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Santa Rosa (La Pampa), 1 de junio de 2004.
El 26 de mayo se inició en Esquel _en las dependencias del Casino de Suboficiales de la Policía_ el juicio oral y público de Benetton contra una familia mapuche, acusada por la multinacional de usurpar su territorio.
El pueblo mapuche comenzó a movilizarse, desde distintos rincones de la Patagonia, para apoyar a sus hermanos. Atilio Curiñanco y Rosa Rúa Nahuelquir están acusados de haber ingresado el 23 de agosto de 2003 al lote Santa Rosa, un campo en el paraje Leleque, ubicado en el noroeste de Chubut, de donde fueron desalojados posteriormente, en la mañana del 2 de octubre por orden del juez José Colabelli _recientemente destituido en juicio político, por haberse comprobado su animosidad contra el pueblo mapuche_. Muy cerca de ahí, también en Leleque, fueron desalojadas otras ocho familias mapuche por orden de Benetton, en cuyas tierras la empresa construyó un museo dedicado "a los indígenas patagónicos".
MUSEOS NO, TIERRAS
Las familias desalojadas en distintos
rincones de la Patagonia no quieren museos, porque a pesar del genocidio,
el pueblo mapuche está vivo y continúa su resistencia por
la tierra y por la dignidad. Desde sus territorios ancestrales, desde las
comunidades donde han sido recluidas, desde las poblaciones en las que
se han ido congregando los arrancados de la tierra, los mapuche están
llegando para acompañar a Atilio y Rosa en esta batalla que hoy
se libra en los tribunales, pero que cotidianamente se pelea cuerpo a cuerpo
en cada campo que intenta ser arrebatado por la nueva "campaña del
desierto".
En la mañana del 25 de mayo, antes del aclarar, la batalla por la independencia Argentina levantó su escenario en el fin del mundo. Un centenar de hombres, mujeres, con sus hijos e hijas, con los ancianos y ancianas, subió a un cerro apartado de Esquel, para celebrar un Nguillatum _ceremonia mapuche_. En la rogativa pidieron fuerza para continuar la lucha contra los conquistadores de hoy.
En la cosmovisión mapuche, los hombres y mujeres no son dueños ni propietarios de la tierra, sino parte de ella _mapuche significa gente de la tierra_. Por esto al tiempo que denuncian este saqueo y apropiación de territorios que vienen realizando las multinacionales en el país, presentan desde la vitalidad de su identidad y su cultura, una mirada distinta del mundo, en la que no se enfrentan como enemigos los hombres y mujeres con la naturaleza. Los mapuche también denuncian a los dueños del poder.
EL EMPORIO BENETTON
Benetton es una multinacional con
negocios que sobrepasan los 7 mil millones de dólares por año.
Emplea a 50 mil personas en actividades como explotación de carreteras,
ferrocarriles, empresas inmobiliarias, hoteleras y telecomunicaciones.
En sus fábricas textiles en Asia emplea menores de edad como trabajadores,
para disminuir el costo productivo, mientras que en Argentina, dispone
de 900 mil hectáreas de las tierras usurpadas al pueblo mapuche
en donde cría 280 mil ovejas para la producción de lana.
Como se puede ver, cada oveja goza de 3,2 hectáreas, es decir que
una oveja dispone de más tierras que cualquier mapuche.
Según expresó el periodista Sebastián Hacher, la Patagonia es "una zona que abarca el 30% del territorio argentino, donde se concentra el 80% de las reservas petroleras del país, grandes recursos hídricos y una enorme diversidad de flora y fauna que en algunas zonas continúan todavía vírgenes.
Recientemente también se descubrieron yacimientos de oro y plata; una nueva riqueza codiciada por el capital internacional. El grupo Benetton, a través de la The Argentine Southen Land Company Limited o Compañía Tierras del Sud Argentino es dueña del 9% de las mejores tierras de esa región. Tiene en su poder 900.000 hectáreas entre las provincias de Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Chubut. El grupo opera en 120 países con decenas de fábricas y 7.000 tiendas. Las estancias que compraron en Argentina producen apenas el 10% de la lana que utilizan las 100 millones de prendas que la corporación produce al año".
UNA BATALLA MAS
El juicio que se inició el
26 de mayo, tiene _en este escenario_ un alto valor simbólico. Para
Benetton y las trasnacionales que están en campaña para apropiarse
de la Patagonia, el fallo judicial les es necesario para crear precedentes
que permitan continuar la impunidad del despojo del pueblo mapuche.
En la perspectiva de este pueblo,
el juicio será una pulseada más con el poder, en más
de 500 años de resistencia. La batalla del pueblo mapuche, por lo
tanto, compromete el presente y el futuro del país. La gente de
la tierra viene siendo la más clara a la hora de denunciar la política
de las empresas multinacionales que vienen librando una nueva guerra de
reparto del mundo, y que han transformado a sus territorios ancestrales
en campos de rapiña. Si meses atrás el "No a la mina" fue
un campanazo que desde Esquel conmovió a los argentinos y argentinas,
llamando la atención sobre los proyectos depredatorios de la naturaleza
y de los pueblos que vienen desarrollando las empresas mineras, el juicio
de Benetton que se desarrollará en la misma ciudad, pondrá
en evidencia que el despojo continúa. Cuando celebramos en la Argentina
un nuevo aniversario de nuestra libertad respecto de España, vale
la pena reflexionar, colectivamente, sobre los colores de la nueva conquista.
(Claudia Korol. Adital).
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