El proyecto también contempla una excavación arqueológica en la isla Traiguén. La idea es encontrar una relación entre las osamentas y el contexto ambiental en el que habitaron los chono, para conocer con más certeza la estructura de su población y promover la identidad cultural de los descendientes de los pueblos nómades canoeros mediante un soporte biológico.

“Muchos de estos grupos siguen desplazándose en los canales del sur y producto de la ocurrencia de flujo génico con inmigrantes recientes van perdiendo sus características fenotípicas así como su identidad cultural. De ahí que sea tan importante el trabajo mancomunado a nivel molecular, arqueológico y antropológico”, dijo Moraga.

Según él, se sabe que en esta isla hay presencia de conchales y restos de entierros humanos de este pueblo. “La isla es parte de un programa de prospección que pretende identificar ocupaciones culturales e inhumaciones indígenas con el fin de conocer más de la forma de vida y las prácticas culturales de los grupos de cazadores recolectores marinos”.

El equipo que realizará el trabajo en terreno está formado por especialistas en bioantropología, fauna y lítica a cargo del otro coinvestigador del proyecto, el arqueólogo Omar Reyes, investigador adjunto del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes.