El ex ministro de la Segpres dijo que la única reunión oficial que sostuvo con diplomáticos extranjeros para tratar el tema mapuche fue con embajadores de la Unión Europea.
El ex ministro de la Secretaría General de la Presidencia y ex coordinador de Asuntos Indígenas, José Antonio Viera-Gallo, desestimó esta mañana los cables dados a conocer ayer por Wikileaks, que dicen que el gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet pidió apoyo de inteligencia a Estados Unidos para determinar vínculos entre el movimiento mapuche y organizaciones terroristas internacionales."No le atribuyo ninguna importancia a las revelaciones. Son cosas que más bien incomodarán a la embajada americana, de que se filtren las informaciones que ellos mandan al departamento de Estado, pero no le atribuyo ninguna trascendencia", afirmó Viera Gallo esta mañana en entrevista a radio Cooperativa.
El ex titular de la Segpres dijo que "varias veces me reuní con el embajador americano que iba a mi oficina, pero su preocupación central en el caso que a mí me correspondía era por proyectos de ley, sobre todo por la ley de propiedad intelectual, que felizmente al final se aprobó, con lo cual se dio cumplimiento al TLC con EEUU".
"La única reunión oficial que tuve con diplomáticos para tratar el tema mapuche se hizo en la Cancillería, oficialmente organizada por esa repartición, con todos los embajadores de la Unión Europea, y ahí hubo un intercambio que duró mas de dos horas y media, donde se les entregó documentación a ellos y ellos hicieron múltiples preguntas y observaciones", agregó.
Finalmente, Viera-Gallo también rechazó la posibilidad de que el movimiento mapuche recibiera apoyo logístico por parte de grupos terroristas internacionales.
"Si uno lee la información, queda claro que la observación del embajador americano es que no existen tales vínculos entre el terrorismo internacional y el movimiento mapuche, y que puede haber habido esporádicos contactos, uno que otro viaje, pero no existe un apoyo logístico ni apoyo político serio, según se desprende de los cables que el propio embajador americano envió a los Estados Unidos. Ese diagnóstico coincidía con el que nosotros también teníamos, que era muy distinto al que tenía la oposición de la época", sostuvo.