Rechazó el recurso de queja presentado por un terrateniente norteamericano que impulsó hace años el desalojo de los pobladores originarios. El campo de los Millapi está en Paso de los Molles, a unos 70 kilómetros de la ciudad.

La Corte Suprema de Justicia fijó postura ante la reivindicación territorial de una comunidad mapuche de Río Negro y rechazó el recurso de queja presentado por un terrateniente norteamericano que impulsó hace años el desalojo de los pobladores originarios.

El fallo desestimó la demanda de última instancia planteada por John Ogilvie contra la decisión que hace cuatro años adoptó el STJ rionegrino al rechazar la acción de desalojo contra Dominga Millapi, Santiago Galván y otros dos miembros de la misma familia.

El campo de los Millapi está en Paso de los Molles, en cercanías del río Pichileufu, a unos 70 kilómetros de esta ciudad.

El planteo de desalojo de Ogilvie data de 1997 y estuvo asociado al despido laboral de Santiago Galván, a quien había empleado tiempo antes para realizar tareas rurales. En un principio la justicia barilochense le dio la razón, pero aquel primer fallo fue revertido por el STJ y confirmado ahora por la Corte.

Andrés Paillalef, docente universitario y descendiente de la familia Millapi, dijo que la decisión judicial "es muy importante porque reconoce el derecho indígena", aunque subrayó que no pone fin al litigio, porque todavía "falta resolver quién es el propietario del campo".

Recordó que la ofensiva judicial de Ogilvie contra los pobladores originarios del lugar fue producto de una "avivada", en la que tuvo "decisiva participación" el ex delegado de la dirección provincial de Tierras Clodomiro Ferreyra.

Paillalef dijo que Río Negro conserva todavía unas 4 millones de hectáreas de tierra fiscal, que están expuestas a "un negocio enorme y a las ambiciones de personas de muchísimo dinero", entre las cuales Ogilvie y su querella contra los Millapi son sólo un ejemplo más.

El abogado de la familia mapuche, Rodolfo Huusmann, explicó que Felisa y Dominga Millapi son muy ancianas, nacieron y vivieron siempre en Paso de los Molles, de modo que su posesión efectiva del campo "es pacífica, demostrable y 100% legítima".

Ese dato debería ser suficiente para que les sea reconocida la propiedad, que ahora deberán tramitar mediante un juicio de usucapión.

Agencia Bariloche