Hoy los derechos humanos han sido confrontados con la inmoralidad del poder económico que ha fijado el lucro como único norte de la humanidad. Han decidido aumentar su capital, expandirlo y defenderlo de nosotros, sus enemigos principales; los mapuche, sus dirigentes de base que luchan  por mantener  y desarrollar libremente nuestra identidad cultural en territorio mapuche, donde tenemos el derecho ancestral a él,  a su control sustancial, acceso a la tierra y recursos naturales, ya que ellos sustentan nuestra economía y práctica cultural de Nuestro Pueblo. El Estado además, en todos los juicios contra mapuche se ha hecho parte, y se ha hecho parte también en todos los recursos de nulidad presentados ante la Corte Suprema para lograr condenarnos incluso cuando ya hemos sido absueltos por los Tribunales Orales. Si el Estado quiere presos, tiene que tener cárceles especiales para mapuche presos políticos y asegurar nuestros derechos e intereses como mapuche. Así dice el Artículo XVIII del proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Así como existe una cárcel en Santiago para militares, exigimos la habilitación de un Centro o un espacio donde tengamos la posibilidad de mantener nuestra relación religiosa con la tierra y trabajo que permita aportar sustento a nuestras familias. Por ejemplo un CET Mapuche para “presos políticos mapuche”. Presos Políticos Mapuche  encarcelados en Angol y Traiguen. Territorio Mapuche, 15 diciembre, 2004 (2004-12-15)

 
 
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DECLARACIÓN PÚBLICA
Presos Políticos Mapuche  encarcelados en Angol y Traiguen
 Territorio Mapuche, 15 diciembre, 2004

A la opinión publica nacional y extranjera, los prisioneros políticos mapuche recluidos en la cárcel de Angol y Traiguen damos a conocer una carta abierta  en donde exponemos lo siguiente:

Hoy los derechos humanos han sido confrontados con la inmoralidad del poder económico que ha fijado el lucro como único norte de la humanidad. Han decidido aumentar su capital, expandirlo y defenderlo de nosotros, sus enemigos principales; los mapuche, sus dirigentes de base que luchan  por mantener  y desarrollar libremente nuestra identidad cultural en territorio mapuche, donde tenemos el derecho ancestral a él,  a su control sustancial, acceso a la tierra y recursos naturales, ya que ellos sustentan nuestra economía y práctica cultural de Nuestro Pueblo. Lo que ha traído consigo que se  criminalicen nuestras demandas por parte del Estado chileno y la policía, pretendiendo desarticular y  disolver el movimiento mapuche que ha estado protestando contra la apropiación ilegítima de nuestras tierras y sus recursos naturales por parte de las empresas que invierten en el territorio mapuche.

Todo ello ha significado un alto precio para nosotros los mapuche, que no sólo hemos sufrido discriminación por parte del Estado; no sólo se nos persigue, encarcela,  allanan nuestras casas, nos golpean delante de nuestros hijos para escarmentarlos por esta lucha, sino que además implementa una reforma procesal en la región que ofrece ventajas para todos menos para nosotros. Nos tienen en prisión preventiva por largos periodos, sin derecho a medidas cautelares alternativas, para luego dejar los cargos sin efecto.

La utilización de la ley antiterrorista, su uso injustificado, es una clara violación a los Derechos Humanos, que refuerza los prejuicios existentes en nuestra contra. Esta ley ha permitido que el Ministerio Público no revele pruebas a la defensa, incluso hasta el juicio, como ocurrió con el Juicio de Asociación Ilícita Terrorista en Temuco.

El ocultamiento de la identidad de testigos, los “testigos sin rostro” que han venido a presentar testimonios por decir lo menos “calumniosos”  que difieren absolutamente de sus primeras declaraciones a raíz de los hechos. Significando para nosotros la total indefensión pues no sabemos de qué defendernos hasta el día de su comparecencia en el juicio. Tampoco existe la posibilidad de perseguirlos legalmente por el fuero que poseen por su calidad de protegidos.

Esta reforma procesal penal ha permitido la violación a nuestro derecho al debido proceso y a la presunción de inocencia. Hemos sido enfrentados a un verdadero circo romano durante los juicios donde no existen tribunales independientes e imparciales, y cuando es demasiado evidente la falta de pruebas con que nos acusan y nos absuelven, nos vuelven hacer pasar por lo mismo hasta que finalmente terminemos condenados.

Para qué hablar de las causas en justicia militar donde no existe ninguna garantía de un debido proceso en los cuales nos juzgan tribunales militares compuestos por jueces militares y que han demostrado la absoluta impunidad al maltrato físico y trato degradante a nuestro pueblo, donde se puede investigar y sancionar el uso injustificado de la violencia, pero se ampara incluso el asesinato como es el caso de nuestro niño Alex Lemun por parte del mayor Aurelio Treuer.

En pocas palabras “el acceso a la justicia” en esta reforma procesal penal ha significado para nosotros los mapuche en “el acceso seguro a la cárcel”.  Lo que nos ha obligado a convivir con delincuentes, los cuales no sólo poseen una situación procesal diferente a la nuestra sino que también una cultura, costumbres y vocabularios completamente distintos al comunero mapuche. El régimen de visitas, sus restricciones a nuestros peñi y lamgen  que vienen a visitarnos desde lejos, desde las comunidades, recorriendo grandes distancias para poder visitarnos, y el trato vejatorio con el que son revisados nuestras familias e incluso nuestras autoridades tradicionales, la alimentación del penal, la medicina cuando enfermamos, la educación que requerimos, el trabajo, etc. Todo es distinto pues deben entender que somos otro pueblo, que tiene derecho a mantener y desarrollar libremente nuestra identidad cultural que incluye lengua, religión, arte, cosmovisión y mantenimiento de nuestra relación con la tierra.

 El Estado a través del subsecretario del interior afirmó que nuestra situación se debe a la “desarticulación del movimiento indígena” y que esto fue el resultado de “una exitosa y sistemática labor de inteligencia policial denominada Operación Paciencia”.  El Estado además, en todos los juicios contra mapuche se ha hecho parte, y se ha hecho parte también en todos los recursos de nulidad presentados ante la Corte Suprema para lograr condenarnos incluso cuando ya hemos sido absueltos por los Tribunales Orales.

Por lo tanto, si el Estado quiere presos, tiene que tener cárceles especiales para mapuche presos políticos y asegurar nuestros derechos e intereses como mapuche. Así dice el Artículo XVIII del proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas:

“los pueblos indígenas tienen derecho al reconocimiento legal de las modalidades y formas diversas y particulares de su posesión, dominio y disfrute de Territorios y propiedad y tienen reconocimiento de su propiedad y de los derechos de dominio con respecto a las tierras y territorios y recursos que han ocupado históricamente, así como el uso de aquellos los cuales hayan tenido igualmente acceso para realizar sus actividades tradicionales y de sustento”

 Emplazamos entonces, a quienes detentan el poder en este país, a terminar con  la persecución política y la represión que sufre hoy nuestro pueblo, y exigimos:

La inmediata libertad de todos los mapuche prisioneros políticos, porque como lo han dicho todos los observadores de Derechos Humanos que han visitado Chile y han conocido nuestros casos, (Relator especial de pueblos indígenas de la ONU, Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, las dos misiones de la FIDH, el informe de Human Right Watch y el Observatorio de Derechos de los pueblos Indígenas) el encarcelamiento de dirigentes mapuche NO es la forma de resolver un conflicto de carácter histórico politico.
 
La revisión de los juicios ya realizados  y el sobreseimiento  de todos los procesos que se siguen en contra de mapuche por razones políticas, para que todos nuestros hermanos que se encuentran hoy en la clandestinidad y que son perseguidos por la injusticia chilena, puedan vivir tranquilos en sus comunidades.
 
Así como existe una cárcel en Santiago para militares, exigimos la habilitación de un Centro o un espacio donde tengamos la posibilidad de mantener nuestra relación religiosa con la tierra y trabajo que permita aportar sustento a nuestras familias. Por ejemplo un CET Mapuche para “presos políticos mapuche”.
 

    1. Un régimen de visitas especial, con días y horas acordes, y un trato digno a nuestras familias.
    2. Alimentación acorde a nuestra cultura.
    3. Acceso a nuestra religión y a nuestras Ceremonias y Rogativas Mapuche.
    4. Acceso a nuestra medicina mapuche.

 Creemos que nuestras peticiones son mínimas en comparación a las sistemáticas violaciones a los derechos de nuestro pueblo por más de cien años, y que hoy se manifiesta con el encarcelamiento personas por el sólo hecho de ser dirigentes de un pueblo.  No se podría entender el rechazo a este petitorio cuando hoy se habilita una cárcel especial para militares, verdaderos criminales y terroristas de este país.

Desde la prisión política que nos ha dado el estado.

Presos Políticos Mapuche  encarcelados en Angol y Traiguen
 
 

 

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