Argentinos cruzan la frontera para estudiar turismo en el Liceo de Ralco, mientras que los chilenos viajarán a Loncopué para hacer sus prácticas profesionales.
SEBASTIÁN HENRÍQUEZAlto Biobío ha sido por generaciones un lugar de intercambio para comunidades pehuenches que en plena frontera hacían trueque de productos como mate o harina. Siguiendo la tradición, pero de forma renovada, este año comenzó un nuevo tipo de intercambio: el estudio.
Desde marzo, seis argentinos de la localidad de Loncopué van a clases en el Liceo Intercultural de Ralco (el principal poblado de la comuna) y a fin de año igual número de chilenos viajarán para hacer sus prácticas profesionales. Así, los grupos aprovechan oportunidades que en sus países son escasas: Loncopué no tiene liceo técnico y en Ralco son pocas las empresas que pueden ofrecer prácticas.
Por eso el alcalde de Alto Biobío, Félix Vita, afirma que la iniciativa impulsada por su municipio y su par trasandino permitirá el desarrollo de los jóvenes de la comuna. "No quiero que salgan de 4° Medio y vuelvan al campo a cuidar chivos", afirma.
La nueva vida
Actualmente, hay tres niñas argentinas estudiando en el liceo. Sofía Parada, Micaela Bucarey y Laura Melillán comparten una pieza en el internado. Esta fue la primera novedad para ellas. "Es otra rutina", cuentan, explicando que se levantan a las seis de la mañana para asear sus habitaciones. A eso de las diez de la noche se apaga la luz. Como tienen poco tiempo libre, aprovechan los fines de semana en las casas de sus familias tutoras.
Claudia Fuenzalida, psicóloga del programa, cuenta que para ello se buscaron familias afines. Micaela, por ejemplo, integra el equipo de básquetbol del liceo, por lo que su tutor es el profesor de Educación Física.
Laura, en tanto, vivió hasta los siete años en una comunidad pehuenche. Por ello, pasa los fines de semana con el director de la escuela de Pitril (otra localidad de Alto Biobío), Ignacio Raimán. Él viene de una comunidad mapuche de Arauco y cada quince días viajan hasta allá para visitar a la familia. La joven, de 19 años, se ha impregnado de la cultura y no es raro verla explicando palabras en mapudungun a sus compañeras.
"Ha madurado mucho", cuanta Raimán, quien agrega que Laura incluso ha participado de un funeral indígena.
Así, además del estudio, todos coinciden en que la experiencia ha sido enriquecedora para la vida.
Y es que los resultados del programa hablan por sí solos. Por lo menos diez alumnos del liceo pasarán sus vacaciones en Argentina, mientras que los trasandinos también frecuentan a sus amigos chilenos. Es más, este año, la fiesta de graduación de Ralco contará con la presencia de varios invitados de allende los Andes.