gún diversos estudios, Chile es uno de los paÃses que más daño provoca al medioambiente, especialmente en la depredación de especies, contaminación de rÃos y costas. Revista QuePasa, 27 de mayo al 2 de junio de 1997Â
Mientras el resto del grupo forma parejas y se dedica a la crianza, uno de ellos espera atento. Con la vista fija en el cielo, sabe que en cualquier momento puede asomar el peligro, pues casi a diario, el enemigo se acerca. Entonces, el atento vigilante avisa a sus compañeros. Todos huyen, pero el vigía espera hasta el último momento, y justo antes de ser atrapado, escapa. Lejos de cualquier connotación moral o espiritual, esta conducta no pertenece a un filántropo, sino al altruismo de un ave en peligro de extinción: el loro tricahue. En Chile, hay otras 49 especies en esa situación, entre ellas: el huemul, el gato colocolo, la comadrejita trompuda, la chinchilla, el quirquincho de la puna y la güiña. Dada la variedad de animales que habitan el país, diversos estudios lo sitúan, a nivel latinoamericano, dentro del grupo de naciones con mayor porcentaje de mamíferos amenazados. El sitial lo comparte con Brasil y Ecuador, ya que en los tres países entre un15 % a un 20 % de esos animales está en peligro . Pero la tendencia depredadora de Chile no termina con los mamíferos, ya que otros recursos renovables tampoco se caracterizan por su cuidado. De hecho, según el Atlas del Medio Ambiente entre los ríos más contaminados del mundo por sólidos en suspensión, figura uno chileno: el Maipo. La razón de este sucio récord se basa en la costumbre de botar todo al agua. Por lo menos, así lo afirma Fabián Jaksic, director del departamento de Ecología de la Universidad Católica. Y como los ríos desembocan en el mar, no es de extrañar que en otro estudio latinoamericano, Chile presente una contaminación severa de sus costas, especialmente en la zona central. "A pesar del desarrollo, seguimos siendo un país bien primitivo en la eliminación de desechos en descomposición e industriales, todos ellos terminan en el mar. Confiamos en la dilución natural, pero igual estamos contaminando", afirma Jaksic. Aunque suele pensarse que la depredación es inherente a la modernidad, la verdad es que las actuales conductas depredativas tienen siglos de trayectoria. Según señala el académico, los indígenas iniciaron al país en la destrucción ecológica. "Comenzando por el norte, la sobreexplotación de los recursos costeros, trajo como una de sus consecuencias la escasez actual del loco. Los pueblos dedicados a la agricultura -en la zona central- devastaron el suelo, quemando bosques para la siembra. Además, las actividades ganaderas dedicadas al pastoreo, acabaron con kilómetros de praderas fértiles, agotando todos sus nutrientes". Jaksic, agrega que la colonización alemana también contribuyó: "Muchos de los bosques, en las regiones del sur de Chile, fueron quemados, debido a la agricultura. Incluso, hubo incendios que duraron más de 10 años". Otro caso es el de la Pampa del Tamarugal -en la Primera Región- llamada así porque, originalmente, era un bosque lleno de esos arbustos, los que terminaron como combustible en las salitreras. La trayectoria de la depredación ecológica del país, sin embargo, contrasta con el espíritu legalista, pues históricamente Chile se ha caracterizado por dictar una gran cantidad de leyes para regular el uso del medio ambiente. "En el período de la República, Chile ya tenía implementado un sistema de leyes de bosques, y la primera ley de caza se dictó en 1923", comenta el ecólogo. No es de extrañar, entonces, que el 18,3 % del territorio nacional sea considerado reserva nacional, monumento natural o área protegida. Aunque este promedio casi dobla el de Sudamérica (9,8 %), la inversión en esas zonas está por debajo del nivel regional, pues en un estudio realizado en 1993, se detectó que sólo se gastan US$ 17,48 por km2, en circunstancias que los países vecinos invierten, en promedio, US$ 19 por km2. Claro que si se compara a lo que gasta el promedio mundial, ningún latinoamericano pasa la prueba, pues esa cifra asciende a US$ 447 por km2. Además, el mismo estudio asegura que sólo 2,79 personas por km2 cuidan de las áreas protegidas. La falta de investigación sobre las diversas especies es otro problema de la precaria conservación del medio ambiente que se practica en Chile. En el caso de los animales, por ejemplo, son casi nulos los estudios de conductas. Marcial Beltrami, zoólogo de la Universidad Metropolitana, y especialista en etología, señala que esas investigaciones son imprescindibles para rescatar a un animal en peligro. "Mientras más se conoce la conducta de los animales, más posibilidades existen de que pueda reproducirse", agrega. Pero, hasta el momento, el único programa que incluye la investigación detallada de las pautas de comportamiento de animales en peligro es el que se preocupa del Loro Tricahue. Hace 11 años esta especie ingresó a un programa de conservación impulsado por Conaf. Pero debido al desconocimiento de las costumbres y conducta de estos animales, entre 1986 y 1993, sólo nació una cría. Por ello el organismo estatal hizo un convenio con la Universidad Metropolitana, para que esta entidad se encargara de los estudios etológicos o conductuales del loro. La aplicación de esas investigaciones mejoraron considerablemente el estado de las 40 aves que conforman la colonia piloto ubicada en río Clarillo (Región Metropolitana). De hecho, en 1995 nacieron tres crías y al año siguiente, otras dos. Beltrami, agrega que lo peor es que no existen investigaciones de este tipo en el resto de los animales que aún gozan de seguridad. Como viene siendo una regla implícita en el país, "siempre
se espera de que una especie esté en condiciones de vulnerabilidad
o peligro, para tomar alguna medida o hacer algún tipo de estudio".
|
Porcentaje de mamíferos amenazados en países latinoamericanos y Estados Unidos: |
País | Porcentaje |
Chile, Ecuador y Brasil | 15 % a 20 % |
Perú y México | 10 % a 15 % |
Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Estados Unidos | menos de 10 % |
Fuente: World Conservation Union. |
Ríos severamente contaminados, en países de América Latina y Estados Unidos: |
País | Ríos |
Estados Unidos | Columbia, Sacramento, San Joaquín, St. John, Hudson, Delaware, Roanoake, Savannah, Alabama, Platte, James, Missouri, Mississippi, Ohio, Arkansas, Colorado. |
Argentina | Caracaña, Río de la Plata, Curaco, Colorado |
Chile | Biobío, Elqui, Loa |
Colombia | Cauca, Magdalena |
Brasil | Negro, San Francisco |
Paraguay | Paraná, Paraguay |
Venezuela | Orinoco |
Perú | Ucayali |
Fuente: Atlas del Medio Ambiente. |
Ríos más contaminados con sólidos suspendidos a nivel mundial, por flujo de aguas servidas, residuos de actividades industriales y agrícolas: |
Río | Miligramos por litro |
Huang He (China) | más de 600 |
Maipo (Chile) | 600 |
Ravi (Pakistán) | 335 |
Sakarya (Turquía) | 300 |
Indus (Pakistán) | 200 |
Fuente: Atlas del Medio Ambiente. |
La trayectoria de la depredación ecológica del país contrasta con el espíritu legalista, pues históricamente Chile se ha caracterizado por dictar una gran cantidad de leyes para regular el uso del medio ambiente. |
Países latinoamericanos con mayor contaminación de sus costas: |
Contaminación severa (1) | Chile central, norte de Argentina, Perú central, sur de Brasil |
Contaminación persistente (2) | Ecuador |
(1) Contaminación muy concentrada durante todo el año,
que afecta severamente la vida marina.
(2) Es amplia, pero no afecta en forma severa al ecosistema. Fuente: Atlas del Medio Ambiente. |
Porcentaje de bosques nativos, perdidos y bajo amenaza en países latinoamericanos y Estados Unidos: |
País | %Perdidos | %Bajo amenaza |
Paraguay | 100 | - |
Argentina | 98 | 100 |
Estados Unidos | 94 | 85 |
Colombia | 64 | 19 |
Ecuador | 63 | 99 |
Brasil | 58 | 48 |
Bolivia | 56 | 97 |
Chile | 45 | 75 |
Perú | 43 | 95 |
Venezuela | 41 | 37 |
Fuente: Instituto de Recursos Mundiales, con la colaboración del Centro de Monitoreo para la Conservación del Mundo. |
ECOLOGIA OPTIMISTA |
La mayoría de los discursos ecologistas
de fin de siglo, han estado marcados por el pesimismo: aire y aguas contaminadas,
especies en extinción, sobreexplotación de bosques, etc.
A pesar de que los peligros y desastres ecológicos siempre van en
aumento, hay un profesor norteamericano que insiste en que todas estas
cifras son parte de una gran mentira. Julian Simon, profesor de administración
de negocios en una pequeña universidad de California, se ha enfrentado
a todos los ecologistas de su país, retándolos a que reconozcan
sus errores.
Simon, basándose en la evolución y desarrollo de su país, ha comprobado que la sobrepoblación no trae hambrunas; que los bosques no están siendo deforestados, sino reforestados; que el precio de los alimentos ha bajado; y -lo que más irrita a los ecologistas- que existe sólo un recurso escaso: el hombre. Gran enemigo de la teoría malthusiana -elaborada en 1798, por el economista Thomas Malthus, que plantea que la población crece a una razón geométrica, mientras que los recursos a una aritmética-, según la cual el ser humano, en algún momento, se iba a quedar sin comida. Simon, responde con hechos: es cierto que la población crece rápidamente, pero más rápido que esta, lo hacen los productos". Su afirmación se basa en que, mientras más problación haya, hay más personas para fabricar lo que necesitan para subsistir. Por esto, Simon considera que el hombre siempre va a ser un recurso que hace falta. Este profesor ha publicado varios libros al respecto, sin embargo, ninguno de ellos ha alcanzado la popularidad. La mayor crítica en su contra, postula que es un economista que pretende traspasar la experiencia y realidad de Estados Unidos, a regiones extremadamente pobladas, como lo son Africa, América Central y Asia. El, responde que morirá sin entender por qué la gente se niega a los hechos, y prefiere aceptar versiones apocalípticas y derrotistas, que aseguran que la destrucción total y el hambre están a la vuelta de la esquina. La revista Wired publicó un reportaje basándose en las tesis de Julian Simon:
|