, p. 16.
[7] Oswaldo Chac贸n Rojas, Op. Cit., p. 10.
[8] Si bien, como mencionan Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete, es menester tener en cuenta que la relaci贸n de dominaci贸n mantenida actualmente por el Estado mexicano con los pueblos ind铆genas no se explica per se por la invasi贸n y conquista de que fuimos objeto en Am茅rica, sino que es en la constituci贸n de los Estados liberales del siglo XIX donde encontramos tal explicaci贸n, es decir, en la situaci贸n neocolonial existente a煤n hoy en d铆a (Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete, 鈥淟os pueblos indios y la refundaci贸n del Estado鈥, en La autonom铆a de los pueblos indios, Op. Cit, p. 16).
[9] Pi茅nsese, por ejemplo, que el Convenio 107 referente a la protecci贸n y la integraci贸n de las poblaciones ind铆genas y otras poblaciones tribales y semitribales de los pa铆ses independientes de la OIT, el cual justificaba y alentaba las pol铆ticas indigenistas e integracionistas de las cuales eran objetos los pueblos ind铆genas, ha sido revisado y sustituido por el Convenio 169 referente a los pueblos ind铆genas y tribales de los pa铆ses independientes, el cual da un paso m谩s adelante respecto a su antecesor al reconocer a 茅stos, efectivamente, como pueblos, y no como meras 鈥減oblaciones鈥 ind铆genas, t茅rmino m谩s bien demogr谩fico y descriptivo, sin ninguna carga jur铆dica-pol铆tica, como s铆 la tiene en cambio el t茅rmino 鈥減ueblo鈥. Tenemos, adem谩s, la aprobaci贸n hace poco tiempo de la Declaraci贸n de Naciones Unidas sobre sobre los derechos de los pueblos ind铆genas, que reconoce expresamente el derecho a la autonom铆a por parte de los pueblos ind铆genas como expresi贸n de su derecho a la libre determinaci贸n.
[10] Le贸n Oliv茅, Interculturalismo y justicia social, UNAM, M茅xico, 2004, p. 22.
[11] Rodolfo Stavenhagen, 鈥淟a presi贸n desde abajo: derechos humanos y multiculturalismo鈥, en Daniel Guti茅rrez Mart铆nez (compilador), Multiculturalismo, desaf铆os y perspectivas, Siglo XXI Editores- UNAM-El Colegio de M茅xico, M茅xico, 2006, p. 217.[12] Sylvia Schmelkes, 鈥淓ducaci贸n intercultural鈥. Conferencia impartida en la inauguraci贸n del Diplomado en Derecho y Cultura Ind铆gena, impartido por la Asociaci贸n Mexicana de Naciones Unidas y el Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropolog铆a Social, M茅xico, D.F., Tlalpan, 28 de septiembre
de 2001 鈥揗imeo-.
[13] Sobre este particular, recu茅rdese lo que enuncia el art铆culo 2潞 constitucional: 鈥淟a naci贸n tiene una composici贸n pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos ind铆genas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del pa铆s al iniciarse la colonizaci贸n y que conservan sus propias instituciones sociales, econ贸micas, culturales y pol铆ticas, o parte de ellas. la conciencia de su identidad ind铆gena deber谩 ser criterio fundamental para determinar a quienes se aplican las disposiciones sobre pueblos ind铆genas鈥 (Constituci贸n Pol铆tica de los Estados Unidos Mexicanos [en l铆nea], Instituto de Investigaciones Jur铆dicas, [consultado 16-08-2008], Formato HTML, Disponible en Internet: http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/134.htm?s=).
[14] Sylvia Schmelkes, La interculturalidad en la educaci贸n b谩sica, Ponencia presentada en el contexto de la Segunda Reuni贸n del Comit茅 Intergubernamental del Proyecto Regional de Educaci贸n para
Am茅rica Latina y el Caribe (PRELAC), Santiago de Chile, 11 al 13 de mayo de 2006, disponible en: http://www.unesco.cl/medios/biblioteca/documentos/interculturalidad_educacion_basica_schmelkes.pdf
[15] Entrevista de Blanche Petrich y Elio Henr铆quez, La Jornada, 4 de febrero de 1994, citado en H茅ctor D铆az Polanco, 鈥淟as voces de la autonom铆a regional en M茅xico鈥 (Recopilaci贸n), en La autonom铆a de los pueblos indios, Grupo Parlamentario del PRD, Poder Legislativo, C谩mara de Diputados, LVI Legislatura, 1996, p. 80.[16] Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete, Op. Cit., p. 22.
[17] A este respecto, valga mencionar que dicha expresi贸n 鈥淸鈥 alude, justamente, al imperio o dominaci贸n que han ejercido las categor铆as de cu帽o occidental en nuestra cultura, favoreciendo a la postre una dependencia cultural.鈥 (Diccionario de Filosof铆a Latinoamericana, Biblioteca Virtual Latinoamericana del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos 鈥揾oy Centro de Investigaciones sobre Am茅rica Latina y el Caribe-, en: http://www.ccydel.unam.mx/pensamientoycultura/biblioteca%20virtual/diccionario/imperialismo_de_las_categorias.htm).
[18] Margarito Xib Ruiz y Araceli Burguete, Op. Cit., p. 15.[19] Sergio Rodr铆guez Lazcano, 鈥淟a autonom铆a: la quinta esencia del proyecto emancipador鈥, en Las izquierdas en M茅xico y Am茅rica Latina, desaf铆os, peligros y posibilidades, Fundaci贸n Heberto Castillo A.C., M茅xico, 2004.

- Este trabajo ha sido el ensayo ganador del Concurso Nacional de Ensayo Pol铆tico Juvenil 2008 en la categor铆a B, organizado por el Centro de Documentaci贸n y Difusi贸n de Filosof铆a Cr铆tica, y auspiciado por la Facultad de Filosof铆a y Letras de la UNAM, el Posgrado en Estudios Latinoamericanos, Siglo XXI Editores, el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, la Secretar铆a de Educaci贸n del Gobierno del D.F. y la Revista Memoria, entre otros. / La fuente original del presente art铆culo corresponde a una investigaci贸n m谩s amplia para la Revista Andamios de la Universidad Aut贸noma de la Ciudad de M茅xico.

- La autora es Internacionalista por la Facultad de Ciencias Pol铆ticas y Sociales de la UNAM y profesora en la misma instituci贸n.

Fuente: Foro Escandinavo por los Derechos de los Pueblos Ind铆genas

Publicado: 2010-05-29 | Revisado: | Enlace de actual documento: http://www.mapuche.info/?pagina=662