Instituido en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, mañana 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que busca reforzar los derechos y existencia de los más de 300 millones de personas ligadas a una etnia en el globo.
La Asamblea General proclamó ese año como “Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo” y la década de 1995-2004 como el “Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo”, con el objetivo de fortalecer la cooperación internacional para resolver los problemas de las comunidades indígenas.Asimismo, la institucionalidad representada por organismos como el PNUD, el UNICEF, el FIDA, la UNESCO, el Banco Mundial, la OIT y la OMS trabajan constantemente para dirigir programas destinados a mejorar la salud, los derechos laborales y la alfabetización de los indígenas, así como para evitar el deterioro ambiental de las tierras nativas de estos grupos.
Otra de estas organizaciones, Amnistía Internacional, ha instado a los gobiernos de América a dejar de dar prioridad a los proyectos de desarrollo sobre de los derechos de los pueblos indígenas.
“Tras siglos de abusos y discriminación, su supervivencia cultural y física se encuentra ahora en peligro porque no hay suficiente voluntad política para reconocer, respetar y proteger los derechos de los pueblos indígenas cuando estos se consideran un obstáculo para el crecimiento económico”, afirmó Susan Lee, directora del Programa Regional para América de Amnistía Internacional.
El crecimiento de las industrias agrícola y extractiva, y la introducción de grandes proyectos de desarrollo, como embalses y carreteras, en tierras tradicionales indígenas representan una amenaza considerable y creciente para los pueblos indígenas.
Por ejemplo, en Brasil prosigue la construcción de la presa de Belo Monte en el río Xingu, en la Amazonía, a pesar de la orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, según la cual el proyecto debía detenerse hasta que se evaluara exhaustivamente su impacto sobre las comunidades indígenas locales.
En países de toda la región como Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Perú se ha omitido consultar a los pueblos indígenas antes de aprobar leyes que amenazaban su medio de vida. También se han llevado a cabo proyectos de desarrollo en las tierras ancestrales de los pueblos indígenas sin respetar su derecho al consentimiento libre, previo e informado.
En países como Chile, Ecuador, México y Perú, los líderes indígenas y los integrantes de esas comunidades son con frecuencia sometidos a procesos penales por cargos que se diría desproporcionados y que parecen responder a motivos políticos.
Más de 300 millones de personas forman alrededor de 5.000 poblaciones indígenas en 70 países del mundo y han estado sometidas a la opresión, exclusión de los procesos de toma de decisiones, marginación, explotación, asimilación forzosa y represión cuando tratan de pugnar por sus derechos. También llegan a ser perseguidos por lo que muchos se convierten en refugiados.