En diciembre de 1997 comenzaron las primeras ocupaciones de predios forestales y los enfrentamientos con Carabineros. Lumaco y un camión maderero de Bosques Arauco, fueron el escenario y blanco escogido. Esta violencia descolocó al gobierno de la época y dio luces de que el cartel de “mapuches en conflicto” no se bajaría tan fácil. Exactamente un año después un masivo encuentro de comunidades radicalizadas, realizado en la provincia de Arauco, dio paso al nacimiento de la Coordinadora Arauco- Malleco. El Sur, 25 de febrero de 2007

 

Domingo 25 de febrero de 2007

Cómo se gestó la CAM

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A partir de noviembre de 2006 el ambiente nuevamente se tensó en Arauco, tras la quema de una cabaña de veraneo

En diciembre de 1997 comenzaron las primeras ocupaciones de predios forestales y los enfrentamientos con Carabineros. Lumaco y un camión maderero de Bosques Arauco, fueron el escenario y blanco escogido.
     Esta violencia descolocó al gobierno de la época y dio luces de que el cartel de “mapuches en conflicto” no se bajaría tan fácil.
     Exactamente un año después un masivo encuentro de comunidades radicalizadas, realizado en la provincia de Arauco, dio paso al nacimiento de la Coordinadora Arauco- Malleco.
     A la cabeza de este movimiento se alzaron dos werkenes jóvenes impetuosos y que no estaban dispuestos a esperar pacientes una solución gubernamental, para la recuperación de las tierras ancestrales que hasta hoy reclaman. Víctor Ancalaf y José Huenchunao, lideraron esta primera etapa, la más dura, porque a fines de la década pasada casi a diario se registraban atentados que hicieron tambalear el Estado de Derecho en la zona de conflicto territorial.
     Geográficamente ésta abarca la provincia de Malleco (Región de la Araucanía) y el sur de la provincia de Arauco (Región del Biobío).
     Los puntos donde se centró más la violencia fueron Tirúa, Cañete, Collipulli, Purén y Los Alamos.
     El gobierno del entonces Presidente Eduardo Frei- Ruiz Tagle paró las antenas, más aún cuando ya a comienzos de 1998 el propio Víctor Ancalaf lo increpó públicamente durante una visita oficial a la localidad de Mininco. “Frei, no se olvide que está en territorio mapuche”, fueron las palabras con que sorprendió al ex mandatario, quien vio interrumpido su discurso, cuando una quincena de indígenas se tomó el estrado.
     De ahí en adelante vinieron movilizaciones, tomas de terreno y de fundos forestales, y un discurso cada vez más radical.
     Ambos dirigentes fueron acusados de delitos contra el orden público y daños a la propiedad privada. Incluso, Ancalaf en 2000 ocupó el Juzgado de Collipulli junto a una treintena de comuneros, en momentos en que estaba al interior el ministro de la Corte de Apelaciones de Temuco, Lenin Lillo. Ellos y otros miembros de la entidad desfilaron por las cárcel varias veces.
     El discurso duro de la CAM no sólo era en contra de las forestales y el gobierno.
     También recriminaba a los propios mapuches que no apoyaban su forma de lucha.
     Pese a la unidad que mostraba la organización, vino el quiebre. Ancalaf cedió y aceptó el diálogo con el gobierno. Apostó por la negociación, por una tregua.
     Postura que su compañero José Huenchunao no aceptó.
     A comienzos de 2001, el primero dejó la organización y ya fuera de ésta, apoyó la causa pehuenche en contra de la construcción de la central Ralco, lucha que perdió, así como su libertad, ya que desde abril de 2002 está detenido en la cárcel El Manzano de Concepción, condenado a 10 años de prisión por incendio terrorista.
     En los últimos años la CAM ha actuado desde la clandestinidad. Su página web (alojada en el sitio weftun.cjb.net) está inactiva desde noviembre de 2005. Su lucha ahora es sigilosa, tal como los pasos que da su líder, José Huenchunao, para no ser capturado.



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