La primera canción con que debutó la orquesta la escribió hace un tiempo, en castellano se llama "Nuestra sabiduría" y dice algo así como "nosotros los mapuches estamos aquí, para cantar nuestro saber, tenemos fuerza en el corazón, alegría ahora habrá". Diario El Sur 13 de abril de 2003 

 



 
 
domingo 13 de abril de 2003
Orquesta infantil de Tirúa
La música del territorio lafkenche
  • En esta apacible comuna frente al mar, niñas y niños de Chillimapu, Chacuiví, Primer Agua, Casa de Piedra y Ponotro rescatan las canciones y sonidos de su cultura.
  • En el original proyecto participarán unos 60 niños dirigidos por el profesor Joel Maripil y tendrán la asesoría del prestigioso músico nacional Horacio Salinas.
     Por Marcelo Sánchez R.

      Parecemos extranjeros. Ellos tienen su propio idioma y costumbres. Hablan en mapudungún. "Mari mari", saludan y uno se siente extranjero en el mismo país que es Chile. En Tirúa, el territorio es lafkenche. Así reza el escudo del municipio. La nación mapuche aquí es verdad, aquí en esta apacible comuna rodeada de cerros y mar.
      A poco más de tres horas desde Concepción, Tirúa esta vez no llama la atención por los conflictos de tierra o por las expresiones de su alcalde, Adolfo Millabur. Esta vez se trata de un proyecto inédito, pionero en el país: la creación de una orquesta infantil mapuche.
      Autoridades de gobierno, familias y estudiantes aplauden el lanzamiento de este conjunto, que dirige el músico mapuche Joel Maripil. Algo nerviosos por el debut, la canción "Sabiduría ancestral" que creó Maripil se hace apenas audible, tras el sonido del kultrún y la trutruca. Pero la orquesta está recién naciendo. Sólo tienen tres ensayos y ya se vislumbra el protagonismo que tendrán en el corto plazo. No sería extraño que con el tiempo emprendieran giras por el país. Eso es seguro.

     El sueño de América

      "Traté de cristalizar el sueño de mucha gente de nuestra América que ve con preocupación que todavía no existe un orgullo de pertenencia a un grupo étnico, a un género, a una edad, a una región. Y todos estamos tratando de preservar nuestro patrimonio y nuestro patrimonio son las culturas primigenias de América, que son la madre de nuestro mestizaje o el padre, como se le quiera llamar", comenta Rosangela Adoum, antropóloga ecuatoriana y directora del Instituto Andino de Artes Populares del Convenio Andrés Bello. 
      Ella es la gestora de esta iniciativa, que replica una experiencia similar con una comunidad quechua, en las cercanías de Quito. Durante dos años financiarán (40 mil dólares anuales) parte de los recursos que requiere la orquesta de Tirúa. La idea es crear orquestas étnicas en los diez países del Convenio Andrés Bello.
      Agregó que estos proyectos son un intento por preservar, difunfir y vigorizar "nuestro patrimonio intangible y además por recuperar lo que a través de la historia hemos sojuzgado y perdido, que son nuestras culturas vernáculas y primigenias. Con los niños hacemos una inversión a futuro. Ellos serán papás, mamás, ojalá presidentes, ministros y alcaldes. Ellos formarán núcleos de trabajo y de vida con una sólida identidad, con una tendencia diaria a recuperar sus raíces".

     Horacio Salinas

      Cuando el Convenio Andrés Bello propuso a Chile esta iniciativa, fue el Ministerio de Educación el articulador de esta gestión a nivel nacional. Se encomendó entonces al músico Horacio Salinas la asesoría artística y la selección de la comunidad donde surgiría la orquesta.
      Desde entonces, a fines del año pasado Salinas va y vuelve a Tirúa. Allí ha contado con la colaboración del municipio, de la comunidad y del programa "Orígenes" del Ministerio de Educación.
      "Esta es una experiencia inédita en el mundo de la cultura mapuche. Existe sólo la imaginación y un buen proyecto, pero nunca ha sido llevado a la práctica. Pero mi evaluación en este tramo fatigoso de darle un primer empujón, es que todos han respondido como pensábamos, de manera óptima", expresó.
      Salinas conoce de cerca la cultura mapuche. Hasta los 10 años vivió en Lautaro y a los 14 se integró a un ballet folclórico. "Me he enterado bien de la música de nuestro pueblos originarios, pero otra cosa es cantar y tocar. Por eso el director de la orquesta es un músico mapuche de una extraordinaria sensibilidad y está en ellos descubrir el repertorio que deberá incorporar. Es necesario que ellos vivan con mucha dignidad este patrimonio milenario de sonidos y de belleza", recalcó.

     Sabiduría ancestral

      En tanto, Joel Maripil, músico y poeta del Lago Budi, dice al contrario que es una "persona de campo común y corriente que ha llevado con mucho entusiamo la sabiduría del pueblo mapuche". Hace unas semanas comenzaron a ensayar con los diez primeros niños: María Fernanda Ancalao, Damaris Huenupil, Tatiana Ñeguey, Carolina Pilquiman, Claudia Antihuen, Juan Pilquiman, Rodrigo Huenupil, Ariel Huenuman, Marcos Millahual y Baltazar Lincopi, de la futura orquesta mapuche.
      "Ellos tienen bastante habilidad y entusiasmo", exclama y en cuanto al repertorio, señala que "es la sabiduría de los cuatro puntos cardinales del pueblo mapuche, es decir, todo lo que ha quedado ya hace 200 años atrás".
      La primera canción con que debutó la orquesta la escribió hace un tiempo, en castellano se llama "Nuestra sabiduría" y dice algo así como "nosotros los mapuches estamos aquí, para cantar nuestro saber, tenemos fuerza en el corazón, alegría ahora habrá". En castellano también dice que la orquesta tendrá un nombre mapuche. Todavía no se ponen de acuerdo, pero una de las alternativas es "Pu pichike tañi tañi ad wunul", o sea, la "melodía de los niños".


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