El subsecretario general de la Presidencia fue determinante en el proceso de diálogo que sostuvo el gobierno para buscar el fin a la huelga de hambre mapuche, pueblo del que le duele la desconfianza por compromisos incumplidos en el pasado. También tiene palabras para la Concertación y la Alianza. A la primera la declara en estado de orfandad, y a la segunda le pide que comience a defender a su gobierno
Durante 16 años, el ahora subsecretario general de la Presidencia, Claudio Alvarado, recorrió los pasillos del Congreso, en donde representó a Chiloé como diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Culminó ese período liderando a sus compañeros de bancada para llegar a La Moneda, junto al Presidente Sebastián Piñera.Ya en palacio, fue el primer personero en sostener contactos con los representantes de los comuneros mapuches en huelga de hambre. Siempre al alero del arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati, estas conversaciones fueron reservadas al principio y luego se hicieron públicas. Su misión, confiesa, fue iniciar un proceso para limar asperezas e intentar establecer confianzas. Tarea nada fácil.
-¿Qué reflexión le deja este conflicto?
-Se trata de un problema que se arrastra desde hace muchos, muchos años, en donde las políticas públicas de los últimos 20 años en vez de contribuir a superar diferencias, fueron generando incluso mayores desigualdades. Si uno analiza hoy la Región de La Araucanía, desde los puntos de vista de ingreso familiar, de cobertura de nivel educacional, de aporte de productividad, la zona está retrasada en a lo menos 20 ó 25 años. Hay cifras que así lo demuestran. Por eso el gobierno tomó la decisión de establecer la mesa de diálogo del Cerro Ñielol para enfrentar los problemas de fondo.
“El gobierno está dispuesto a invertir en la zona una cifra muy relevante de recursos. Son más de cuatro mil millones de dólares, pero eso se va a hacer en conjunto con las comunidades. Yo espero que el cierre de este conflicto permita un punto de inflexión con relación al vínculo entre el gobierno y las comunidades mapuches”.
“He sentido con los comuneros que he dialogado, que hay una desconfianza tremenda, fundamentalmente porque muchas veces se comprometieron cosas para superar un problema puntual y después no se cumplieron”.
-¿Qué opina de las críticas provenientes desde la misma Alianza en contra de la labor realizada por el equipo político de La Moneda en estos siete meses?
-Yo no lo siento tan así, porque fundamentalmente si uno analiza los números y los proyectos de ley que este gobierno ha impulsado e ingresado al Congreso en éste período, este ha sido el gobierno más exitoso.
-¿Han sido críticas injustas?
-Tenemos que entender que en el Parlamento este gobierno no tiene mayoría. Por lo tanto, el rol que tiene que jugar la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) siempre está al borde del éxito o del rechazo de un proyecto. Por eso, insisto, los números indican que hemos sido exitosos en cómo sacar los proyectos adelante.
“Muchas veces, cuando se está acostumbrado a ganar, uno en la vida va aprendiendo que los triunfos siempre son logros de uno, y en los tropiezos siempre la responsabilidad es de otros. Entonces, siento que cuando en el Congreso no logramos sacar un proyecto, o se nos entrampa por una votación adversa, se siente que la responsabilidad es de otros”.
-¿Usted le pide a los militantes de la Alianza que han sido críticos que hagan un mea culpa?
-No tanto como un mea culpa. Tenemos que entender que somos un equipo, y un equipo de gobierno. El éxito de nuestra gestión se reflejará en la medida que seamos capaces de que nuestra coalición siga gobernando. Y para eso debemos tener una mirada de mediano y largo plazo.
“Llegamos al gobierno trabajando todos juntos, y hoy los parlamentarios tienen que hablar más de ‘nuestro gobierno’. Y en la medida que tengan la fuerza para defender a su gobierno, de apoyar a su gobierno, la acción se va a multiplicar”.
-Pablo Longueira y Andrés Allamand opinan que hay un excesivo personalismo del Presidente Piñera. ¿Qué les diría?
-La impronta de este gobierno es estar permanentemente en acción, de acciones concretas y de acciones rápidas. Todos tenemos que acostumbrarnos a actuar así y de manera eficiente. Si perdemos el tiempo discutiendo por los diarios, filosofando respecto a si es mejor éste u otro estilo, al final los problemas de la ciudadanía se mantienen latentes. Y lo que nos debe preocupar e interesar es, precisamente, que esos problemas cotidianos se superen. Y para eso se requiere acción, acción y más acción.
-¿Y cómo ha visto a la Concertación desde su nuevo rol opositor?
-La Concertación sufre de dos o tres situaciones que le han hecho difícil encontrar una línea coherente de acción. Primero, después de 20 años de estar en el gobierno y pasar de un día para otro a la oposición, sienten cierta orfandad. Se sienten desprotegidos. Y cuando siempre han tenido un papá o una mamá que los ha cuidado desde el gobierno, les cuesta tomar cursos de acción o decisiones por sí solos.
“En segundo lugar, la Concertación enfrentó un proceso de renovación de sus directivas y eso dificultó su relación con el Ejecutivo, porque todos aquellos que postularon trataban de diferenciarse del gobierno para que no los tacharan de colaboracionistas. Eso impidió conversar y sacar acuerdos fructíferos adelante”.
“En tercer lugar, tampoco han tenido como coalición un liderazgo que se imponga y permita identificar desde el gobierno quién es el interlocutor válido para generar consensos o puntos de encuentro”.
-¿Qué espera de la nueva dirigencia de los partidos opositores?
-Espero que logren consolidar una interlocución con el gobierno que permita hacer efectiva la construcción de acuerdos, porque si uno revisa hacia atrás en estos seis meses, muchas veces antes de que conocieran los planteamientos de fondo del Ejecutivo sobre algunas iniciativas, ya estaban diciendo que no por la prensa.
-La Concertación cuestionó esta semana al ministro Rodrigo Hinzpeter, afirmando que fue mejor relacionarse con el ministro Felipe Bulnes, y por eso se llegó a un acuerdo en el Senado sobre la Ley Antiterrorista…
-A veces el adversario político trata de hacer notar diferencias con el objeto de generar algún grado de dificultad en la cohesión del gobierno. La mano del ministro Hinzpeter, del ministro Bulnes o del ministro Larroulet tienen un solo norte: que al país le vaya bien, y todos estamos comprometidos en el éxito e la gestión del gobierno. //LND
"MONSEÑOR EZZATI FUE UNA PIEDRA ANGULAR"
Alvarado participó directamente en más de siete encuentros con representantes con los comuneros, los que finalmente derivaron en un documento que fue leído por el Arzobispo de Concepción.
-¿Qué fue lo que finalmente gatilló ese acuerdo?
-Fundamentalmente los comuneros que lo suscribieron entendieron que las propuestas del gobierno satisfacían los aspectos centrales que ellos habían planteado en nuestras primeras conversaciones. Por lo tanto, bajo esa perspectiva y tomando en consideración que la tesis sustentada el lunes por otro grupo de comuneros era apostar a un imposible, ellos lo consideraron como una buena propuesta. Yo he dicho en todos los tonos que ésta no fue una propuesta unilateral del gobierno. Fue consensuada y trabajada con los representantes de los comuneros.
-¿Cómo evalúa usted el rol de Monseñor Ezzati?
-Fue muy relevante. Fue la piedra angular de la negociación. Aceptó el llamado a actuar como facilitador. Con mucho esfuerzo se lograron establecer las confianzas necesarias.
-¿En qué cedió el gobierno?
-El gobierno tuvo una postura clara. Aquí no se trata de ceder o no ceder. Aquí existió la postura de acceder a una modificación de una norma legal. Se eliminó del artículo primero de la Ley Antiterrorista la figura de la presunción y por lo tanto las querellas que habían sido presentadas por los gobiernos anteriores ahora ya no estarán presentes en la legislación. Por lo tanto tanto siendo consecuente con ese espíritu este gobierno actuó en consecuencia.
-¿La eliminación de la figura de la presunción y el retiro de las querellas permite la recalificación de las causas?
-Exactamente. Lo que hace el gobierno es recalificar sus acciones en tribunales en función de la legislación común o no en base a la legislación antiterrorista como lo hizo el gobierno anterior.
Lo que pasa es que estas causas ya están en curso...
Pero la recalificación sí es posible de hacer. El Estado ejerce una acción contra eventuales delitos pero no bajo el amparo de la Ley Antiterrorista. Y al momento de definir son los jueces los que tomarán una decisión sobre cuales son las penas que aplican en función de la calificación final de los eventuales ilícitos. Pero en el fondo aquí hay un gesto del gobierno que es sumamente importante. Y el texto del acuerdo lo señala expresamente en el sentido que el gobierno no tiene la convicción de que esos actos que fueron calificados por el gobierno anterior como terroristas, lo puedan ser. Esperamos un juicio justo y un debido proceso.
-¿Finalmente usted admite que el gobierno actuó bajo presión?
-No. Aquí lo que pasó es que tuvimos un caso que no generó este gobierno y obviamente dadas sus características nosotros actuamos con un sentido profundo de la realidad con una actitud humanitaria.
"ME SIENTO CÓMODO EN ESTA SUBSECRETARÍA"
Alvarado es uno de los cuatro diputados de la Alianza que, luego de ser derrotados en las elecciones parlamentarias, fueron convocados por el Presidente Piñera para formar parte de su gobierno. La lista se completa con Pablo Galilea (RN), subsecretario de Pesca; Alfonso Vargas (RN), subsecretario para las Fuerzas Armadas y Rodrigo Álvarez (UDI), subsecretario de Hacienda.
-¿Qué le ha gustado más?
-Me siento tan cómodo como me sentí en mi rol de parlamentario. Y he tenido la oportunidad de estar en una subsecretaría que no me hizo perder el vínculo con el Parlamento, en el cual estuve 16 años. Yo sigo desenvolviéndome con las mismas personas con las cuales compartí durante muchos años. Conozco a los parlamentarios y con muchos de ellos tengo una relación de amistad. Sé donde están nuestros puntos de diferencia y cómo podemos ir cerrando acuerdos.
-¿Le gustaría volver al Congreso?
-No está dentro de mi horizonte y ni siquiera me he detenido a pensarlo, porque cuando uno asume un desafío hay que hacerlo en plenitud.