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2012-05-12 | Cultura | Mapuche

Pedro Cayuqueo

Un mapuche 2.0

Este periodista, que fue uno de los fundadores del CAM -y condenado por Ley de Seguridad Interior del Estado- dice: "no creo en el radicalismo político".


Foto:SERGIO LÓPEZ
Por Sabine Drysdale Arriba del taxi, rumbo a esta entrevista fijada en Vitacura un miércoles cerca de las nueve de la noche, Pedro Cayuqueo les relata a sus cinco mil 334 seguidores en twitter:

A Vitacura a visitar a una colega. Espero no me confundan con el nuevo conserje. O el jardinero. O el...

Y el taxista me mira con cara de "seguro que su amiga es de por acá?"... #unmapucheenvitacura

Ahora pone cara de "llévese el auto pero no me dispare" #Vitacurailoveyou

Vecino de Vitacura; si me ve buscando una dirección, no llame a Carabineros. Plis.

Y toca el timbre.

Y el que aparece tras la puerta de jeans, polera, el pelo negro, liso, de corte estiloso, por un fugaz momento parece ser otra persona. El parecido físico - hasta el movimiento de las manos y el hablar apresurado- de Pedro Cayuqueo con el ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, es inquietante.

-Me trató de reclutar, pero le dije que no -dice unos minutos después, tras aceptar una copa de vino tinto y asegurar que no es de izquierda ni de derecha, categorías que define de Guerra Fría y que califica como demodé.

-Yo soy un patriota mapuche, y como patriota mapuche siento que si el gato es negro, azul o rojo, si caza ratones está bien.

-¿Es capitalista, entonces?

-Una características histórica de los mapuches ha sido el pragmatismo político. Si esto me sirve, lo uso; si no me sirve, no.

Pedro Cayuqueo Millaqueo, 35 años, periodista, casado, una hija -Amancay (el nombre de alstroemeria patagónica)-, debe ser el mapuche más influyente del momento. Ha fundado dos medios de comunicación: Azkintuwe, un periódico dedicado al periodismo de trinchera y reivindicativo, y el Mapuche Times, de corte magazinesco.

-¿Por qué le pusiste Mapuche Times?

-Para saltarme el español -dice riendo.

También escribe columnas en El Post y en The Clinic.

Pedro Cayuqueo habla inglés y entiende francés. Ha visitado 38 países, da conferencias en prestigiosas universidades internacionales. Dice que no es una excepción, que viene de una generación de mapuches empoderados en sus áreas.

-La generación de mis padres debe ser la última de mapuches campesinos. Hoy, el 80 por ciento vive en la ciudad, hay una capa de profesionales gigantesca y la propiedad de la tierra, toda esta demanda territorial tan bullada, representa a la minoría que vive en el campo. Los jóvenes no se proyectan en el campo, los niños no se proyectan en el campo. Los padres mapuches que viven en el campo quieren que sus hijos vayan a la ciudad, se eduquen, sean profesionales. Entonces, las demandas mapuches están cambiando de paradigma.

Su familia es una muy tradicional de la comunidad Luis Millaqueo de la zona de Entre Ríos. Su padre murió cuando tenía cinco años, y su madre, dueña de casa, se radicó en Nueva Imperial, donde sus hijos se educaron en el mismo colegio de monjas, exigente en lo académico, pero donde a ella le pegaban por hablar mapudungún, su lengua nativa. Para evitarle ese sufrimiento a sus tres hijos, los crió en castellano.

"PEDRO, TÚ NO PARECES MAPUCHE"

Pedro Cayuqueo tiene dos hermanas. Una se radicó en Londres, donde se casó y formó familia, y la otra es tecnóloga médica del Hospital Regional de Temuco. Con respecto al idioma, Cayuqueo está haciendo el proceso contrario: él quiere que su hija sí crezca con el mapudungún.

-Hay una toma de la identidad muy fuerte en los jóvenes mapuches. Entre los hijos de mis amigos, no hay ningún nombre Pedrito o Juanito. Incluso mis amigos chilenos les ponen nombre mapuches a sus hijos. Está de moda.

-¿Le molesta que esté de moda?

-Me fascina, me encanta.

Antes de convertirse en líder de opinión, y mientras buscaba su identidad, fue punkie, rockero, metalero y thrasher. Hoy se define como una amante de la cultura pop anglo, del cine, las series y los videojuegos norteamericanos.

-Me da risa, porque mucha gente me dice: "Pedro, tú no pareces mapuche".

-¿Y qué es parecer mapuche?

-Esa es la pregunta. Digo: ¿por qué no parezco mapuche? ¿qué esperabas tú?, ¿que hablara atravesado?, ¿que anduviera con una manta?, ¿que le tuviera miedo a los autos, al metro? El indio correcto, esa imagen de mapuche de postal, es como una imagen del chileno que no conoce al mapuche; que se imagina al mapuche. Mi meta, mi plan macabro, es romper con las caricaturas que el chileno se hace de nosotros, a ratos ridículas.

-¿En qué minuto decidió dedicarse al activismo?

-Yo no me di cuenta de que era mapuche hasta que en el colegio los compañeros de curso me empezaron a decir "indio". Mi infancia la pasé entre mapuches, nadie entre los mapuches se anda diciendo "mapuche". Te das cuenta de la diferencia cuando otros te la tiran en la cara. Pero el choque cultural fue más para ellos que para mí. "Este chico, su gente, su vestimenta, sus comidas, esas brujerías que hacen", cosas así. Y a mí sus ceremonias, su mes de María, no me causaban un choque, me parecían interesantes. Todo lo que era no mapuche, me interesaba.

Pedro Cayuqueo entró a estudiar Leyes en la Universidad Católica de Temuco y rápidamente se vinculó con el activismo estudiantil mapuche, en las protestas en contra de la detención de dirigentes mapuches después de la quema de camiones en Lumaco en 1998, cuando se empezó a aplicar la Ley Antiterrorista y de Seguridad Interior del Estado.

-Esa quema de camiones fue un antes y un después. Ahí para muchos empezó el conflicto mapuche actual. Yo estaba en primer año de Derecho, era obvio y natural ir a marchas por los presos, ir a verlos, juntar alimentos.

-Si alguien quemó camiones, ¿por qué va a marchar en su favor?

-Es que no era a favor de los que quemaron camiones, porque los peñis nunca reconocieron el delito. Fueron tomados presos dirigentes de las comunidades que siempre alegaron inocencia. Finalmente fueron absueltos. Yo estudiaba Leyes y el primer día de clases te enseñan la presunción de inocencia. El problema de los mapuches es que somos culpables hasta que no demostremos que somos inocentes.

Mientras estudiaba, formó parte del grupo fundador de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), junto a Héctor Llaitul y Aliwen Antileo, de la que se retiró en 2000 por diferencias políticas, dice. Como secretario de la CAM viajó a Ginebra en 1999 a entregar un informe en derecho escrito por él sobre pertenencia de tierras a la comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Mientras estaba en Europa, la CAM llevó a cabo una agresiva campaña de ocupación de tierras.

A su regreso fue detenido en el aeropuerto, acusado de ser el líder de las tomas.

-Me pusieron "líder", porque en la lógica provinciana totalmente ignorante de cómo son los procesos históricos de los pueblos, el que viajaba era porque era el jefe, una cosa absurda- dice hoy.

Los hechos investigados correspondían a reiteradas ocupaciones y hurtos de madera en los fundos Santa Rosa de Colpi y Chorrillos, ambos de forestal Crecex, en las proximidades de Traiguén y registrados entre septiembre y noviembre de 1998, y al delito de lesiones ocasionadas a siete trabajadores de forestal Mininco, ocurrido durante un ataque de encapuchados en enero de 1999.

Después de casi tres años de investigación, el ministro en visita Archibaldo Loyola lo condenó junto a otros 15 mapuches, por encubrimiento, hurto de madera y usurpación de tierras, lo que le costó la cancelación de la matrícula en la escuela de Derecho y el congelamiento de sus derechos civiles.

El siempre se calificó de inocente.

-Ese fue un aterrizaje forzoso en la realidad- dice hoy.

Más tarde renunció a la CAM y entró a estudiar Periodismo en la Universidad de la Frontera.

Sobre su renuncia dice:

-Sólo te puedo decir que no creo en el radicalismo político, mucho menos en los fanatismos étnicos. Nuestro pueblo siempre ha privilegiado el dialogo político y no la confrontación sin norte. Además, la mitología en torno a los "guerreros" o "super weichafes" de la Guerra de Arauco -que la CAM comenzó en cierto momento a reivindicar en su discurso- no me llama en absoluto la atención. Nuestros ancestros eran estrategas políticos excepcionales. Reducirlos a simples cabezas de músculos les hace un flaco favor.

-¿Y qué opina de los mapuches que han cometido delito, que han quemado camiones o casas de otra gente?

-Uno no puede defender derechos violentando los derechos de otros. Eso es algo ético y en la cultura mapuche tenemos principios que rigen nuestro actuar como personas y como dirigentes y miembros de la sociedad mapuche, que implica el respeto al otro. La gente que comete delito, que incendia, que agrede, tiene que cumplir las penas que están establecidas en el sistema penal. Ahora, es clarísimo que hay una ley para los no mapuches y una ley para los mapuches.

-¿Por qué lo dice?

-En 2005, en una huelga de Codelco en El Teniente en Rancagua se quemaron 15 buses en el acceso a la mina. Parecía una zona de guerra. No se aplicó Ley de Seguridad Interior del Estado, no se aplicó ley antiterrorista, ni ninguna ley de excepción.

-Están los casos de René Urban y Jorge Luchsinger, a quienes les quemaron sus casas y tienen sus títulos legales.

-Toda mi solidaridad con Luchsinger y Urban. ¿Por qué nuestro reclamo territorial va a ser moralmente superior al de ellos? Si él pololeó, se caso ahí, en ese árbol dio el primer beso, y a la orilla de un arroyo hizo algo con su señora que no puedo contar ahora, por qué su reivindicación, su sentimiento de pertenencia a la tierra puede ser menor que el nuestro. No. Yo reclamo para ellos la misma dignidad que reclamo para nuestra gente.

REGIÓN AUTÓNOMA MAPUCHE

-¿Se considera chileno?

-Yo soy mapuche, esa es mi identidad nacional. Soy chileno por circunstancias históricas, porque tengo pasaporte chileno y algún día tendremos pasaporte mapuche, carné mapuche, como los catalanes tienen carné de identidad catalán, pasaporte catalán.

-¿Le molesta ser chileno?

-Yo no tengo ningún problema con Chile, Chile tiene muchos problemas conmigo.

Hace un tiempo en el colegio de su hija, la profesora -muy temerosa- se le acercó para pedirle si es que Amancay podía izar la bandera chilena para el 18 de septiembre vestida de huasa. Le respondió que sí. Que se sentía orgulloso.

-El tema es por qué yo no los puedo invitar a ustedes a mis Fiestas Patrias, que no están reconocidas en este país.

-¿Usted vive en otro país?

-Es que el concepto de país no debiera alarmar a nadie, existe el País Vasco, existen Cataluña, Galicia como países en España. No se trata ni siquiera de tierras, de hectáreas, de propiedad de la tierra. Tú puedes generar un nuevo marco administrativo y político en una región con un Estado, por ejemplo, federal, que implique que exista una región autónoma como el País Vasco, cuyo nombre es Euzkadi, es legal y nadie reclama. Acá puede ser Wallmapu y todos felices comiendo perdices. Lo que se plantea es cómo conciliar la demanda de un pueblo que tiene su propia identidad, su lengua, su tradición, su territorio, con la realidad actual en que convivimos con chilenos, con colonos extranjeros, y en la cual tenemos que construir, nos guste o no, una sociedad multicultural.

-¿Dónde está la piedra de tope?

-En nuestro territorio están los rubros económicos que sostienen al país, el forestal y las empresas salmoneras en el sur, y en el norte las mineras para los aymaras y atacameños. Hay muchos intereses creados detrás que impiden que se avance. Esta región (Arauco) tiene a las empresas forestales que más facturan y ganan dinero en este país y resulta que esta es la región más pobre del país. Entonces dices, parece que nos están pasando gato por liebre.

-Debe haber algunos mapuches que lo encuentran demasiado moderno.

-Hay sectores tradicionalistas que plantean una especie de retorno al siglo XIX y que yo, respetando mucho sus planteamientos, encuentro que no tienen ninguna lógica actual. Y soy lo más transparente posible porque yo lo escribo.

-¿Qué costos ha pagado?

-Nosotros hablamos irónicamente del mapuchómetro. Hay mapuches tan radicales en sus planteamientos con esta imagen caricaturesca, que te miran y dicen: parece que tú no eres tan mapuche. Andan con el mapuchómetro midiendo tu mapuchidad. Y eso me parece lo más absurdo del mundo, porque al final la identidad étnica es como los equipos de fútbol. Te sientes parte de algo porque te dio la gana no más.

-¿Hay discriminación dentro de ustedes?

-Absolutamente. Yo le digo a mis amigos que son winkas y viven en la región: Para mí, ustedes son mapuches. Yo estoy tan avanzado en mi desarrollo intelectual, que pienso que la ciudadanía viene por el territorio. Para mí los que están al sur del Biobío hay que mapuchizarlos mostrándoles nuestra cultura, invitándolos a los nguillatunes, enseñándoles que la comida mapuche es deliciosa, que nuestra música, nuestra lengua es bellísima. Son puras metáforas, los mapuches hablamos en poesía. ¿Sabías que la palabra pololo es mapuche?

-No.

-Hay muchas cosas de las que no puedo culpar al chileno por no saber.

Pedro Cayuqueo tiene que irse. El bus a Temuco sale en un rato. Se despide de abrazo. Y mientras va en el taxi rumbo al terminal de buses tuitea:

Cuatro caóticas horas en Santiago. Mucho. Mejor retorno a mi país.

Identidad "Mi meta, mi plan macabro, es romper con las caricaturas que el chileno se hace de nosotros, que a ratos son ridículas".

"Digo: ¿por qué no parezco mapuche? ¿qué esperabas tú?, ¿que hablara atravesado?, ¿que anduviera con una manta?, ¿que le tuviera miedo a los autos, al metro?"."Los padres mapuches que viven en el campo quieren que sus hijos vayan a la ciudad, se eduquen, sean profesionales. Entonces, las demandas mapuches están cambiando de paradigma".



Prejuicios y caricaturasCayuqueo responde a los prejuicios que se han instalado como verdades sobre los mapuches.

1. El Mapuche es introvertido.-Esa caricatura del mapuche serio, tosco, medio bruto es tremendamente ridícula, porque si vas a una comunidad, lo que más encuentras es hospitalidad, doble sentido, humor. Está tan instalado el tema del mapuche gruñón que grita a la cámara, que le tira el vaso al ministro, pero es completamente absurda.

2. La mujer hace el trabajo duro, el hombre es flojo.-Los mapuches desde el siglo XIX eran una sociedad de ganaderos. Nosotros le decimos cullín al dinero. ¿Sabes qué significa cullín?: cabeza de ganado. El trabajo agrícola estaba relegado al rol de la mujer en el hogar. Yo he conocido lonkos de 80 o 90 años que se han negado toda su vida a trabajar la tierra, porque para ellos la derrota máxima o la victoria máxima del chileno hacia nosotros es que me ponga a trabajar la tierra, porque mi bisabuelo nunca fue agricultor. La agricultura en la escala social mapuche era lo más bajo que había. El que no tenía animales era el que trabajaba la tierra.

3. Los mapuches son menos desarrollados que civilizaciones como los Incas, Aztecas o Mayas.-Me siento súper orgulloso cuando me dicen eso. Todas estas ruinas son propias de sociedades esclavistas; indígenas, pero esclavistas. Los mapuches nunca fuimos una sociedad esclavista de nadie.

Fuente: El Mercurio

Publicado: 2012-05-12 | Revisado: | Enlace de actual documento: http://www.mapuche.info/?pagina=3245