El futuro de los pueblos indígenas depende de su inclusión en todos los procesos que afectan sus vidas. El derecho a la libre determinación afianza la creación y consolidación de autogobiernos y autonomías indígenas, así como asegura que los derechos territoriales sean respetados. El control territorial es un ejercicio de la libre determinación y participación activa del pueblo mapuche en el diálogo con autoridades nacionales y mecanismos internacionales de derechos humanos.
Requerimos de manera urgente el apoyo del Instituto de Derechos Humanos de Chile, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, de la Comisión y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para tomar las medidas necesarias para detener esta espiral de violencia estatal en contra de los presos políticos Mapuche en huelga de hambre.
Los COMANDOS COVID regionales y locales, debieron desde un primer momento tener en cuenta la inclusión de las organizaciones representativas de los pueblos indígenas. Y es que el modelo o enfoque de abajo a arriba tiende a considerar que el proceso de implementación se desarrolla a través de una red de actores, más que a través de una estructura administrativa rígida y jerárquica.
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El plan toma como base los conocimiento ancestrales del pueblo originario, como complementarios al sistema de salud occidental. Y lejos de amilanar al pueblo, lo convoca a enfrentar la pandemia, unidos al pueblo trabajador chileno y a los demás pueblos de la tierra. El documento fue entregado el 23 de marzo en el Palacio de La Moneda, solicitando un diálogo con Sebastián Piñera, presidente de la República, considerando que las medidas oficiales se han dictado sin participación de los pueblos originarios de Chile. Se trata de enfrentar a un enemigo con dos cabezas: la emergencia sanitaria y la crisis económica que se avecina. El origen común de ambos son los modelos económicos que desprecian la Madre Tierra.
La colonización europea en su arribo a los territorios indígenas trajo, además de la cruz y la espada, enfermedades tales como la viruela, la tuberculosis, la gripe o la sífilis. En el caso mapuche, la Guerra de Arauco redujo la población originaria de más de 2 millones y medio de personas a solo 500 mil. Muchas de estas muertes se dieron sólo por la acción de enfermedades. El Weychan es habitualmente batalla, guerra, en este caso, es también el desafío de proteger nuestras cosmovisiones, sabidurías, conocimientos espirituales, y los seres no visibles con quienes nos vinculamos. Weychan es guerra, batalla, pero entendida desde la filosofía mapuche.