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A partir de noviembre de 2006 el ambiente nuevamente
se tensó en
Arauco, tras la quema de una cabaña de veraneo
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En diciembre de 1997 comenzaron las
primeras ocupaciones de predios forestales y los enfrentamientos con
Carabineros. Lumaco y un camión maderero de Bosques Arauco,
fueron el escenario y blanco escogido.
Esta violencia descolocó al gobierno
de la época y dio luces de que el cartel de “mapuches
en conflicto” no se bajaría tan fácil.
Exactamente un año después
un masivo encuentro de comunidades radicalizadas, realizado en la provincia
de Arauco, dio paso al nacimiento de la Coordinadora Arauco- Malleco.
A la cabeza de este movimiento se alzaron
dos werkenes jóvenes impetuosos y que no estaban dispuestos a
esperar pacientes una solución gubernamental, para la recuperación
de las tierras ancestrales que hasta hoy reclaman. Víctor Ancalaf
y José Huenchunao, lideraron esta primera etapa, la más
dura, porque a fines de la década pasada casi a diario se registraban
atentados que hicieron tambalear el Estado de Derecho en la zona de conflicto
territorial.
Geográficamente ésta abarca
la provincia de Malleco (Región de la Araucanía) y el sur
de la provincia de Arauco (Región del Biobío).
Los puntos donde se centró más
la violencia fueron Tirúa, Cañete, Collipulli, Purén
y Los Alamos.
El gobierno del entonces Presidente Eduardo
Frei- Ruiz Tagle paró las antenas, más aún cuando
ya a comienzos de 1998 el propio Víctor Ancalaf lo increpó públicamente
durante una visita oficial a la localidad de Mininco. “Frei, no
se olvide que está en territorio mapuche”, fueron las palabras
con que sorprendió al ex mandatario, quien vio interrumpido su
discurso, cuando una quincena de indígenas se tomó el estrado.
De ahí en adelante vinieron movilizaciones,
tomas de terreno y de fundos forestales, y un discurso cada vez más
radical.
Ambos dirigentes fueron acusados de delitos
contra el orden público y daños a la propiedad privada.
Incluso, Ancalaf en 2000 ocupó el Juzgado de Collipulli junto
a una treintena de comuneros, en momentos en que estaba al interior el
ministro de la Corte de Apelaciones de Temuco, Lenin Lillo. Ellos y otros
miembros de la entidad desfilaron por las cárcel varias veces.
El discurso duro de la CAM no sólo
era en contra de las forestales y el gobierno.
También recriminaba a los propios
mapuches que no apoyaban su forma de lucha.
Pese a la unidad que mostraba la organización,
vino el quiebre. Ancalaf cedió y aceptó el diálogo
con el gobierno. Apostó por la negociación, por una tregua.
Postura que su compañero José Huenchunao
no aceptó.
A comienzos de 2001, el primero dejó la
organización y ya fuera de ésta, apoyó la causa
pehuenche en contra de la construcción de la central Ralco, lucha
que perdió, así como su libertad, ya que desde abril de
2002 está detenido en la cárcel El Manzano de Concepción,
condenado a 10 años de prisión por incendio terrorista.
En los últimos años la CAM
ha actuado desde la clandestinidad. Su página web (alojada en
el sitio weftun.cjb.net) está inactiva desde noviembre de 2005.
Su lucha ahora es sigilosa, tal como los pasos que da su líder,
José Huenchunao, para no ser capturado. |