Piñera llamó a la Iglesia Católica a sumarse a la iniciativa, en medio de las dudas surgidas entre autoridades religiosas, Concertación y familiares de comuneros sobre su eficacia.
A las 10 horas de hoy, en el restaurante La Cumbre del cerro Ñielol en Temuco, sesionará por primera vez la mesa de diálogo compuesta por más de unas treinta personas que el gobierno instauró para tratar las exigencias que históricamente ha planteado el pueblo mapuche.La instancia -que será encabezada por el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet- se formalizará en medio de las dudas que tanto la Iglesia Católica -que finalmente asistiría a la reunión- como la Concertación han expresado acerca de su utilidad para terminar con el ayuno que 34 mapuches mantienen hace 75 días.
El arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzati, -mandatado por el gobierno para “facilitar” el diálogo con los comuneros- tenía ciertas dudas de participar en la mesa.
Ezzati se reunió ayer con el senador DC Hosaín Sabag, quien propuso que las defensas de los 34 comuneros pidan una modificación de sus prisiones preventivas por arrestos domiciliario, decisión que quedaría en manos de los respectivos jueces de garantía.
Pese a los reparos del arzobispo -quien afirmó el martes que “esa mesa no resuelve el tema de la huelga”- y a las reiteradas críticas provenientes de la Concertación, el Ejecutivo ha salido a defender la mesa aduciendo que es el camino político, junto a los proyectos de ley que se discuten en el Congreso sobre justicia militar y Ley Antiterrorista, para solucionar las problemáticas mapuches.
Ayer el propio Presidente Piñera llamó a las autoridades religiosas a que se sumen a la mesa. “Yo espero que la Iglesia Católica y las iglesias contribuyan a generar diálogo, entendimiento, eso es algo que la Iglesia Católica y la Evangélica pueden hacer muy bien y que nunca se resten de ninguna mesa de diálogo y de ningún camino de entendimiento”, dijo el Jefe de Estado en Nueva York, antes de participar en la Asamblea General de la ONU, en la que como se esperaba hizo mención a la huelga y a la “deuda” del país con los pueblos originarios.