Los mestizos pobres crean nuevos modelos de movilización política basados, no en políticas de identidad divisorias de pueblos indígenas y no-indígenas, sino en el sentido de un mundo interétnico compartido. La apropiación de los poderes de paisajes indígenas sensibles nos permite ir más allá de las distinciones académicas entre lo indígena y lo no-indígena, lo humano y lo no-humano, la naturaleza y la cultura, la ontología y el activismo político.