Ocupación afecta a 225 de las 485 ha compradas al empresario en La Araucanía. Hay amenazas de muerte entre ambos grupos.
IVÁN FREDES
TEMUCO.- Cuando la Conadi traspasó las 485 hectáreas de tierras compradas al agricultor Jorge Luchsinger a la comunidad mapuche Juan Catrilaf II, se pensó que terminaba el conflicto en la zona tras una década de ataques a los cinco predios del empresario en Vilcún y Padre Las Casas. Pero éste revivió luego que la comunidad Lleuvul Sandoval -rival de la anterior- se "tomara" los fundos San Miguel (187 ha) y Santa Herminia (38 ha), argumentando derechos históricos.Sesenta indígenas de esa comunidad impiden desde principios de mes que los nuevos propietarios tomen posesión de las tierras. En San Miguel cerraron el portón de acceso, colgaron pancartas reclamando su derecho al predio y amenazan con cosechar forraje y construir casas. "No nos vamos a ir, estas tierras nos pertenecen históricamente. El Gobierno lo sabía y cometió el error de entregarlas a otra comunidad", afirmó el vocero del grupo, Mauricio Lleuvul.
La ocupación origina un clima de hostilidad recíproca, con amenazas de muerte entre ambas comunidades. "El sábado antepasado, unos sesenta 'peñis' vinieron con prepotencia a desalojarnos. Traían escopetas y dispararon para amenazarnos. No pasó a mayores, pero el Gobierno debe solucionar el problema que creó con nuestros hermanos", dice Lleuvul.
El Gobierno compró los predios de Luchsinger en $2.617 millones, y los traspasó formalmente a 48 familias de la comunidad Juan Catrilaf II el 11 de diciembre último. Ese día se terminó también con 10 años de protección policial a esas tierras.
El gobernador de Cautín, Christian Dulansky, junto con reconocer el conflicto, dijo que "una vez consolidado el dominio de las tierras, el tema pasa a ser de privados. El Gobierno ya no tiene jurisdicción en esa materia. Si un privado siente que su derecho de propiedad está siendo vulnerado, debe hacer la denuncia respectiva", afirmó.