Los primeros intentos por fundar una misión anglicana en la Araucanía se remontan a 1842. Un oficial de la marina inglesa intentó llegar a un acuerdo con los caciques que controlaban el territorio, pero fracasó. Las frustraciones fueron sucesivas, hasta que en 1895 llegaron los cinco primeros misioneros dirigidos por un canadiense de nombre Charles Sadleir, dispuesto a ganarse un espacio en la tarea de cristianización que la Iglesia Católica había reservado para los capuchinos... El Mercurio, 16 de diciembre de 2007
ELMERCURIO.COM |
"Mapuche y anglicanos" Vestigios fotográficos de una misión araucana (1896-1908):
El álbum que desentierra al cacique rubio y a los mapuches anglicanos
Domingo 16 de diciembre de 2007En esta foto fechada en 1897 posan Charles Sadleir -sentado a la derecha- junto a tres misioneros y tres mapuches en la puerta del taller de carpintería de la misión de Quepe.Foto:Gentileza Ocho Libros Editores |
Un álbum de fotografías olvidado se transformó en "Mapuche y anglicanos" (Ocho Libros). Imágenes que les cambian el rostro a los mapuches de la pacificación.
ÓSCAR CONTARDO
Los primeros intentos por fundar una misión anglicana en la Araucanía
se remontan a 1842. Un oficial de la marina inglesa intentó llegar
a un acuerdo con los caciques que controlaban el territorio, pero fracasó.
Las frustraciones fueron sucesivas, hasta que en 1895 llegaron los cinco
primeros misioneros dirigidos por un canadiense de nombre Charles Sadleir,
dispuesto a ganarse un espacio en la tarea de cristianización que
la Iglesia Católica había reservado para los capuchinos. Sadleir
fundó en Quepe y Cholchol dos escuelas. Eran el fin de un siglo, el
fin de un modo de vida para los mapuches, el comienzo de la era de las reducciones
y del Estado chileno ejerciendo soberanía en territorio mapuche. Parte
de esta historia comenzó a salir a la luz con el descubrimiento de
un álbum de fotos olvidado. Una colección de imágenes
que acaba de publicarse con el título "Mapuche y anglicanos. Vestigios
fotográficos de la misión araucana de Kepe" (Editorial Ocho
Libros).
En las postrimerías de la anexión del territorio mapuche al
Estado chileno, el lonko Neculman debió aceptar que en sus tierras
se instalara una misión cristiana. Según relata el investigador
José Ancán, un militar chileno les habría dado a elegir: ¿capuchinos
o anglicanos? La tradición oral consigna que el lonko habría
solicitado más información para tomar la decisión: ¿Cuáles
de esos fuman y beben? Finalmente la misión que se instalaría
sería la capuchina.
Se trata de un relato oral anecdótico que según el mismo Ancán
no tiene mayor sustento que la memoria de los más viejos, pero que
sirve para ilustrar ese momento nebuloso que fue la pacificación de
la Araucanía. "Mapuche y anglicanos, vestigios fotográficos
de la misión araucana de Kepe", compilado por André Menard
(antropólogo) y Jorge Pavez (sociólogo), se instala en esa
nebulosa y la despeja al menos en un rincón del período. El álbum
es el registro elaborado por Charles Sadleir, el misionero anglicano canadiense
que entró en contacto con los líderes mapuches de la zona de
Quepe y Cholchol, educó a muchos de sus hijos y se transformó para
otros tantos en un cacique más. El libro acompaña la fotografía
con textos de investigadores que explican desde distintas perspectivas el
valor de las imágenes descubiertas hace dos años en la casa
de una familia anglicana de Chiguayante. Son imágenes que contrastan
con la iconografía tradicionalmente etnográfica de los mapuches
en el período de la pacificación. Niños, hombres y mujeres,
con sus nombres y apellidos en actividades cotidianas. Algo así como
el otro lado de la medalla de trabajos sobre la construcción del imaginario
mapuche que ha elaborado la antropóloga visual Margarita Alvarado
sobre el material de fotógrafos exploradores. Si en la tradicional
fotografía de mapuches de fines del siglo XIX la imagen es folclorizante,
los fotografiados anónimos y el fotógrafo controlando la escena,
en las imágenes del álbum de la misión de Sadleir la
autoría de los retratos es incierta (¿los misioneros, los lonkos,
los niños?), los fotografiados están identificados y el retrato,
lejos de ser una estampa de postal, es un registro de la vida cotidiana.
André Menard explica que las misiones anglicanas tuvieron una lógica
distinta a la de las católicas. Mientras las primeras funcionaban
articuladas con el gobierno central del país, las misiones anglicanas
funcionaron con la lógica colonial británica de reconocimiento
de las autoridades locales.
"Como minoría entablan una relación muy directa con los caciques
locales que entran en alianza o negociación con los misioneros", añade
Menard.
Sistema lancasteriano
La evangelización anglicana de la misión Quepe se realizaba
en lengua mapuche y se utiliza el sistema lancasteriano -en el que los estudiantes
más avanzados hacen de monitores de los menos aventajados-, usando
la Biblia como texto único para aprender a leer. Según André Menard,
esto explicaría la estrecha relación con la Biblia que van
a tener muchos dirigentes mapuches que estudiaron en la misión y que
después participarían en política de manera activa.
"Otro asunto es la dimensión modernizadora con un énfasis en
la producción agrícola que en ese momento pasa de la ganadería
extensiva a la agricultura intensiva", añade Menard.
Charles Sadleir participó activamente de las agrupaciones mapuches
fundadas a comienzos del siglo XX. De hecho, en 1910 fue nombrado director
asociado de la Sociedad Caupolicán Defensora de la Araucanía,
la primera organización de su tipo en la época de las reducciones
indígenas. El sociólogo Jorge Pavez, coautor y compilador de "Mapuche
anglicanos", añade que el proyecto a largo plazo es estudiar a partir
de Sadleir la vida de muchos dirigentes mapuches anglicanos olvidados, como
Andrés Huichalaf, Manuel Aburto Panguilef y Venancio Coñuepan: "Abrir
este campo a muchos nuevos estudios sobre la vida de ellos". Líderes
olvidados que crecieron bajo la influencia de las ideas que trajo el misionero
canadiense que, según la historiadora Bárbara Bazley, investigadora
del anglicanismo en nuestro país, fue apodado por las autoridades
gubernamentales de la época como "El cacique rubio".
"Mapuche y anglicanos"
André Menard y Jorge Pavez, compiladores.
Ocho Libro Editores
Santiago.
Parlamentos entre iguales
Uno de los textos que incluye "Mapuches y Anglicanos" es un análisis
a cargo del antropólogo Rolf Foerster sobre el imaginario de los parlamentos
entre el gobierno de Chile y los caciques en la frontera durante el siglo
XIX. Foerster contrasta la obra gráfica del militar y ensayista argentino
Manuel Olascoaga y las fotografías del álbum de Sadleir. Mientras
los grabados de Olascoaga mostraban una imagen de la reunión en donde
los mapuches permanecían en posición de subordinación
e indiferenciados frente a los militares chilenos, el material gráfico
de Sadleir muestra reuniones a caballo formando un gran círculo, como
un diálogo entre iguales.
"El álbum de Sadleir permite mostrar a una cara desconocida de la
sociedad mapuche y que subvierte lugares comunes en apreciaciones sobre ella",
puntualiza Foerster.
La imprenta del reverendo
Los primeros proyectos de elaborar un alfabeto en lengua mapuche se remontan
a la obra del jesuita Luis de Valdivia en el siglo XVI. Todos los posteriores
proyectos de escritura del mapudungún creados por misioneros católicos
mantenían como formato constante el texto en dos columnas: una en
castellano, la otra en lengua mapuche. "Este será también el
formato preferente en la literatura etnológica de Tomás Guevara,
Rodolfo Lenz o el propio Manuel Manquilef, y lo veremos reaparecer con fuerza
a finales del sigo XX en la obra de poetas mapuches como Elicura Chiuailaf",
describen André Menard y Jorge Pavez en su libro. Por el contrario,
las misiones anglicanas prescindían de la doble columna y la traducción
al castellano, imprimiendo textos y cartas sólo en lengua mapuche.
Según los autores del estudio, esta diferencia formal "expresa una
diferencia ideológica de fondo". Mientras los misioneros católicos
tendían a la integración de los mapuches a la comunidad colonial
o nacional hispanoparlante, los anglicanos considerarían la conservación
de ciertos límites étnicos o raciales. Una suerte de polaridad
entre meztizaje y autonomía que, según Menard y Pavez, influiría
en el pensamiento de líderes mapuches educados en la misión
anglicana de Charles Sadleir, que se opondrán a la larga a la integración
de los mapuches a una "homogeneidad nacional chilena". En ese sentido, los
autores sostienen que "La Misión Araucana (anglicana) puede ser considerada
como una de las fuentes de este horizonte nacionalista mapuche".
Sadleir tuvo como principal colaborador en sus trabajos de traducción
a Ambrosio Payllalef, y desde un principio quiso tomar el control de las
ediciones que publicaría. Importó entonces una imprenta desde
Canadá, que le permitió utilizar el formato de escritura en
mapudungún sin doble columna y elaborar un periódico, La Aurora
Araucana, que tuvo su primer número en 1913.
Arauco Anglo
El libro "Mapuche y Anglicanos", de André Menard y Jorge Pavez,
tuvo desde su primer impulso una raíz británica. Esto porque
los investigadores trabajaban en un proyecto financiado por la British Library
para el rescate de archivos en peligro de todo el mundo. La institución
inglesa destina fondo para resguardar archivos y documentos de pueblos preindustriales
de todo el mundo que no estén catalogados en instituciones formales. "Nuestro
proyecto era hacer un catastro de archivos mapuches que no estuvieran en
el archivo nacional", cuentan.
Fue en Temuco, pesquisando estos archivos, que coincidieron por casualidad
con la historiadora Bárbara Bazley, quien los contactó con
el ex obispo anglicano Ian Morrison, que tenía en su casa, en Chiguayante,
documentos sin clasificar de las misiones anglicanas. Allí estaba
el álbum de la misión de Quepe. El trabajo a largo plazo que
se proponen los investigadores es desenterrar los documentos y cartas de
los caciques de principios de siglo "que escribían actas de parlamentos,
mandaban cartas al Presidente y estaban interesados en que el pueblo mapuche
se alfabetizara", explican Menard y Pavez.