No se descarta, además, la posibilidad de que Arauco siga por el camino judicial para impugnar la decisión del organismo.

 
Celulosa Arauco y Constitución (Arauco) presentó un recurso de reclamación ante la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) debido a su desacuerdo con las condiciones en que fue aprobada en octubre la planta de celulosa que la compañía pretende realizar en la localidad de San José de la Mariquina, cerca de Valdivia, en la Décima Región.

 La comisión cuenta ahora con treinta días para resolver el recurso, dictamen que significará dar por finalizado el proceso administrativo de regulación medioambiental del proyecto. No se descarta, en todo caso, la posibilidad de que Arauco siga por el camino judicial para impugnar la decisión del organismo gubernamental.

 Dentro de las condiciones que planteó Conama en su aprobación del proyecto, y para la que Arauco solicita una reconsideración, se encuentra la obligación de que la planta construya una planta de tratamiento terciario para los desechos líquidos que provengan de la operación, pues la compañía planteaba la solución alternativa a esa propuesta, cual era la edificación de un ducto emisario que depositara los residuos en el mar. Esta cañería llegaría a la bahía de Mehuín, poblado en que sus habitantes se opusieron drásticamente a la realización de los estudios técnicos dispuestos por la empresa para analizar la factibilidad del ducto.

 Debido a este impedimento, la compañía no pudo presentar esta alternativa respaldada por estudios de manera de confrontarla con la propuesta de Conama de la planta terciaria.

En veremos

 Esto, porque existen ciertas condicionantes, principalmente económicas, que no hacen recomendable la construcción de una industria de esas características.

 En primer lugar, a una inversión como ésta, calculada en mil 45 millones de dólares, se le dificultad bastante la consecución de financiamiento, pues la crisis internacional ha empujado las tasas convirtiéndolas en casi inaccesibles para las empresas de países emergentes.

 Por otro lado, el ciclo de bajos precios por el cual atraviesa la celulosa en estos años (en 1998 se ha situado en torno a los 450 dólares la tonelada, muy bajo comparado con los 800 y hasta 900 dólares de hace tres años) no convence ni impulsa a ningún actor a construir plantas como ésta, que aportará en torno a las 500 mil toneladas de producción anual al mercado internacional. Estas cotizaciones van en línea con la gran caída en la demanda mundial del commodity por la desaceleración de las economías y la sobreoferta existente.