No es históricamente correcto hablar de dominador cuando se refiere al español que llegó a territorio mapuche con Valdivia, puesto que en esta etapa, los españoles todavía no habían podido dominar al pueblo mapuche y nunca lo hicieron...
(Net Mapu, Junio, 2000)Repuesto del golpe propinado por el connotado historiador y profesor universitario Sergio Villalobos en su polémico artículo del Domingo 14 de Mayo del año de los tres ceros, es necesario hacer una relectura crítica de su artículo.
Es evidente que los últimos acontecimientos en el Wall Mapu, han agitado las aguas del debate académico acerca del pueblo mapuche. Y muchos de los que han concurrido a aumentar el debate no han sido precisamente experiencias muy felices.
El profesor Villalobos es un ejemplo de ello, un ejemplo lamentable, habrá que decirlo... pero, ¿por qué se hace tal afirmación partamos por decir que el artículo publicado en el Mercurio el pasado 14 de Mayo de 2000, es un artículo poco riguroso y teñido de un racismo inaceptable.
Villalobos nos quiere hacer creer que es un hecho universal que los dominados son culpables (protagonista en el lenguaje de Villalobos, en adelante, V.) "de su propia dominación" y que ello es un lugar común a toda cultura "avanzada" que subordina a otra "menos evolucionada". Pero, ¿de donde saca V. que la cultura española que llegó a chile era avanzada?. A decir verdad, los españoles eran mucho más atrasados que cualquier otro pueblo europeo, y que si no hubiera sido por las luces que le entregó la larga dominación mora, los españoles todavía vivirían en cavernas. Evidentemente, el uso del hierro y del caballo, los espejos, cintas y baratijas no son buenos indicadores de lo avanzada de la cultura española, y en todo caso, ninguno de estos elementos les pertenecen como relato propio a los españoles. Por otro lado, los mapuche, efectivamente vieron las potencialidades que suministraban los elementos que traía el conquistador, que rápidamente fueron incorporadas y utilizadas en contra del invasor.
Si algo ha mostrado la historia, en los últimos tiempos es que hablar de "atrasado" o "avanzado" respecto de las culturas es una imprecisión poco feliz, en tanto, siempre estos conceptos son relativos y absolutizarlos solo muestran los componentes racistas del análisis de quién lo hace.
No es históricamente correcto hablar de dominador cuando se refiere al español que llegó a territorio mapuche con Valdivia, puesto que en esta etapa, los españoles todavía no habían podido dominar al pueblo mapuche y nunca lo hicieron, por lo tanto, el español es mas que nada un invasor, hablar de dominador es una incongruencia histórica y refleja poca seriedad científica.
No es verdad, que la "paulatina derrota de los araucanos se debió a que no presentaron un frente único", por el contrario, la derrota militar del pueblo mapuche a manos de los chilenos fue producto de la superioridad del armamento que utilizaron estos, y eso fue posible en todo caso con muchas bajas en el ejército de veteranos que ocupó militarmente el territorio libre mapuche a partir de 1881. Cabe recordar que el ejército chileno que combatió contra las fuerzas mapuche, fueron fuerzas veteranas de la guerra del pacífico, con experiencia en combate, con armamento sofisticado y de última generación, solo así se pudo someter al pueblo mapuche, por la vía armada, no así los españoles que nunca lograron someter al pueblo mapuche.
La idea del frente único, o la llamada "unidad", merece una reflexión. Siempre se nos ha criticado por la falta de criterio único, por la falta de representantes con quien negociar, por la falta de "una sola voz", pero los mapuche, nunca aceptaron (ni aceptarán) el principio hegemonizador.
Los mapuche compartimos una memoria histórica común y también una identidad cultural común, pero estos elementos tienen sentido si y solo si son interpretados territorialmente, es lo que los mapuchólogos han denominado "identidades territoriales", y ello tiene evidentemente consecuencias políticas, sin embargo, el pedirnos expresarnos en términos de "unidad" es no conocer la sensibilidad mapuche, además que esa es una idea que siempre ha sido una idea foránea y extraña a la mentalidad mapuche. Es mucho más atractiva para el mapuche, la institución del "parlamento" y no precisamente el parlamento de Valparaíso.
El rol que V. le asigna a la religión y la moral cristiana, muestra otro aspecto del racismo con que el historiador enfrenta el tema mapuche, hombres cristianos como los Trizano, violadores, asesinos, saqueadores y ladrones se introducían a sangre y fuego en las comunidades mapuche, no respetando a nadie ni a nada, nuestros mayores recuerdan con horror la aparición de estos hombres con la moral cristiana muy arraigada, por territorio mapuche, ni que hablar de los españoles que, cabe recordar, vinieron sin sus mujeres a territorio mapuche.
"Inevitable fue el roce sexual" nos dice V. pero yo creo que habría que haber dicho para ser consecuentes con la verdad: "inevitable fue la violación", efectuada en gran escala por hombres cristianos, durante las entradas del ejército invasor a territorio mapuche.
Es muy interesante la frase de V. cuando se refiere a "comunidades o individuos recalcitrantes que aún pueden encontrarse como curiosidad" (nótese el tono peyorativo de la frase de V.) cuando se refiere a comunidades o individuos que han defendido la legitimidad del uso del mapudungun como lengua propia. Con esto, V. hace suya una práctica y una postura muy común en los dictadores que acostumbran a imponer sus puntos de vista sin ninguna clase de miramientos. Pero además de que, y eso es algo que V. no se equivoca, a través de los mecanismos de socialización secundaria fueron impuestos en los niños mapuche tanto el idioma español como la religión cristiana con la metodología del garrote y el palo, cuantas historias no hay de profesores winkas que trabajaban o para el gobierno o para la iglesia que aplicaron literalmente el dicho español: "la letra con sangre entra", causando dolor, amargura, menoscabo y sentido de culpa en niños que tenían una pasado histórico de haber resistido todo "extranjero dominio", parece ser que V. nunca leyó el poema épico de Alonso de Ercilla.
Otra falacia histórica y lógica que nos ofrece V. se refiere a la ingesta indiscriminada del aguardiente y el vino que traían los españoles por parte de los mapuche, si bien es cierto que las cepas de uva no existían en territorio mapuche su introducción es bastante reciente, cabe recordar que el territorio mapuche no era apto para este tipo de cultivo por lo espeso de su vegetación, y para hacerlo, los introductores tuvieron que quemar cientos de hectáreas de bosque nativo y, arrasar con la flora y fauna, causando una catástrofe ecológica que aún no ha sido evaluada en su real y total dimensión, por otro lado, los españoles no pudieron transportar grandes cantidades de vino por lo incómodo del traslado y lo agreste de la geomorfología con que se encontraron. Esta falacia de V. solo contribuye a reforzar los estereotipos clásicos con que se define al mapuche: "flojo y borracho", sin embargo, las cifras disponibles respecto de alcoholismo en chile, muestran que los "borrachos" son más bien los winkas, puesto que por cada 10 alcohólicos mapuche hay 90 winkas.
¿De dónde habrá sacado V. que la homosexualidad entre los mapuche era una práctica corriente?. La verdad es que no existe ninguna evidencia histórica que permita corroborar dicha afirmación, en todo caso, si fuera cierto, entonces ello debería reflejarse de algún modo en la sociedad mapuche contemporánea, como lo tiene, por ejemplo, el caso de la poligamia, que actualmente existe como correlato o discurso especialmente en los sectores juveniles mapuche. En la época actual, los pocos casos registrados de mapuche VIH+, no son estadísticamente relevantes, pero no es así, en el caso de los homosexuales de la misma estirpe que V. (léase winkas) infectados con el mortal virus.
La hipótesis del colaboracionismo en términos de su protagonismo respecto de la dominación es otra falacia histórica de V., es cierto que existieron colaboracionistas, mapuche que se aliaron con el winka (a los cuales nosotros llamamos yanakonas) pero ello no fue la razón de la derrota militar, en todo caso, cuando se producía un levantamiento los primeros en caer eran precisamente los capitanes de amigos y sus yanakonas.
Respecto de los eufemismos no vale la pena pronunciarse, baste decir que el lenguaje occidental-cristiano esta plagado de eufemismos, por ejemplo justicia, derechos humanos, protección del medio ambiente, seguridad ciudadana, etc, etc.
No es verdad que la "lucha de los araucanos contra los españoles y los chilenos tuvo una duración e intensidad mucho menor de lo que se cree", al parecer el profesor Villalobos no ha leido a sus críticos y no se hace cargo de todos los elementos históricos que refutan su afirmación, si no quiere leer a sus críticos yo humildemente le recomendaría que leyera un trabajo monográfico de una estudiante de antropología de intercambio (Gabriela Portas) que precisamente invalida las hipótesis de Villalobos.
Cuando se constituya la famosa comisión de verdad histórica prometida por el presidente Lagos, debería ser tarea prioritaria para dicha comisión, interrogar al profesor V. para que demuestre sus afirmaciones y nos ilustre adecuadamente respecto de sus conocimientos.
Finalmente, coincido con Salcedo, cuando afirma que los mapuche no hemos renunciado a nuestros derechos ancestrales y nunca lo haremos, los derechos son inalienables, intransferibles y perpetuos, por lo tanto, las reivindicaciones territoriales, sociales, culturales y políticas siguen frescas en nuestra memoria colectiva.
PD.
Si yo hubiera sido profesor del connotado historiador chileno y le hubiera pedido una monografía respecto de la cuestión mapuche, y me hubiera presentado el artículo suyo publicado en el Mercurio, yo lo hubiera reprobado, por poco riguroso, racista, poca capacidad crítica y escaso sentido científico.
Marcos Valdés (Wekull)
Sociólogo