Andrés Gutiérrez Coña (20 años, estudiante de tercer año de agronomía en la UC de Temuco) está en prisión “preventiva” en la cárcel de alta seguridad, en Valdivia, desde el 5 de marzo de 2009. Fue formalizado por ley antiterrorista por supuesta participación en acciones contra el Fundo San Leandro, propiedad de Pablo Hardener en la comuna de Lautaro (Región de la Araucanía), junto a Miguel Angel Tapia Huenulaf, también recluido allí.
El juez resolvió que debería pasar en prisión los 11 meses de la investigación del caso. Su madre y sus hermanos viven y trabajan o estudian en Santiago, a unos 800 km de distancia de Valdivia, lo que en la práctica restringe gravemente el derecho a visita del detenido. El plazo de investigación ya se cumplió, pero Andrés sigue en prisión, en condiciones inhumanas de encierro, al igual que otros presos políticos mapuche en El Manzano, en Lebu, Angol o Temuco.La prisión preventiva prolongada es una práctica común del ministerio público y los jueces en el caso del conflicto mapuche/estado chileno/forestales, para intentar neutralizar a los posibles líderes de la causa mapuche. Ello sólo queda al descubierto cuando tras una sólida defensa judicial, los montajes han logrado ser desbaratados y/o cuando la Corte de Apelaciones concede la libertad condicional a los detenidos. Pero eso no siempre ocurre, es más bien la excepción a la regla.
En febrero de este año, la madre del joven debió interponer un recurso de amparo, simplemente para lograr que lo dejaran dormir en la noche, en su celda. A la reclusión, gendarmería había sumado en forma constante, la privación de sueño, que se realizaba sin orden judicial y en forma arbitraria. Andrés Mella, de la agrupación de Derechos Humanos Liberar interpuso el recurso señalando que ambos detenidos se encontraban amenazados en su seguridad individual, dado el permanente hostigamiento, insultos y sobre todo, la privación de sueño a que eran sometidos, sin que el castigo aplicado hubiera sido avisado a los prisioneros ni menos a su defensa. Los abogados no pudieron ejercer acción alguna previa al hecho por desconocer totalmente las nuevas acusaciones y el castigo aplicado. La acción judicial de amparo preventivo fue interpuesta en la Corte de Apelaciones de Valdivia en contra de Gendarmería de Chile, del Centro de Detención de Valdivia y el Tribunal de Garantía de Lautaro.
¿Quién es este desamparado de la justicia chilena? Cansado de leer historias mentirosas en la prensa, Andrés Gutiérrez, para la prensa “el terrorista”, ha preferido hablar por sí mismo y escribió su biografía, recién publicada en www.weliwenvaldivia.tk . Su historia se parece a la de Matías Catrileo, el joven estudiante asesinado en enero de 2009, y posiblemente a la de muchos jóvenes de la nueva generación de luchadores mapuche, que se mueven entre el campo y la ciudad. Andrés Gutiérrez nació en Cerro Navia, la comuna santiaguina que concentra la mayor cantidad de población mapuche.
Hasta hace un tiempo atrás, los mapuche que debido a la falta de trabajo habían emigrado a Santiago o Concepción, volvían a su territorio cuando se hacían mayores. La tendencia ahora es otra. Jóvenes hijos de mapuche urbano están regresando a las comunidades de sus abuelos, insertándose en la tierra y recogiendo sus sueños. No por ello dejan de estudiar, y tampoco pierden su conexión con la urbe porque allí o cerca de la gran ciudad está el trabajo que les permite subsistir.
Andrés era un “temporero” en el verano; como muchos estudiantes sin recursos, trabajaba en la cosecha de la zona central para financiar sus gastos. A continuación, lea la verdadera historia del “terrorista” que los gobiernos de la Concertación y ahora, de la llamada Alianza por el Cambio, mantienen entre rejas, en una cárcel de alta seguridad. Y a mayor abundancia, siga leyendo y se enterará cómo fue detenido y qué le pasó a su familia en la ciudad y en el campo.
Nací en Cerro Navia Región Metropolitana
“Mi nombre es Andrés Gutiérrez Coña, Nací el 18 de agosto de 1988 en la región Metropolitana de Santiago, hijo de Lina Coña Huaiquimill y Claudio Gutiérrez. Además mi núcleo familiar se conforma por mi hermano Rodrigo Gutiérrez Coña y ahora último por mi abuelo Cona Coña y mi tío Víctor Coña y su hijo Nicolás Coña.
Mi madre por motivos económicos no podía criarme y cuando cumplí un año tuvo que enviarme al hogar de mis abuelos, Marta Huaquimill y Cona Coña, ubicado en la comunidad Mapuche “Gallardo Tranamil”, en el Lof Rulo de la comuna de Nueva Imperial, a una media hora de Temuko. En dicha comunidad transcurre mi niñez, permaneciendo ahí hasta la edad de siete años ya que mi madre decide traerme a Santiago para estar más cerca de ella y también con el objetivo de recibir una mejor educación.
En Santiago estuve viviendo en la comuna de Cerro Navia, en la casa de mi abuela en donde también vivía mi tía Marta Coña, su esposo y sus hijos (mis primos).
Allí cursé mi enseñanza básica y media. En tanto, en septiembre nace mi único hermano Rodrigo Gutiérrez.
En septiembre de 2006 fallece mi querida abuela Marta Huaquimill. Ese mismo año cuando terminé mis estudios y me gradué de 4º año medio, decidí definitivamente establecerme en la comunidad “Gallardo Tranamil” para acompañar a mi abuelo y además por una promesa que le hice a mi abuela Marta. Además ese mismo año rendí la PSU, sacando un puntaje que me alcanzó para entrar a estudiar ingeniería en Agronomía en la Universidad Católica de Temuco.
El año 2007 inicié la carrera de agronomía y por las exigencias académicas postulé al hogar Mapuche Pelontuwe de Temuco en el cual fui aceptado y permanecí por más de un año y medio … volviendo todos los fines de semana a la comunidad para ayudar con los quehaceres del campo a mi abuelo. Una vez establecido en Temuco empecé a interiorizarme sobre la lucha que lleva la comunidad por recuperar el territorio ancestral, ya que en Santiago es poco lo que se sabe con respecto a esto.
Así logré darme cuenta de todo el atropello, represión y discriminación que hasta hoy se da de parte de los policías en allanamientos y la criminalización de la protesta indígena-mapuche, utilizando leyes especiales como la ley antiterrorista, entre otras, en base a puros montajes policiales. Por lo cual decidí ayudar a las comunidades que han sido golpeadas por la represión recolectando alimentos y ropa, además de difundir lo que realmente sucede en las comunidades como el atropello, represión, militarización, discriminación y la criminalización.
Nunca dejé la carrera
En tanto, volviendo a lo académico, yo nunca dejé la carrera ya que en algunos medios se dijo que yo la abandoné. Tenía que haber cursado en 2009 el tercer año de agronomía. Pero el 6 de marzo de 2009 el ministerio público inició una investigación en mi contra por incendio, entre otros cargos, bajo la ley antiterrorista en base a puros montajes. Desde esa fecha permanezco en prisión preventiva (1 año y 2 meses aproximadamente) en la cárcel de Valdivia, a la espera de juicio oral en donde recién voy a poder demostrar mi inocencia.
Relato de la detención
El siguiente testimonio entrega elementos adicionales sobre la detención de Andrés Gutiérrez Coña. Lo dio su primo, universitario y tesista de la USACH. Fue recogido por esta periodista el 25 de junio de 2009, en la Facultad de Historia de la Universidad de Santiago. Ello se dio en el marco del simposio “Violencia y Represión en el Chile de hoy” organizado por estudiantes de Historia de la Universidad de Chile y la USACH , donde expuse un trabajo sobre los montajes político-judiciales contra luchadores sociales mapuche.
Así habló el joven universitario mapuche:
“Sería mejor hablar aquí sin pena, sin impotencia, sin rabia. Se aprende más cuando estamos en la razón. Las radios mienten muchos. Pero no podemos olvidar que antes era normal decir sesenta mentiras por minuto.
Andrés estudiaba agronomía en la Universidad Católica de Temuco. Es un excelente hermano y compañero de juegos, un joven lleno de sueños, muy responsable. Hace dos años, el 2004, se fue a la UC de Temuco.
Primero estuvo en el Hogar Pelontuwe, comenzó allí a ser parte del movimiento mapuche entregando ayuda solidaria en Lleu-Lleu, Temucuicui y otros lugares en conflicto, ayudando a conseguir comida, ropa .
El 2 de enero de 2009 viajó a Santiago a celebrar el año nuevo winka. Al día siguiente, en Temuco, fue detenido a la bajada del bus por ocho efectivos policiales por presunta actividad ilícita. Fue formalizado y luego se le sobreseyó en esa causa.
Regresó a Rulo (cerca de Nueva Imperial), a casa de sus abuelos hasta el 20 de enero y después volvió a Santiago para irse a trabajar como temporero. El 4 de febrero salió hacia Rancagua.
El 6 de enero 30 efectivos del GOPE allanaron mi casa en Cerro Navia. Apuntaron a mis tíos (los padres de Andrés) con fusil, a los pequeños los hicieron bajar encañonados del segundo piso. Mi mamá los abrazó…El allanamiento duró dos horas y revisaban sus libros, sus fotos, todo. La tía Lina, su mamá, regresaba del trabajo y la detuvieron por sorpresa diciendo que venían a buscar a su hijo y que no se irían hasta que él aparezca. La obligaron a llamar por celular a Andrés.
Andrés cortó la llamada. La policía entonces tomó detenida a mi tía y la subió a un auto, le dijo que iban a comprar una tarjeta para el celular. Dos carabineros la detuvieron entonces hasta que mi primo apareciera. La casa quedó cercada por el GOPE a los que se sumaban efectivos de la Agencia Nacional de Inteligencia y carabineros.
Las pruebas: el computador, los cd y la música
Carabineros se retiró de la casa a las 11.30. Se llevaron el computador y toda la música. Estaban mis CD de historia, de metodología, de cosmovisión mapuche…Todo se lo llevaron, mi trabajo de investigación para mi tesis, las fotos de familia del sur…todo ello era considerado “pruebas” para inculpar a Andrés.
Mi tía no sabe dónde la llevaron detenida, sólo que era una pieza oscura, de muros color cemento y que con una lámpara que encendían, le insistían que llamara al hijo. Le mostraron fotos de Andrés y de otras personas que ella no reconoce. Le dijeron que esas personas andaban con el hijo. Ella les respondió que no diría nada porque no quería perjudicar a nadie.
El 5 de marzo Andrés volvió al sector de Rulo a casa de los abuelos. Allí se estaba construyendo una carretera y había efectivos del MOP. Llegaron al kiosko de la tía unos civiles con ropa del MOP, que le preguntaban cosas.
Mi primo andaba recolectando moras. Al acercarse, uno de los efectivos lo reconoció y lo apuntó. Andrés venía con Nahuel, un pequeño de 4 años. Frente al niño lo redujeron con golpes. El niño se asustó, la tía trató de intervenir y Andrés soltó el balde con moras y se entregó. Mi tía trató de proteger a Andrés de la agresión y una de las policías la empujó y la botó al suelo.
La capucha negra de la policía
Subieron a mi primo al auto y le colocaron una capucha negra en la cabeza. Mi tía se subió a su camioneta y siguió con el vehículo detrás de ese auto, diciendo que no iba a permitir que se lo llevaran si orden de detención gente que no se identificaba. Ellos replicaron que habían cumplido una gran misión capturando a un terrorista y violador.
Fue llevado a la cárcel de Angol y formalizado el 6 de marzo donde se le acusó de haber estado prófugo por un atentado incendiario que se realizó el 12 de enero en un fundo a unos 27 km del lugar, en Lautaro. En esa fecha y hora él estaba en un torneo de fútbol en Rulo. El Fiscal Moya dice que tienen su huella digital y doce puntos de coincidencia con sus huellas.
Luego lo trasladaron a Valdivia a una cárcel de alta seguridad.
Para nosotros, su familia, viajar una o dos veces al mes a visitarlo a Valdivia es muy difícil, es un viaje caro; somos de escasos recursos. Es un castigo adicional, un aislamiento total.
La familia está viviendo una gran depresión.
Las cosas no son como se ven
Hay algo que nos sostiene. Mi abuelita decía, en mapudungun “Hijo mío, las cosas no son siempre como se ven. No todo es lo que puede ser. La vida es como dos aguas, se ven así, es una sola, y es lo que nos lleva a nosotros a vivir.”
Y yo sé que Andrés es un hombre fuerte. Está tranquilo y sabe que uno siempre puede salir victorioso y limpio. Cuando veo la foto que le sacaron de la formalización, veo su mirada de inocencia, de paz, de tranquilidad.
¿Cuál es el precio que hay que pagar por querer ser hombre en este país?
Llevamos 20 años en “democracia”. Hace dos semanas, la Presidenta Bachelet decía en Ginebra, en Naciones Unidas, que en Chile no hay presos políticos, sino presos que están pagando delitos. ¡Pero Andrés no ha cometido ningún delito! Y ahora está perdiendo su año de estudios en la Universidad…
A nosotros nos da pena e impotencia el trato que nos da el Estado.
Hace una semana llegó una respuesta del alto mando de Carabineros por el reclamo que pusimos por el allanamiento: “Todas las gestiones con que se actuó están acordes al grado criminal que poseía el imputado…”
En este país hay cosas que están muy mal. Son cosas que muchos ignoran por conveniencia, por pereza o por mediocridad. Lo único que pido es que en poco tiempo más mi primo esté libre y no siga en ese espacio tan contraproducente. “
Por Lucía Sepúlveda Ruiz