La huelga de hambre de Prisioneros Políticos Mapuche, las movilizaciones de apoyo, e incluso la demagogia e intentos de manipulación que se han dado en su entorno, dan cuenta de cual importante y victoriosa es.

Hoy está colocado en el centro el carácter reaccionario del Estado, la Constitución Política y las leyes, particularmente la tristemente famosa y bien protegida (por la alianza y la concertación) ley antiterrorista (la que rápidamente se le hacen modificaciones cosméticas).

Las instituciones estatales han quedado mal paradas, la movilización y combatividad Mapuche y popular las ha colocado de cabeza; el gobierno, parlamento y las jerarquías de las iglesias han tenido que intervenir, incluso, el “sobre natural” e intocable Poder Judicial ha tenido que bajar del olimpo y entrar en lo público, en la interacción con las demandas de los comuneros Mapuche.

Lo anacrónico de la realidad institucional, social y nacional de Chile está a ojos vista. La lucha Mapuche, en términos generales, está dando cuenta de una sociedad atrasada, incluso desde el punto de vista burgués, donde no son respetados los derechos nacionales, de propiedad, culturales y de libertad de gestión de los pueblos originarios o indígenas, es decir, es una lucha contra la exclusión de un pueblo de los “sagrados” e “universales” postulados de la burguesía, con lo cual, una vez mas queda demostrado, que en países como Chile, la burguesía se ha quedado corta y sin capacidad de llevar adelante su propio programa, y que las tareas democráticas burguesas deben ser asumidas por el proletariado y las masas populares y los pueblos oprimidos.

De cualquier forma, las luchas democráticas, de justicia social y de liberación nacional, dado la “globalidad” del capital, es decir, la presencia del sistema imperialista, de igual manera, forman parte de la lucha por el Socialismo, ya que sólo en el socialismo estas podrán encontrar plena realización.

Nadie, a no ser algún extraviado mental, de esos que el capitalismo se encarga de producir en un número significativo, puede llamarse a confusión por observar el apoyo popular, obrero y comunista al pueblo Mapuche y sus demandas, desde el PC(AP) hemos estado en ello y continuaremos en este camino, en forma explícita, es decir, con presencia directa en las manifestaciones, así como desde las organizaciones de masas en las que estamos insertos, y con mayor razón desde las que dirigimos.

No hay duda, la lucha actual por una Asamblea Constituyente y una Nueva Constitución Política, a partir de las demandas nacionales del pueblo Mapuche, adquiere mayor relevancia, y claro, la realización de una Asamblea Constituyente y el lograr una Nueva Constitución Política, no será el fin ni mucho menos, pero los pueblos y trabajadores de Chile habrán acumulado organización, política e ideología, de manera de continuar la lucha por la Revolución Democrática Popular y el Socialismo.

Eduardo Artés
Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP).