Uno de los detenidos por quema de bus Transantiago quedó en prisión preventiva y el otro, con arresto domiciliario. En la policía uniformada descartaron revisar procedimiento de vigilancia de la marcha no autorizada que derivó en incidentes.
Luego de hacer un paralelo con la posible "intencionalidad criminal"que habría tras los incendios forestales del sur, el Presidente Sebastián Piñera anunció ayer que el Gobierno presentará una querella invocando la Ley de Seguridad del Estado contra quienes resulten responsables de los ataques incendiarios contra una motorista de Carabineros y un bus de Transantiago la noche del miércoles en el centro de Santiago.Mientras el Mandatario materializaba el anuncio, que implica endurecer las penas para los implicados en las citadas acciones violentistas, en el Centro de Justicia eran formalizados por porte ilegal de elemento explosivo e incendio los dos detenidos ligados al incendio del transporte público.
Se trata de Sebastián Fajardo Silva (21), estudiante de segundo año de Ecoturismo, quien quedó en prisión preventiva, y Eduardo Garay González (21), quien fue puesto en arresto domiciliario total.
El primero fue apresado por un efectivo de civil cuando rociaba con combustible el bus del Transantiago. El segundo fue aprehendido cuando iba a lanzar una bomba molotov al mismo vehículo.
Un tercer sujeto era buscado anoche por su presunta conexión con el ataque a la carabinera Jacqueline Urbina, a quien un encapuchado le incendió su scooter (ver nota aparte).
Desde Carabineros informaron que el accionar de la funcionaria está siendo analizado para determinar si se cumplieron todos los protocolos de seguridad.
No autorizada
Los hechos de violencia se dieron en el marco de una marcha no autorizada, que originalmente tuvo un carácter pacífico, en conmemoración del cuarto aniversario de la muerte del joven mapuche Matías Catrileo.
Fue desde ese grupo que emergieron los encapuchados que operaron descontroladamente por cerca de dos horas, primero en Merced con San Antonio, donde atacaron a la carabinera e incendiaron su moto; luego en las cercanías de la Plaza Almagro, donde encendieron barricadas y, finalmente, en Eleuterio Ramírez con San Ignacio, sitio en que ardió el Transantiago.
Respecto de por qué se permitió continuar la manifestación desde la que emergieron los vándalos e incluso se dieron facilidades para desplazarse -parte de esa labor la realizó la carabinera atacada-, el jefe de Operaciones de la Zona Metropolitana Oeste de la policía uniformada, coronel Leonidas Venegas, indicó que a toda marcha pacífica, sea o no autorizada, y cuando no hay violencia, se entrega el mismo servicio.
El oficial comentó que en un primer momento no hubo violencia por parte de los manifestantes y que ésta vino después de que un grupo de encapuchados actuara sorpresivamente.
"Se fue integrando gente (a la marcha) y cambió rápidamente de pasiva a agresiva. Tan violenta fue, que atacaron a una mujer, a una carabinera", indicó.
Autocrítica policial
Esos mismos antecedentes son los que habrían incidido para que la policía uniformada no realizara una evaluación ni una investigación de posibles errores en el procedimiento realizado para vigilar la marcha.
Sin embargo, en altas fuentes de la institución sí realizaron una autocrítica, al reconocer que quizás la manifestación debió haber sido controlada y circunscrita a un espacio específico, en lugar de permitir su libre desplazamiento. Todo ello, siempre y cuando se mantuviera como una actividad no violenta.
Otro tema que fue comentado por las mismas fuentes, es que pudo haber faltado previsión al momento de evaluar si la marcha era susceptible de ser usada como medio por elementos antisistémicos para desarrollar sus actos vandálicos.
La manifestación, según se recordó, fue convocada a través de las redes sociales como una acción pacífica.
Relato de la policía cuya moto fue incendiada por una turba: "Disparar al aire es un medio irracional, no podía hacerlo así como así"Nerviosa se vio ayer a Jacqueline Urbina (27), la carabinera de la 32° Comisaría del Tránsito que conducía la moto tipo scooter quemada por vándalos la noche del miércoles en San Antonio con Merced, en el centro de Santiago. La funcionaria, de hablar pausado y un vaso de agua en las manos, relató la jornada que en un inicio parecía ser una de tantas. Sin embargo, fue ella quien terminó envuelta en medio de un grupo antisistémico. Estaba sola y sin cobertura de otros policías. "La marcha, al principio, parecía ser como otras, por lo mismo, es que no tenía ninguna expectativa, nada especial, además que se desarrollaba en forma pacífica", señaló.
Pero esa tranquilidad se vio interrumpida cuando tras los manifestantes que recordaban la muerte de Matías Catrileo, venía un hombre encapuchado con la mano empuñada directo hacia ella. Vestido de negro, éste le lanzó una bomba incendiaria, la cual Urbina esquivó cruzando los brazos.
Pero esto no fue todo: "Luego de acercarse de manera muy violenta, el mismo joven me empujó, ahí yo dije aquí la violencia es mucha, jamás lo esperé", contó la mujer. No contento con esto, el hombre de 1,80 m -según la descripción de Urbina-, roció la motocicleta para prenderle fuego. "Cuando se comenzó a incendiar, mi única acción fue retroceder ya que mucha gente se estaba acercando", dijo.
Luego, Urbina pidió ayuda mediante la central de comunicaciones de Carabineros y a los pocos minutos vio llegar un equipo de Fuerzas Especiales.
La noche del miércoles, Urbina había sido designada para contener el tránsito del lugar y darle paso a los peatones. Pero, debido a lo que ocurrió, paradójicamente fueron éstos los que terminaron prestándole ayuda a ella.
Mientras ocurrían los desórdenes, Urbina no usó a ningún elemento de seguridad de los que disponía. Por el contrario, ésta se alejó de los incidentes.
La carabinera aseguró estar preparada para este tipo de incidentes y explicó que su actuar frente a la turba -de no utilizar su arma- se debió a que "en su condición de mujer, madre de un hijo y motorista, no podía causar ningún daño". Agregó: "Disparar al aire es un medio irracional, yo no podía hacerlo así como así"
Ayer, pasado el mediodía, Urbina aún estaba en shock . Durante la tarde fue recibida por el director de Carabineros, Gustavo González.
Penas más severasLa Ley 18.314 de Seguridad del Estado, en su artículo 1°, califica la conducta terrorista como "el hecho que se cometa con la finalidad de producir en la población, o en una parte de ella, el temor justificado de ser víctima de delitos de la misma especie". Entre ellos, menciona el "apoderarse o atentar en contra de una nave, bus u otro medio de transporte público en servicio".
La aplicación de esta norma implica que, en caso de que los imputados fueran hallados culpables de quemar un bus del Transantiago la noche del miércoles, arriesgan "presidio mayor en cualquiera de sus grados" (5 a 20 años).
Tres horas duró debate en la formalizaciónEl destino para los imputados es quedar encerrados durante la investigación: mientras Fajardo deberá permanecer tras las rejas, Garay tendrá arresto domiciliario total. Así lo decretó ayer el magistrado del 7° Juzgado de Garantía, Luis Avilés, quien es el mismo del "caso Bombas".
El debate duró tres horas. El primer "round" lo ganó la fiscalía, luego que el juez decretara ajustada a derecho la detención. Tras ello, el Ministerio Público formalizó a los jóvenes por el delito de incendio y de porte ilegal de artefacto incendiario.
En cuanto a Fajardo -detenido por funcionarios de la Dipolcar- su participación quedó totalmente acreditada para Avilés. Clave fue que se le tomó por separado declaración a ambos policías aprehensores y los dos relatos fueron coincidentes.
En el caso de Garay, el titular de la sala criticó que haya sólo una declaración en la que se sustenta la formalización (de un carabinero de Fuerzas Especiales, pues el segundo que lo acompañó no pudo testimoniar). Además, pese a que los uniformados declararon incautarle especies, no hubo registro fotográfico de éstas.
P. LEZAETA, T. COSTAS, O. SAAVEDRA Y L. ADRIOSOLA