De los 55 detenidos, menos de 10 fueron detenidos durante la ocupación del camino (para impedir el paso del transformador) y el resto fue sacado a viva fuerza de sus casas o de los campamentos de trabajadores -"los que nada tenían que ver". Así nos lo relató el lonco Antolín Curriao: "Lo que pasó es que carabineros llegó a las casas. Mire, usted, cómo me hicieron tira la puerta. A sacar la gente de las casas y, pucha, nos trataron como perros. Nosotros estamos en contra de eso, porque los carabineros abusaron demás, porque nosotros estamos en nuestro legítimo derecho. Aquí sacaron a la señora, arrastraron a una anciana que tiene más de 90 años -relata el lonco señalando su casa que aún huele a lacrimógenas. En la parte Malla, donde estuvimos, ahí dejaron dos niños solitos, porque se llevaron preso al papá, a la mamá y al abuelito que llegó ahora y anda con su bracito herido con balines. Yo hallo que es una cosa demasiado injusta", termina diciendo. Luego de esta detención, el gobierno ha intentado ligar nuevamente las movilizaciones pehuenches con una supuesta "infiltración' externa, a nivel internacional -está la expulsión del periodista Marc Serra, el segundo extranjero expulsado por el Estado chileno en este conflicto-, o planteando que más de la mitad de los detenidos no era pehuenche, aduciendo como argumento los apellidos, lo que no tiene mucho asidero si se contempla la detención indiscriminada, incluso de trabajadores de empresas contratistas que trabajan para Endesa. La intención evidente del gobierno es bajarle el perfil al conflicto, dando a entender que no existen motivos reales para la oposición determinante de los mapuche-pehuenches a la Central Ralco, sino no que quienes se oponen son traídos desde fuera. El Siglo 15 de marzo de 2002

Nº 1079 - Santiago, 15 de marzo de 2002
Ralco: La resistencia en el Alto Bío-Bío
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"Yo voy a luchar hasta el final porque yo no estoy buscando trabajo.
Yo no quiero la plata, quiero mi tierra. Yo no sé trabajar Endesa, yo sé trabajar en mi cultura. En mi tierra, entiendo todo. Por eso que no quiero salir de mi tierra, yo y no voy a salir".
-¿Qué piensa que va a pasar ahora?
¿Qué puede pasar? Estos eran todos 'endesados' -dice,
señalando a su alrededor- y ahora se están reuniendo conmigo
y antes no me veían muy bien también".
-¿Confía en que va a haber una resistencia mucho más
fuerte?
"Mucho más fuerte. Eso es lo que nosotros queremos. Ya no dejar
trabajar a la Endesa. Que no pasen y no trabajen más. Yo de mi tierra
no voy a salir. A mí no me van a sacar esa Endesa. A mí si
me saca mi cha-chao que me dejó en el mundo, ahí si saldré.
Yo tengo fe solamente en mi cha-chao. Hasta el final voy a decirle no a
la represa y Ralco no se hace".
Son la palabras de Nicolasa Quintremán, quien con la misma firmeza
de siempre, pero con la voz un tanto quebrada por el cansancio, repite
ese ¡no a Ralco! que viene sosteniendo desde que Endesa llegó
a sus tierras con la intención de realizar una Central Hidroeléctrica.
Decisión indeclinable -suya, de su hermana Berta, y de otros cinco
pehuenches que se han negado a permutar sus tierras- y que ha concitado
el apoyo de otras organizaciones mapuches, las que llegaron a ponerse a
disposición de los pehuenches en esta lucha que recrudece al acercarse
los transformadores, parte central de la represa y que marcan la etapa
final de su construcción. Pese a que la decisión de la Corte
Suprema declara que Endesa puede construir el muro de la represa, también
establece que si no hay permutas no puede inundar las tierras de quienes
no han permutado. Por lo tanto, puede construir una gran muralla, pero
con un bajo nivel de agua. Esa es la preocupación de Endesa hoy
día, por lo que apeló de esta decisión. Pero conociendo
que el camino legal es muy largo, la empresa estaría pensando en
subir los montos ofrecidos a las familias que no han permutado, ya no hablando
de millones de pesos, sino de millones de dólares. Cuestión
que difícilmente importe a mujeres como Berta y Nicolasa Quintremán.
De hecho, la construcción de la Central ya es una ilegalidad,
porque se está realizando en una zona declarada de protección
étnica, por lo que para que el proyecto se iniciara se requería
la autorización de la totalidad de los habitantes del lugar y de
la CONADI. El gobierno, a través de ésta última, ya
pasó por sobre la ley al autorizar las permutas (que ya contenían
irregularidades, ver recuadro) pese a que no estaban todos de acuerdo.
La determinación de la Corte, si bien no es del todo favorable,
da un respiro a las familias y alarga los tiempos para el término
de la represa. Recordemos que, si bien la central partió con la
idea de entrar en funcionamiento a partir del 2005, Endesa cambió
los plazos para este año, el 2002, y ahora es probable que eso no
se cumpla.
Política gubernamental
En el conflicto de Ralco se evidencia en toda su dimensión la
política gubernamental -de todos los gobiernos de la Concertación-
frente al conflicto mapuche: un falso diálogo con alguna entrega
de recursos, más tendiente a dividir que a dar soluciones; y cuando
lo primero falla, la mano se endurece, desatando la represión más
dura. Y es en esta etapa donde se encuentra hoy este conflicto: ya se dividió
todo lo que se podía, y es innegable el daño hecho por la
empresa eléctrica y el Estado en estas comunidades, pero no lograron
allanar la firme decisión de un grupo de pehuenches, principalmente
mujeres, por lo que han volcado con toda su fuerza la represión,
viviendo en permanente vigilancia y hostigamiento.
El Siglo quiso subir a Ralco, acercarse a este problema tantas veces
descrito en sus páginas, para dar a conocer mejor la lucha de estas
mujeres que se enfrentar a todo el aparato del Estado y al poder del capital,
sobre todo luego de la represión sufrida el martes 5 de marzo, que
dejó 55 mujeres, hombres y ancianos detenidos y golpeados por Carabineros.
Subimos en el bus de la 1 a Ralco. Nuestro destino era encontrarnos
con la caravana que subió minutos antes con dirigentes de distintas
organizaciones indígenas. En el largo trayecto constatamos la vigilancia,
con controles policiales de la gente que sube y baja, ya sea apersonándose
en los buses o a través de binoculares; también nos queda
claro los efectos de la manipulación de la información -en
un pueblo que se informa por la prensa oficialista y de derecha, unido
a una televisión parcial-, con la voz de una mujer joven que desde
atrás repetía palabras como: desarrollo, cesantía,
desorden, conflictivos… el discurso oficial de los "Correa Sutil". La mayoría,
en cambio, conversaba en mapudungun o miraba por la ventana el enorme lago
muerto en que se convirtió Pangue, la primera central hidroeléctrica.
Curiosamente, la mayoría bajó en el sector del puente Malla,
donde se llevaba a cabo la reunión mapuche pehuenche.
En el lugar deambulaban o conversaban con la prensa los dirigentes
de la Sociedad Ñancucheo de Lumaco, ahora convertida en Entidad
Territorial Nalche, Alfonso y Galvarino Reimán; José Naín
y Aucán Huilcamán, del Consejo de Todas las Tierras, el alcalde
de Tirúa, Adolfo Millabur, el dirigente de las comunidades en Conflicto
de Collipulli, Víctor Ancalaf, escindido de la Coordinadora Arauco
Malleco, entre otros. Luego todos se reunieron bajo un gran árbol,
mientras caía una insistente lluvia, para resolver las acciones
a seguir, sesión de la que, por lo demás, quedaban afuera
los no mapuche y, sobre todo, los periodistas. Tras la reunión,
no hubo la declaración en conjunto que se esperaba, pero sí
la decisión compartida de apoyar a "a las ñañas" (las
hermanas Quintremán), en todos y en cada uno de sus frentes. Lo
que se ha llevado a cabo, teniendo en cuenta las manifestaciones que se
han realizado en distintas ciudades contra el proyecto hidroeléctrico
(ver recuadro).
La represión
A los medios periodísticos que se encontraban se nos dio un recorrido
por las casas que fueron destrozadas durante la represión del martes
5, pues las versiones conocidas por la prensa y la televisión son
opuestas a lo que cuentan los afectados -y quizás por eso la evidente
desconfianza con la prensa. Vidrios destrozados, puertas arrancadas, una
camioneta inutilizada, son los signos del allanamiento feroz que sufrieron
los pehuenches. De los 55 detenidos, señalaron, menos de 10 fueron
detenidos durante la ocupación del camino (para impedir el paso
del transformador) y el resto fue sacado a viva fuerza de sus casas o de
los campamentos de trabajadores -"los que nada tenían que ver".
Así nos lo relató el lonco Antolín Curriao: "Lo que
pasó es que carabineros llegó a las casas. Mire, usted, cómo
me hicieron tira la puerta. A sacar la gente de las casas y, pucha, nos
trataron como perros. Nosotros estamos en contra de eso, porque los carabineros
abusaron demás, porque nosotros estamos en nuestro legítimo
derecho. Aquí sacaron a la señora, arrastraron a una anciana
que tiene más de 90 años -relata el lonco señalando
su casa que aún huele a lacrimógenas. En la parte Malla,
donde estuvimos, ahí dejaron dos niños solitos, porque se
llevaron preso al papá, a la mamá y al abuelito que llegó
ahora y anda con su bracito herido con balines. Yo hallo que es una cosa
demasiado injusta", termina diciendo.
Luego de esta detención, el gobierno ha intentado ligar nuevamente
las movilizaciones pehuenches con una supuesta "infiltración' externa,
a nivel internacional -está la expulsión del periodista Marc
Serra, el segundo extranjero expulsado por el Estado chileno en este conflicto-,
o planteando que más de la mitad de los detenidos no era pehuenche,
aduciendo como argumento los apellidos, lo que no tiene mucho asidero si
se contempla la detención indiscriminada, incluso de trabajadores
de empresas contratistas que trabajan para Endesa, y que no todos los pehuenches
tienen apellido indígena ya sea por el mestizaje o por circunstancias
históricas. En todo caso, la intención evidente del gobierno
es bajarle el perfil al conflicto, dando a entender que no existen motivos
reales para la oposición determinante de los mapuche-pehuenches
a la Central Ralco, sino no que quienes se oponen son traídos desde
fuera.
La elasticidad de lo legal
Una cátedra sobre el respeto al "Estado de Derecho" -concepto
que repiten a diario los personeros de gobierno, incluido el mismo Ricardo
Lagos- ha sido todo el proceso de aprobación -cueste lo que cueste-
de la Central Hidroeléctrica Ralco.
Para la aprobación de este proyecto, la directora de la CONAMA
en 1996, Vivianne Blandot, aceptó la imposición del Segpres
y le permite a Endesa presentar un addemdum ante las falencias de su Estudio
de Impacto ambiental (EIA), pese a que ella postulaba mayores exigencias
medioambientales al proyecto.
El director de la CONADI, Mauricio Huenchulaf fue despedido por oponerse
a la construcción de Ralco. Posteriormente fueron destituidos los
consejeros que representaban al gobierno en la Corporación Indígena,
Cristián Vives y Milene Valenzuela, también por oponerse
a la Central.
Para reemplazar a Huenchulaf, se designó como nuevo director
de la CONADI a Domingo Namuncura. Este debía estudiar y aprobar
las solicitudes de permutas. Para ello, encargó el estudio a un
equipo jurídico externo, encabezado por el ex ministro de Aylwin,
el abogado René Abeliuk. El informe evacuado estableció,
mediante documentos filmicos, que 64 de los contratos revisados habrían
sido obtenidos mediante manipulación y engaño, por lo que
las peticiones de permuta presentadas a la CONADI no se ajustaban a derecho
y debían ser rechazadas por ilegales.
El mismo Domingo Namuncura, señaló en una entrevista
a El Mercurio (16/08/98), que en los registros fílmicos a los pehuenches
"se percibe el grado de resignación de ellos, donde prima la idea
de que la empresa les señaló que el proyecto ya estaba aprobado
por el gobierno, mostrándoles la autorización de la CONAMA
para construir la represa. No les dijeron que su voluntad contaba y que
la CONADI debía aprobarlo".
Posteriormente Namuncura también fue destituido. En septiembre
del 1998, se puso en su lugar al socialista Rodrigo González, quien
en febrero del 99 ya había aprobado la mayoría de las permutas,
las mismas calificadas como ilegales por el informe de Abeliuk.
En marzo del 2000, Frei, con el último estertor de su gobierno,
presionó al Controlar General de la República, Arturo Aylwin,
para que aprobara el decreto de concesión eléctrica en el
caso Ralco, desatendiendo la Ley Indígena.
Estos son sólo algunas de las las circunstancias. No se contempla
los dineros públicos utilizado en la seguridad de las instalaciones
de Endesa en el alto Bío-Bío, ni el reciente despliegue de
efectivos policiales, protegiendo el convoy que traslada el transformador.
Españoles en el alto Bío Bío: "Parece que estamos durante la dictadura"
Poca cara de infiltrados tienen Laura y Tony, los españoles que
están hace menos de un mes junto a las mujeres pehuenches del alto
Bío Bío. Ellos pertenecen al Comité de Solidaridad
con los Pueblos de América, de Menorca -la misma organización
a la que pertenece Patricia Ballesteros, la española expulsada hace
dos años por el gobierno- y están aquí a propósito
de algunos proyectos que han financiado en la zona y se manifiestan extrañados
de los dichos de los personeros públicos para con ellos: los extranjeros
en Ralco.
"Lo que pasa que el gobierno nos acusa de extranjeros infiltrados,
como incitadores de la violencia mapuche y nosotros lo desmentimos completamente,
porque nosotros de infiltrados... nada. Venimos para apoyar la causa y
para ver los proyectos. De hecho, somos la quinta brigada, o sea que ya
han pasado por aquí cuatro brigadas antes que nosotros.
Tony: Algunos momentos parece que estamos durante la dictadura. Lo
que han pasado aquí se ve claramente: han detenido a las personas
y en dos días no hemos sabido nada de ellas. Nosotros fuimos la
misma noche acompañando a la ñañas a la comisaria
para ver cómo estaban los heridos y hasta ayer (viernes) no nos
dieron información. Nadie sabía nada. Detienen a niños
menores, ancianos, mujeres, allanamiento de morada. Lo vimos nosotros también
el otro día. En algunos momentos decimos ¡no puede ser, dónde
estamos!
Laura: Y si los turistas están autorizados para visitar cualquier
parte del país, ¿por qué no podemos venir acá
al alto Bío Bío, a conocer la realidad del pueblo pehuenche?
¿Y si Endesa, que es una empresa española, está acá,
por qué no podemos venir nosotros?
Tony: Nosotros nos sentimos afectados como ciudadanos del mundo, primero
porque nos sentimos unidos a los pehuenches y porque amamos este planeta.
Esto es lo más bello que he visto en mi vida y cuando subimos ayer
a la casa de las ñañas, es que me dio una rabia verlo todo
destrozado. Yo no sé cómo pudieron hacer eso. Yo no sé
cómo la gente no se rebeló.
Y lo más fuerte de todo, que los pacos suban con los coches
de Endesa. Que Endesa les pague la comida ¿Dónde se ha visto
esto?
Laura: Y que sean los propios carabineros que estén escoltando
el transformador. Es un cuerpo de seguridad nacional y público y
parece que es una empresa que está contratando a una empresa de
seguridad.
Tony: En vez de defender aquí a la gente pobre. Es que hemos
visto cómo están las casas, cómo está todo…
Laura. No tienen ni luz corriente y las torres de electricidad pasan
encima de sus casas…
Ralco fuera de Ralco
La represión en el Alto Bío Bío y la posterior
respuesta del subsecretario del Interior indicando que los indígenas
en lucha eran un grupo de cobardes, generó una fuerte reacción
en el pueblo mapuche. De inmediato surgieron acciones de protesta, y se
esperan nuevas movilizaciones.
"Los últimos acontecimientos de violencia en contra de nuestras
comunidades en Ralco, la abierta política de descrédito hacia
nuestro movimiento mapuche por parte de los medios de prensa manejados
por los grupos empresariales, la injusta aplicación de la Ley Antiterrorista,
los dichos de personeros de gobierno sindicando a nuestro pueblo de cobarde,
no pueden seguir siendo admitidos impunemente". Este es un extracto del
comunicado que entregaron las organizaciones mapuches de Santiago en una
marcha convocada el pasado 12 de marzo.
Medio millar de personas marcharon desde el frontis de la CUT hasta
el cerro Huelén, en respaldo a la lucha que se desarrolla en el
Alto Bío Bío. Una vez que llegó la marcha a las faldas
del cerro, en medio de una asfixiante vigilancia policial, hablaron dirigentes
de la coordinadora mapuche Weli Witxran Mapu de Santiago y una representante
de los mapuches de Ralco, Ilda Riquelme Huenteao, quien relató la
brutal represión de la que fueron víctimas.
Pero la movilización se vino a sumar a toda una serie de acciones
de protesta que se viene desarrollando en diversos puntos del país.
En la misma capital, otra acción de denuncia golpeó la tranquilidad
oficial del acto de conmemoración del Día Internacional de
la Mujer realizado en la Plaza de la Constitución el pasado 9 de
marzo. Mientras la ministra Delpiano pronunciaba su discurso, irrumpió
una mujer mapuche gritando entre forcejeos con la seguridad del acto "el
gobierno en el Día de la Mujer masacra a la mujer pehuenche". Un
Ricardo Lagos visiblemente molesto, intentaba recuperar el control de su
acto oficial, pero la respuesta de los mapuches a la violencia estatal
golpeaba nuevamente la mesa.
En la IX Región, también se registraron movilizaciones.
Diversas organizaciones indígenas, entre las que se encontraban
Ad Mapu y el Consejo de Todas las Tierras, irrumpieron en la intendencia
para exigir explicaciones por la represión en Ralco y los dichos
del "sutil" subsecretario del Interior. Sin recibir respuesta y en una
reacción inusitada, fueron violentamente desalojados por la policía.
También en Temuco, mujeres mapuches intentaban tomarse la catedral
mientras se celebraba el 8 de marzo.
En Ralco, en tanto, delegaciones de diversos grupos mapuches llegados
principalmente de Temuco entregaron su solidaridad a los pehuenches que
resisten la construcción de la represa, y se espera que sigan llegando
grupos con su apoyo. La decisión estaba tomada: oponerse por todos
los medios posibles a que pasara el segundo transformador que espera el
megaproyecto.
Pero estas movilizaciones que comenzaron casi como respuestas espontáneas
de indignación ante la posición del gobierno en Ralco, poco
a poco toman mayor cuerpo. El secretario general de Ad Mapu, Domingo Marileo,
junto a otros dirigentes mapuches, anunciaron la puesta en marcha de un
Plan de Movilizaciones a partir del 15 de marzo, que se desarrollarán
en todo el país. Este plan busca impedir la construcción
de la hidroeléctrica, involucrando en la lucha no sólo al
pueblo mapuche, sino a "todos los sectores progresistas y democráticos
del país porque aquí se busca destruir una reserva ecológica
y cultural nacional en favor de los grandes capitales transnacionales,
que son los únicos que lucran con este proyecto", según indicaron.
A.M.
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