francisco carrasco manquilepe
En abril, la Tesorería General de la República deberá emitir el primer cheque por 120 mil pesos para la esposa y el hijo del comunero, Jaime Mendoza Collío, asesinado de un balazo por la espalda en Ercilla.
La reparación inédita en el marco del conflicto mapuche fue firmada en noviembre pasado por la ex Presidenta Michelle Bachelet, luego de conversaciones sostenidas por la familia con el ex ministro coordinador de Asuntos Indígenas, José Antonio Viera-Gallo.
El diálogo, según trascendió, nació tras los informes periciales revelados por la prensa que advierten la culpabilidad directa de un agente del Estado en la muerte del comunero de 24 años en el desalojo del fundo San Sebastián, ocurrido en agosto pasado, en Collipulli.
Resistido cheque
La pensión, según se informó, será efectiva hasta que el hijo de Mendoza Collío cumpla los 15 años.
Esto, sin embargo, no satisface al clan. Las diferencias están en el monto, ya que el total reparatorio no tiene relación con lo acordado.
Según José Naín, dirigente que participó en el diálogo: "Lo que acordamos era la entrega de una pensión reparatoria al hijo de Jaime por 320 mil pesos, en consecuencia que cuando fuimos a consultar a la Gobernación de Malleco tiempo después, nos dijeron que este bono sólo sería de 120 mil pesos. Eso para mí constituye una burla porque se nos mintió (...) Pedimos al nuevo Gobierno una compensación más digna para la familia", dijo Naín.
Demanda al Estado
Este apoyo, que no han recibido los familiares de Matías Catrileo ni de Alex Lemún, no merma la sed de justicia de la familia.
Un estudio jurídico analiza por estos días la presentación de una demanda contra el Estado, paralelo al proceso que lleva la Fiscalía Militar de Angol.
El recurso se fundamentaría en los peritajes aportados al caso por la PDI y el Servicio Médico Legal.
El primer informe delató que el impacto al comunero entró por la espalda. Y un segundo asevera que no tenía pólvora en las manos, es decir, que no efectuó disparos.
Un tercero demuestra que el chaleco antibalas usado por el carabinero Patricio Jara, autor del disparo, tenía impactos de perdigones en la cara interior, lo que revela que los disparos fueron realizados sin que el policía tuviera puesto el chaleco y se cree que fueron posteriores al enfrentamiento.