el sector de Lleu-Lleu, provincia de Arauco, es territorio mapuche y, como sucede en otras partes de las regiones octava, novena y décima -territorio histórico del principal pueblo originario que habita este país-, tanto particulares como el Estado chileno han implementado políticas de usurpación que han reducido a niveles inhumanos el espacio mapuche. En el caso específico de Lleu-Lleu, de acuerdo a títulos de merced existentes, los cuales ya habían reducido considerablemente las tierras en poder de los mapuche, 120 hectáreas pertenecen a la comunidad Pascual Coña. Punto Final, 16 de febrero de 2001
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16 de febrero de 2001
¿Limpieza étnica en territorio mapuche? |
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![]() Avelino Meñaco, lonko de la comunidad Pascual Coña, zona de Lleu-Lleu. Muestra casquete de bomba lacrimógena lanzada por Carabineros |
No obstante, en la actualidad tan sólo poseen
50 hectáreas, pues las restantes se encuentran en poder del empresario
Oscar Carvajal quien pretende desarrollar un complejo turístico en
la zona del lago Lleu-Lleu. Mientras el empresario posee una hacienda con
lujosas instalaciones y todo tipo de comodidades, los comuneros mapuche
viven en precarias condiciones, subsistiendo casi milagrosamente de los
magros frutos de una o dos hectáreas de tierra por familia. Entonces,
no puede sorprender que el área se haya transformado en punto de
conflicto donde la comunidad intenta recuperar tierras usurpadas y el Estado
chileno, por intermedio de carabineros y los tribunales, ejerza una brutal
represión que ha devenido en una situación de extrema volatilidad,
quedando de manifiesto, una vez más, el racismo chileno.
BRUTAL REPRESION POLICIAL
A fines de enero, con el pretexto de buscar a gente que quemara pastizales en la hacienda Lleu-Lleu, la policía asaltó la casa de Avelino Meñaco, lonko de la comunidad Pascual Coña. Aún persisten en la modesta vivienda las huellas de una tarde de horror y odio racistas de los agentes del "orden". Orden chileno, claro está, pues en esta peculiar democracia nuestra no se aceptan ni el disenso ni la diversidad, simplemente se reprime toda manifestación de descontento con el sistema de dominación, especialmente si ésta proviene de un pueblo como el mapuche, indígena y pobre que se niega a desaparecer enfrentándose dignamente al poderío del Estado chileno.
Por eso es que aquel día, señala airado
el lonko, "llegaron disparando bombas y balines por todas partes, la casa
está llena de impactos de bala y sangre en el piso y partes quemadas
por las bombas. Nos quebraron los vidrios y golpearon a todo el mundo. Los
pacos dicen que detuvieron a gente en la hacienda y que jamás entraron
a la casa. Eso es mentira, porque a todos los peñi los detuvieron
aquí mismo, en mi casa; incluso a Manuel Fren, lonko de Cuyinco,
y al peñi Jaime Cona, los sacaron de otra casa, ni siquiera estaban
aquí. Esto era una humareda donde no se veía nada, los pacos
no respetaron a nadie, golpearon y trataron como perros a hombres, mujeres
y niños. Golpearon a los niños que gritaban y lloraban asustados,
porque se habían tratado de encerrar en una pieza, pero igual el
humo de las bombas les llegaba. A una guagüita de como ocho meses la
tuvimos que sacar casi muerta, afixiada".
![]() Parte del arsenal de bombas, balas de goma y balines utilizado por carabineros en asalto a casa de mapuche desarmados. |
Pero los mapuche, que no eran más de 25, también
se defendieron, porque nadie puede permanecer indiferente ante la arrogancia
y violencia de carabineros y porque hace ya tiempo se dieron cuenta que
sólo organizándose autónomamente y luchando podían
lograr algo, especialmente ante las tácticas dilatorias y engañosas
del gobierno que sólo busca confundir al pueblo mapuche, manipulando
a aquellas comunidades menos conscientes y reprimiendo a las que se les
enfrentan con demandas que van más allá de un retazo de tierras
y se plantean demandas de pueblo.
?LOS MAPUCHE NO ACEPTAREMOS MIGAJAS?
![]() Elba Santi, comunera mapuche, habitante de la casa asaltada por carabineros |
Pero el huinka no se va a ir, salvo que el pueblo mapuche
se organice y luche por sus derechos, como lo ha hecho desde siempre, puesto
que irrespectivamente del discurso de algunos sectores políticos
oportunistas, las políticas implementadas por el Estado chileno han
tenido como único objetivo la destrucción física y
cultural de los mapuche. El senador derechista Sergio Diez ha sido claro
en señalar que "no se trata de desarraigar a los mapuche, sino de
incorporarlos a la modernidad". Pero el concepto de modernidad de Diez es
bastante ambiguo, ya que ni el país es moderno con más de
tres millones de pobres, ni la incorporación del pueblo mapuche significa
otra cosa más que la asimilación a la sociedad chilena, negando
sus derechos como nación. Es lo que ha acontecido desde los orígenes
del Estado-nación chileno y no existe ningún indicio de que
ello cambiará. Por el contrario, la ley indígena de 1993 desconoce
la calidad de pueblo originario de los mapuche, negándosele así
el derecho político a organizarse como nación en un territorio
propio y soberano. Asimismo, a través de distintos medios, la clase
dominante ha dejado claro que "Chile puede enfrentar situaciones de mucha
gravedad, derivadas del absurdo reconocimiento legal de una suerte de ?nación
indígena? dentro del territorio chileno". En consecuencia, el gobierno
ha actuado con violencia para reprimir cualquier brote de lucha autonomista,
porque, acorde a lo señalado por José Miguel Insulza, ministro
del Interior, el gobierno "no va a dialogar con los grupos que ejercen la
violencia", refiriéndose a la Coordinadora Arauko-Malleko de fuerte
presencia en las zonas en conflicto. Sin embargo, el gobierno dialoga con
las Fuerzas Armadas que ejercieron la violencia terrorista contra el pueblo
chileno por cerca de dos décadas y las defiende cuando organizaciones
de derechos humanos presentan una querella contra los comandantes en jefe
de las instituciones armadas por obstrucción a la justicia. Por lo
demás, los mapuche simplemente se defienden ante la ferocidad del
Estado chileno y sus agentes, los mismos que gritaban enardecidos "indio
raza maldita a ustedes los vamos a matar a todos" mientras tomaban por asalto
una humilde casita de la comunidad Pascual Coña.
?NO LE TENEMOS MIEDO A NADIE?
![]() Dina Meñaco, niña mapuche que se encontraba en la casa asaltada por carabineros. |
La ministra de Mideplan, Alejandra Krauss, mantiene
que "con calma se logró la democracia en Chile y estoy segura que
de la misma manera, y a través del diálogo, buscaremos los
mejores mecanismos para solucionar el problema mapuche". Ministra: quizás
sería bueno que se diera una vuelta por Lleu-Lleu para que vea los
efectos del diálogo que propone, los orificios de los balines en
la casa de una familia mapuche, los impactos de las bombas lacrimógenas,
el miedo de los niños que allí se encontraban mientras los
carabineros bombardeaban el lugar, la sangre de los comuneros aún
en el piso de la vivienda. Por lo demás, en qué país
vivía usted, porque la democracia en Chile no se logró con
"calma", como tan suelta de cuerpo proclama, sino que con el sacrificio
y la lucha multifacética de millares de chilenos y chilenas, así
como de muchos mapuche que fueron masacrados por los militares y los terratenientes
sureños. Los mismos que hoy llaman a organizar bandas paramilitares
para defender sus intereses económicos. Pero el pueblo mapuche no
tiene miedo, como lo demuestra la fiera resistencia de una veintena de comuneros
contra dos centenares de policías fuertemente armados. No teme a
la lucha y por ello continuará su política de recuperación
de las tierras usurpadas por un empresario turístico para quien la
cultura mapuche vale menos que sus eventuales ganancias. Y, algún
día, cuando la tierra de sus antepasados sea nuevamente suya, tomarán
aquel bote anclado en la ribera del lago para viajar hacia las estrellas
Mauricio Buendia
En Lleu-Lleu,
Territorio Mapuche