Con su férrea oposición a la construcción de la central Ralco, Nicolasa Quintremán consiguió mayores beneficios económicos que el resto de los pehuenches que entre 1999 y 2000 permutaron sus tierras a Endesa para la concreción del proyecto energético en el Alto Biobío. Si bien su lucha no obedeció a una estrategia para lograr un mejor negocio, la mujer obtuvo a cambio de sus 3,8 hectáreas un predio 20 veces más extenso en el sector Vilucura y 200 millones de pesos. La Tercera en Internet, 24 de diciembre de 2002

 
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Santiago de Chile, 24 de Diciembre del año 2002
 



Las familias pehuenches que dejaron sus tierras recibieron ganancias menores a las de Nicolasa Quintremán, pero tienen el compromiso de Endesa que les garantiza un plan asistencial por 10 años.
Una de las hermanas Quintremán consiguió más beneficios de Endesa

Nicolasa logró mejor negocio que demás pehuenches

Mientras la mujer recibió un predio de 77 hectáreas y 200 millones de pesos, el resto de las familias relocalizadas obtuvo terrenos de hasta 40 hectáreas y un máximo de 2 millones de pesos para construir sus viviendas. Los indígenas, sin embargo, se manifiestan conformes con el trato para permitir la construcción de la central hidroléctrica Ralco. 


Fabián Alvarez

Con su férrea oposición a la construcción de la central Ralco, Nicolasa Quintremán consiguió mayores beneficios económicos que el resto de los pehuenches que entre 1999 y 2000 permutaron sus tierras a Endesa para la concreción del proyecto energético en el Alto Biobío. 

Si bien su lucha no obedeció a una estrategia para lograr un mejor negocio, la mujer obtuvo a cambio de sus 3,8 hectáreas un predio 20 veces más extenso en el sector Vilucura y 200 millones de pesos. 

El trato es considerablemente mejor al que llegaron las 70 familias que cedieron sus tierras para ser relocalizadas en los fundos El Barco y El Huachi, a 170 kilómetros de Los Angeles. Allí la negociación tampoco fue fácil y se logró sólo tras la firma de un Plan Asistencial de Relocalización por 10 años, que incluye infraestructura y asesoría técnica y cultural a los indígenas. En el caso de El Barco, las familias recibieron entre 1,5 millón y 2 millones de pesos para la compra de animales y herramientas, además de parcelas de entre 20 y 40 hectáreas. Antes tenían terrenos que, en promedio, alcanzaban las dos hectáreas. 

La infraestructura básica, en tanto, incluyó una casa de 66 metros cuadrados, un fogón, una bodega, un corral y un sistema de regadío artificial. Las parcelas fueron entregadas cercadas y con instalaciones sanitarias y de agua potable funcionando. 

Sin embargo, la vida en la zona no ha sido fácil, ya que durante los meses de invierno caen cinco metros de nieve, lo que ha mermado el ganado, pese al plan de contingencia de Endesa que entrega forraje. 

Javier Cristo Quipaiñán, presidente de la comunidad El Barco, señala que, no obstante estos inconvenientes, a dos años de la relocalización el balance es positivo. "Toda la gente está contenta, estamos sembrando y cosechando y el futuro se ve bueno", afirma. 

Entre estas familias se cuenta, incluso, una hermana de Nicolasa Quintremán, Carmen Luisa, quien también se manifesta conforme con la permuta. Según el presidente de la comunidad, Ricardo Gallina, "nos han cumplido en la parte productiva, de educación y salud, pero tuvimos problemas con el agua para el riego y con la leña, lo que dificultó el trabajo agrícola de este año". 

Turismo
La última apuesta de ellos es el turismo, ya que 36 familias de pehuenches del sector administran el primer camping comunitario que les permitirá incrementar sus ingresos y dar un giro a su tradicional economía, principalmente ganadera. 

La iniciativa se enmarca en los compromisos adquiridos por Endesa en el Plan de Relocalización. 

El camping cuenta con sitios para acampar equipados con fogones, mesas y bancas, servicios higiénicos, duchas, lavadero, red de agua potable, sitios de picnic y venta de artesanía. 

Quipaiñan señala que ellos mismos recorrieron camping del sur del país para recoger ideas y siete jóvenes mapuches fueron capacitados por expertos de Conaf, a través de cursos cortos de turismo y administración. 

Una de ellos, Rosa Calpán Ramírez, cuenta que "estamos capacitados para atender a la gente, mantener todo limpio acorde con la naturaleza que es nuestro atractivo"


 


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