Un astuto lector de ¡Usted sí lo dice! reparó en la siguiente frase: […] el caso de indio referido a los quechuas, aimaras, mapuches y otros pueblos indígenas americanos […] Comenta nuestro fiel lector: Tenía entendido que la construcción “mapuches” con el morfema de número no correspondía por tratarse de una redundancia, ya que la construcción de la palabra —mapu "tierra", che "gente"– determina la pluralidad en sí. Me sorprendió que lo haya incorporado de esa manera en su artículo por lo que me veo en la obligación de preguntar.

A lo que apunta nuestro lector es lo siguiente: hoy en día, es cada vez más común que la palabra mapuche se use tanto para el singular como para el plural en el castellano de Chile: el mapuche, los mapuche.

En el artículo referido utilicé el sustantivo plural —mapuches— simplemente para mantener el paralelismo con quechuas y aimaras. Esto explica por qué elegí una forma en vez de otra en este caso específico, pero nada dice acerca de por qué muchas personas usan los mapuche sistemáticamente. Veamos algunas posibles explicaciones.

Eufonía
En el castellano existe una serie de sustantivos que cuentan con una sola forma para el singular y el plural: la tesis / las tesis, la caries / las caries (aunque más de alguna persona le quita la s en el singular), el mouse / los mouse, la crisis / las crisis, la dosis / las dosis, el tórax / los tórax, etc.

El principio que está operando aquí es el de la eufonía: si le agregáramos el morfema plural (-s o –es) a estas palabras, quedarían con muchas /s/ juntas: crisises, dosises, carieses y tesises. Para evitar esto, pluralizamos estas palabras sin cambiarlas (en el caso de tórax, la x ortográfica representa dos fonemas, /k/ y /s/, por lo cual esta palabra también termina en /s/).

Pero la palabra mapuche obviamente no termina en /s/, sino en /e/, así que podemos descartar esta explicación. En el caso de las demás palabras terminadas en /e/ –como pote/potes, catre/catres y golpe/golpes— no existen inconvenientes para la aplicación del plural en /s/, y en el caso de mapuche/mapuches tampoco.

Pluralidad léxica
Existen palabras que a nivel léxico ya contienen la idea de pluralidad, como gente y chusma. Es por esta pluralidad léxica que no escuchamos frases como Aproximadamente 8.500 gentes salieron a protestar (aunque hay variedades del castellano que lo permiten) o Las queridas chusmas recibieron un afectuoso saludo del presidente. El hecho de que la pluralidad ya esté codificada en estas palabras hace que prescindan del morfema plural /s/. Pero ésta no es la única característica propia de esta clase de sustantivos:

• Se emplean siempre con determinante singular: mucha gente en vez de *muchas gente; la chusma en vez de *las chusma.
• Son modificadas por adjetivos singulares: gente simpática en vez de *gente simpáticas.
• Cuando funcionan como sujeto, el verbo se conjuga en singular: la gente asistió en vez de *la gente asistieron; la chusma aplaudió en vez de *la chusma aplaudieron.
(El asterisco en este contexto señala que algo es agramatical).
La palabra mapuche no funciona de esta manera. Comparémosla con gente:

• La gente comprometida –más de 100 personas en total– asistió a la reunión.
• *El mapuche comprometido –más de 100 personas en total– asistió a la reunión.
• *El mapuches comprometido –más de 100 personas en total– asistió a la reunión.

Está claro que mapuche no funciona como gente: su plural –ya sea mapuche, ya sea mapuches— no puede ir con determinantes, adjetivos ni verbos singulares. Ahora comparemos mapuche(s) con personas:

• Las personas comprometidas –más de 100 personas en total– asistieron a la reunión.
• Los mapuche(s) comprometidos –más de 100 personas en total– asistieron a la reunión.

En estos casos, todo cuadra: con determinantes, adjetivos y verbos plurales, todo resulta de lo más gramatical en el caso de las dos palabras. A la luz de todo lo anterior, debemos concluir que mapuche no pertenece a la misma clase de sustantivos que gente.

Respeto por la morfología ajena
Algunas personas argumentan que al adoptar una palabra del mapudungun, deberíamos adoptar también la morfología de esta lengua; de ahí concluyen que en el castellano, habría que hacer con la palabra mapuche lo mismo que se hace en el mapudungun: usarla tal cual, tanto en singular como en plural.

¿Una regla, o una excepción?
Si se postula el respeto por la morfología ajena como principio, la lógica y la consistencia obligan a hacer lo mismo con todas las palabras tomadas del mapudungun (y de las demás lenguas). Pero esto no ocurre. Frases como las siguientes resultan muy raras, por decir lo menos:

La playa estaba llena de guata peludas.
Andaba contando puros cahuín.
Fue atacado por un montón de guarén.
Varios de sus ex pololo la llaman hasta el día de hoy.
La plaza estaba llena de quiltro hambrientos.

Claramente no opera en el castellano de Chile ningún principio del tipo “vocablo del mapudungun -> plural invariable”. La palabra mapuche parece ser un caso único en este sentido, una excepción a la regla que hace que los hablantes apliquen la morfología del castellano –en este caso el morfema plural /s/– a los préstamos del mapudungun y otras lenguas.

Hay varios factores que explican la casi inevitable tendencia de aplicar la morfología de la lengua que se está hablando a las palabras tomadas de otras lenguas. Veamos algunos de ellos…

Autopiloto
En primer lugar, la morfología se utiliza de manera automática e inconsciente. Si pregunto por el plural de las palabras imaginarias lopa y tarín, todo hispanoparlante va a contestar lo mismo, sin vacilar —lopas y tarines— pese a que nunca han escuchado estas palabras. Y si pregunto cómo se conjuga el verbo imaginario chentar, todos van a decir yo chento, tú chentas, él chenta, nosotros chentamos, etc.

La morfología no es algo que se pueda llegar e intervenir así no más. Está muy profundamente arraigada –al contrario del léxico, que es permeable y cambiante– y su aplicación no pasa por un proceso de contemplación consciente, como sí puede suceder cuando buscamos la palabra más adecuada para expresar una determinada idea.

Información perdida
En segundo lugar, la morfología comunica una gran cantidad de información que necesitamos para hacernos entender; si la cambiamos u omitimos, la comunicación puede verse estorbada.

Imaginémonos que se decide aplicar esta idea –la de que los préstamos léxicos deberían utilizarse con la morfología de su lengua de origen— a la palabra мапуче, que es mapuche en ruso. Esta lengua tiene un sistema de casos gramaticales bastante complejo, pero este principio no permitiría utilizarlo con esta palabra. En consecuencia, las siguientes palabras…

мапуче (mapuche)
мапучский (mapuchskiy)
мапучского (mapuchskogo)
мапучской (mapuchskoy)
мапучские (mapuchskiye)

…tendrían que decirse como…

мапуче (mapuche)
мапуче (mapuche)
мапуче (mapuche)
мапуче (mapuche)
мапуче (mapuche)

Esto resultaría incomprensible para un ruso. No sabría nunca si lo que se quiere decir es el mapuche (sujeto), al mapuche (objeto directo), para el mapuche (objeto indirecto), del mapuche (genitivo), mediante el mapuche (caso instrumental) o donde el mapuche (locativo/preposicional).

En el caso del castellano, no es tanto lo que se pierde al omitir el morfema plural, pero algo es algo.

Habría que ser políglota para hablar la lengua materna
En Chile decimos sin problema alguno no cacho, no cacha y no cachan, aplicando la morfología verbal del castellano (-o, –a y –an) a un verbo que proviene del inglés (to catch). Y así con miles de otras palabras tomadas de lenguas extranjeras.

Pero si aplicáramos el principio del respecto por la morfología ajena –que al adoptar una palabra de otra lengua, habría que adoptar también su morfología— nos veríamos obligados a decir yo cach, él caches y ellos cach, tal como se dice en inglés (catch, catches, catch).

Tendríamos que aprendernos la morfología del árabe para pluralizar palabras como algodón y alcalde… y la del alemán para poder usar “correctamente” palabras como kuchen/kujen/cujen… y la del francés para poder conjugar bien chambrear… y la complejísima morfología verbal del mapudungun para poder usar “bien” palabras como guatear y pololear.

Es decir, tendríamos que aprendernos una larga serie de lenguas extranjeras para poder hablar bien la lengua materna. Es casi imposible que eso suceda. A lo más, hay algunos casos aislados e incompletos, como el de los plurales de cultismos latinos en inglés, que suelen retener el plural latino junto con el plural nativizado en contextos formales (e.g. antenna–antennas/antennae, index–indexes/indices, addendum–addendums/addenda, medium–mediums/media).

Entonces ¿por qué algunos dicen los mapuche?

Como hemos visto, no hay ninguna razón lingüística por decir los mapuche en vez de los mapuches. Pero no poca gente lo dice, y al parecer es una tendencia que va en aumento. No puede ser casual eso… algo está impulsando el cambio. ¿Qué podría ser?

Hace algún tiempo, empecé a notar que la gente que dice los mapuche suele solidarizar con este grupo. A la vez, la idea de que el vocero de una empresa forestal, por ejemplo, diga los mapuche simplemente no me cuadraba. ¿Será que se usa el plural invariable de manera emblemática, con el fin de señalar una posición pro mapuche?

El siguiente gráfico muestra el porcentaje de ocurrencias de la frase los mapuche (línea azul) versus los mapuches (línea gris) en una serie de medios chilenos. No se trata de una investigación rigurosa, desde luego, pero sirve como un primer acercamiento al tema.

La frecuencia de los mapuche se divide en tres grandes grupos (separados con líneas rojas):

• Radio Bío-Bío -> Radio Universidad de Chile
• Azkintuwe -> Mapuche Times
• Diario El Sur -> La Segunda.

El primer grupo (mayor uso de los mapuche: 49-82%) está compuesto de medios que me parecen bastante pro mapuche, dentro de todo: Radio Bío-Bío, El Ciudadano, Mapuexpress y Radio Universidad de Chile.

El segundo grupo (uso mediano de los mapuche: 26-37%) está conformado por medios que, a mi juicio, van entre pro mapuche y relativamente neutros en temas mapuches: Azkintüwe, Punto Final, El Mostrador, Cooperativa, The Clinic y Mapuche Times.

El tercer grupo (escaso uso de los mapuche: 3-13%) contempla medios que a todas luces son abiertamente antimapuche:

• 4 diarios del imperio Edwards (derecha tradicional): El Mercurio, La Segunda, Las Últimas Noticias y El Sur
• 2 diarios del consorcio Copesa (derecha empresarial): La Tercera y La Cuarta
• 1 diario del grupo de Ricardo Claro (aparentemente Opus Dei): Diario Financiero
• 1 diario que pertenecía al Estado (bajo Piñera en el período que la búsqueda recoge): La Nación

Sin lugar a dudas, este “estudio instantáneo” tiene sus peros. Se me ocurren por lo menos dos: (1) En uno o más de los medios, los resultados de la búsqueda podrían incluir no sólo el texto de las notas periodísticas, sino también los comentarios que dejan los lectores, y (2) la determinación de si un medio es pro mapuche, neutro o antimapuche se hizo de manera impresionista.

Además, no encuentro una buena explicación de la variación que se da entre los tres medios mapuches.

Pero aun así, la hipótesis de que el uso del plural invariable en los mapuche tiene una motivación ideológica, y que se emplea para expresar solidaridad con este pueblo, parece bastante razonable.

Ojo con el corolario
Si bien es posible que se esté marcando una posición pro mapuche con la ausencia del morfema plural en los mapuche, la presencia de este morfema no necesariamente señala una posición antimapuche. El empleo de los mapuches podría deberse a muchos otros factores, desde el tradicionalismo gramatical hasta el principio de la consistencia (tratar todos los gentilicios del mismo modo), y varios más.

Antes de terminar
Hay una posible objeción a esta hipótesis que vale la pena enfrentarla de inmediato. Los medios que menos usan los mapuche son diarios con edición impresa, y se podría pensar que su aversión a esta construcción vendría de ese hecho, ya que –supuestamente– este tipo de medios es más “riguroso” con su redacción.

Pero no creo que sea el caso. Primero, porque dentro de este grupo se encuentran La Cuarta y LUN, que lejos de ser tradicionalistas frente al lenguaje, son creativos e incluso rupturistas, especialmente La Cuarta.

Y segundo, porque muchos de los medios que sí usan los mapuche son bien conservadores en cuanto a su redacción y empleo del castellano. La prosa de Radio Universidad de Chile, Punto Final, El Mostrador y Radio Cooperativa, en particular, es indistinguible de la de La Tercera en este sentido. Así que este posible contraargumento no es muy convincente.

Apéndice: Los datos
Nota: Los resultados precisos de cada búsqueda variarán en el tiempo, a medida que Google actualiza sus bases de datos. Ver la variación en el tiempo: http://terceracultura.cl/2013/07/los-mapuche-o-los-mapuches/

Por: Scott Sadowsky