El mundo paleolítico se caracteriza por la presencia de grupos pequeños ligados por relaciones familiares, que se desplazan lentamente de un lugar a otro en la continua búsqueda de alimentos. En su peregrinar se encuentran con otros grupos o con individuos aislados; estos encuentros facilitan el intercambio de experiencias y, por lo tanto, la introducción de elementos culturales "novedosos". Esta premisa nos ayuda a comprender el estudio del origen de la población del archipiélago de Chiloé. Origen que, como veremos, está fundamentalmente ligado a dos factores; por un lado a la mezcla de pueblos y culturas distintas, y por otro lado a la aceptación de elementos culturales llegados desde muy lejos. Unión y diversidad son los elementos que caracterizan el origen y la realidad social y humana de Chiloé.