Sorpresas nos da la vida. Temas sensibles para la centro-izquierda han sido bien enfrentados por Piñera, quien además ha colocado una decidida voluntad en el salvataje a los mineros. Decidió modificar la Ley Antiterrorista y retirar las querellas contra mapuches, trasladándolas a tribunales civiles.

Anunció el término del descuento del 7% a los jubilados y la condonación de la deuda de propietarios modestos. Suspendió la construcción de la termoeléctrica en Punta Choros. Apoyó sin vacilaciones al Presidente Correa ante la insubordinación de la Policía en Ecuador. Estos mismos temas o similares no fueron debidamente atendidos por los gobiernos de la Concertación, razón poderosa para su derrota electoral. Es el mundo al revés.


Antes, bajo presión de las forestales y con el apoyo de la derecha, los gobiernos de Lagos y Bachelet utilizaron la Ley antiterrorista y militarizaron la Araucanía. Ello no sólo fue un grave error para una Administración inspirada en ideas de centro-izquierda, sino que esa decisión abrió una brecha inmensa entre el Estado y el pueblo mapuche, agudizando la beligerancia de éste por sus reivindicaciones territoriales. El tema mapuche es de larga data; sin embargo, resulta paradójico que el “sacrosanto” derecho de propiedad haya sido más defendido por la Concertación que por el actual Presidente.


El anuncio de la eliminación paulatina del 7% y la condonación de la deuda de algunos propietarios habitacionales revela que cuando existe voluntad política es posible encontrar holguras presupuestarias para responder frente a justas demandas ciudadanas. Esta es una lección para los políticos de la Concertación que cometieron el error de subordinar ciegamente sus decisiones a economistas neoliberales, de dudoso compromiso social. Al mismo tiempo, la desautorización del proyecto de Punta Choros recogió un masivo apoyo tanto de medio-ambientalistas como de los habitantes de Coquimbo. Es que ya no caben dudas que la institucionalidad medio-ambiental de la CONAMA ha sido más permeable a los intereses empresariales que a las preocupaciones ciudadanas, como se observó en la represa del Alto Bío-Bío en el gobierno de Frei y con el desastre de los cisnes de cuello negro durante el gobierno de Lagos. En consecuencia, ante una institucionalidad frágil e inoperante, la decisión presidencial era la única instancia válida para la protección de un santuario de la naturaleza.


Cuando Piñera decide repudiar la insubordinación en el Ecuador, muchos recordamos, con tristeza, que en el año 2002, frente a una situación aún más grave en Venezuela, el gobierno del Presidente Lagos se ubicó del lado de los golpistas, atribuyendo la crisis de gobernabilidad a Chávez, el presidente constitucional. En ese momento la credibilidad democrática de la Concertación y del país se vieron seriamente lastimadas. Otra paradoja que nos entrega la política chilena.


Finalmente, resulta sorprendente que en el mismo día de la celebración de los 22 años del NO, el senador Lagos Weber haya cuestionado las declaraciones del Presidente Piñera por sostener que se necesita un tipo de cambio que dé estabilidad a la inversión y sea competitivo para las exportaciones. Nuevamente, nos encontramos en el mundo al revés. Una perla más que se agrega a los errores de la Concertación, cuyos personeros debieran promover una política cambiara activa para apoyar a los pequeños productores y diversificar las exportaciones. Se prefiere, en cambio, defender el inmovilismo del Banco Central y su autonomía, en línea con el pensamiento económico más conservador.


En suma, desafiando a su propio bloque político, incomodando al Poder Judicial e incluso provocando molestias empresariales, el Presidente Piñera ha respondido hasta ahora a demandas ciudadanas en ámbitos en que los gobiernos de la Concertación fueron débiles y contrarios a los intereses de la mayoría. Ya veremos como sigue esta teleserie. Hasta ahora es el mundo al revés.

escrito por Roberto Pizarro*

Ex Ministro de Planificación, miembro de Nueva Economía.