Arzobispo de Santiago pidió a todos los poderes del Estado "intervenir con agilidad, porque la situación lo amerita". Afirmó que la justicia debe "adquirir una capacidad de discernimiento frente a problemas donde la vida está en juego".

Con personeros de La Moneda, el alto comisionado de Naciones Unidas para el tema mapuche, Amerigo Incalcaterra, y hasta directamente con el presidente de la Corte Suprema, Milton Juica, ha estado en contacto estos últimos días el arzobispo de Santiago y facilitador del diálogo entre los indígenas y el Gobierno, monseñor Ricardo Ezzati. El ayuno de 75 días de cuatro mapuches condenados por delitos violentos -dos de ellos hospitalizados- "es una situación grave" y "urgente de solucionar", advirtió ayer.

Consciente de que la atención está puesta en este viernes, cuando la Corte Suprema dé a conocer si anula o no el juicio de Cañete por el atentado al fiscal Mario Elgueta, el arzobispo expresó que más allá de la huelga de hambre, el tema es un problema de Estado en el que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben intervenir "con agilidad, porque la situación lo amerita".

Sobre este último, afirmó que se debe "adquirir una capacidad de discernimiento frente a problemas muy concretos como es éste, donde la vida está en juego". Y agregó que "no solamente tiene que aplicar mecánicamente las leyes, sino que tiene que interpretarlas también".

Monseñor Ezzati conversó sobre el ayuno mapuche con el ministro Juica, en la antesala de la Cuenta Pública del 21 de Mayo. "Le pregunté al Presidente de la Suprema y él me dijo escuetamente que dependerá de la Segunda Sala (resultado del fallo)", comentó.

El arzobispo reiteró que espera "que la racionalidad, el respeto a la vida de las personas tenga la última palabra y ojalá cuanto antes". Y en ese sentido, también hizo un llamado a los ayunantes a deponer la huelga.

Según trascendió, para la Iglesia la anulación del juicio que condenó a 20 y 25 años de cárcel a los mapuches, permitiría que éstos terminen con la medida de presión.

Ezzati enfatizó que "no es suficiente quedarse en el fenómeno de la huelga de hambre, hay que buscar cuáles son las causas más profundas. Los mismos huelguistas lo han dicho, es una petición de reconocimiento, de respeto a sus derechos y a su identidad".

En esta tarea de buscar salidas al conflicto, también ha tenido una activa participación el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Concepción, monseñor Pedro Ossandón. "El fallo de la Corte de Apelaciones de Concepción -que absolvió a los mapuches en la justicia militar- ha señalado claramente que nuestros hermanos comuneros mapuches no son ni criminales ni terroristas y merecen todo nuestro respeto por su dignidad y sus reivindicaciones", expresó Ossandón.

A él se sumó el nuevo arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, quien afirmó que "me hace mucho sentido lo que aconteció en la Corte de Apelaciones". Acotó que "lo que nos queda a nosotros es esperar con serenidad el resultado del viernes y esperamos en Dios que prevalezca la justicia, la verdad y un gran interés por la paz social".

''Le pregunté al Presidente de la Suprema y me dijo escuetamente que dependerá de la Segunda Sala (resultado del fallo)".

RICARDO EZZATI
ARZOBISPO DE SANTIAGO.

''Nuestros hermanos comuneros mapuches no son ni criminales ni terroristas y merecen todo nuestro respeto".

PEDRO OSSANDÓN
OBISPO AUXILIAR DE CONCEPCIÓN.

''Esperamos con serenidad el resultado del viernes y que prevalezca la justicia, la verdad y un interés por la paz social".

FERNANDO CHOMALI
ARZOBISPO DE CONCEPCIÓN


FABIÁN ÁLVAREZ