ver y facilitar que las mismas comunidades indígenas organizadas tengan la posibilidad y el apoyo para desarrollar programas de mejoramiento de la educación que integren sus tradiciones, su lengua y, en general, su cultura. Implementar programas participativos, basados en la capacitación, para aumentar la productividad de sus tierras. Implementar un Plan de Desarrollo de los Pueblos Originarios, que considere medidas en el campo de la descentralización, mediante el traspaso de recursos y facultades a las comunas y a los gobiernos regionales, a fin de que la causa de los pueblos originarios encuentre en los niveles comunal y regional recursos y facultades para establecer mecanismo de resolución para sus problemas específicos. Implementar un programa que permita incorporar principalmente al pueblo mapuche al desarrollo forestal del país, que posibilite a aquellos que poseen tierras recibir un ingreso mientras crecen sus plantaciones. Promover el respeto a la diversidad cultural, impulsando la creación de espacios para el conocimiento y difusión de la cultura y la historia de los pueblos originarios. La gestión de estos espacios debe profesionalizarse y pueden surgir al alero de municipios interesados en ofrecer alternativas de atracción turística, lo que podría generar un nuevo ingreso para las comunidades que participen. Instaurar una beca para estudios superiores para hijos de las familias indígenas en situación de pobreza que obtengan buenas calificaciones. Fortalecer la salud rural con una mejor dotación de postas y ambulancias. Facilitar el acceso de las comunidades a los centros urbanos con una mejor infraestructura vial.

 
 

 

Programa del candidato a la Presidencia de Chile Sebastián Piñera en relación a los pueblos originarios:

Pueblos Originarios:

La paz social se ha visto cuestionada en las regiones del Bío-Bío y La Araucanía, por la aparición de inconvenientes síntomas de violencia en sectores de comunidades indígenas, que no sólo han puesto en duda la vigencia del principio de la seguridad jurídica, como elemento esencial para la protección de los derechos fundamentales garantizados por la Constitución, sino que también ha demostrado la ineficacia de las políticas públicas sobre protección y desarrollo de la población mapuche implementadas hasta ahora.

La reiteración y propagación de actos de violencia protagonizados por grupos minoritarios organizados, que han optado por recurrir a la violencia como método de obtención de tierras, recurriendo a la toma ilegal de predios particulares; al incendio; al robo; a los atentados contra la vida de las personas, y a la amenaza, a fin de arrancar decisiones a la autoridad, acompañados de la sensación de que quedan en la impunidad, ha provocado en la población de estas regiones en general, y en los sectores productivos en especial, el justificado temor de ser víctimas de actos de la misma naturaleza, lo que ha afectado una parte de las actividades económicas locales y ha significado la deserción de numerosas inversiones y proyectos productivos, que habrían contribuido al desarrollo y progreso de dichas regiones y a la creación de oportunidades de trabajo para muchos trabajadores indígenas.

Dicha actitud no es representativa de los pueblos originarios y contrasta con el arraigado sentido de respeto a la ley y al orden que caracteriza a la inmensa mayoría de las comunidades mapuches, que ha optado tradicionalmente por el esfuerzo personal y familiar para mejorar su propia situación, y por representar sus legítimas aspiraciones y reclamos a la autoridad por las vías democráticas y legales, sin recurrir a medios ilícitos o violentos.

No puede dejar de advertirse que uno de los factores que han gravitado en esta situación es que la política que se ha impuesto con relación a los pueblos originarios se ha transformado en fuente de mayor pobreza, frustración y violencia, al crear expectativas completamente apartadas de la realidad.

Debe reconocerse, también, que hay desconocimiento entre los chilenos de la cultura y la historia de los pueblos indígenas, lo que, muchas veces, lleva a interpretaciones equivocadas sobre la situación existente. Se olvida que la cultura indígena forma parte de nuestras raíces, por lo que su diversidad y sus expresiones culturales deben ser valoradas e integradas a toda la comunidad nacional.
Por nuestra parte, creemos que el país debe afrontar en su conjunto la solución de los problemas que aquejan a esta valiosa porción de compatriotas de origen indígena, distinguiendo con claridad entre quienes piden recursos y facultades para superar su actual situación de menoscabo económico y quienes lo hacen con móviles políticos contrarios a la integrid ad nacional. Por ello proponemos:
Reconocer que la causa mapuche, entendida como el derecho a preservar costumbres, tradiciones y lenguas, no sólo es legítima sino deseable, ya que permite incentivar el respeto a las individualidades y el reconocimiento a la diversidad cultural. De esta forma, el respeto y la preocupación por conservar la cultura mapuche debe ser entendida como un gran aporte a la tolerancia y, por ello, a nuestro sistema democrático.

Promover y facilitar que las mismas comunidades indígenas organizadas tengan la posibilidad y el apoyo para desarrollar programas de mejoramiento de la educación que integren sus tradiciones, su lengua y, en general, su cultura.

Implementar programas participativos, basados en la capacitación, para aumentar la productividad de sus tierras. Implementar un Plan de Desarrollo de los Pueblos Originarios, que considere medidas en el campo de la descentralización, mediante el traspaso de recursos y facultades a las comunas y a los gobiernos regionales, a fin de que la causa de los pueblos originarios encuentre en los niveles comunal y regional recursos y facultades para establecer mecanismo de resolución para sus problemas específicos.
Implementar un programa que permita incorporar principalmente al pueblo mapuche al desarrollo forestal del país, que posibilite a aquellos que poseen tierras recibir un ingreso mientras crecen sus plantaciones.

Promover el respeto a la diversidad cultural, impulsando la creación de espacios para el conocimiento y difusión de la cultura y la historia de los pueblos originarios. La gestión de estos espacios debe profesionalizarse y pueden surgir al alero de municipios interesados en ofrecer alternativas de atracción turística, lo que podría generar un nuevo ingreso para las comunidades que participen.
Instaurar una beca para estudios superiores para hijos de las familias indígenas en situación de pobreza que obtengan buenas calificaciones.

Fortalecer la salud rural con una mejor dotación de postas y ambulancias.

Facilitar el acceso de las comunidades a los centros urbanos con una mejor infraestructura vial.

 

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