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Movimiento Mapuche:
Comunidades viven Estado de
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Bajo el clima generado por la profusión de titulares "en rojo" que diariamente presentan los conflictos entre las comunidades mapuches y las empresas forestales en la VIII y IX regiones reduciendolos a las notas policiales, cada vez se torna más difícil negar que en la zona se consolida un conflicto político de fondo que no ha logrado ser controlado por los sucesivos gobiernos de la Concertación. Por su parte, tampoco las comunidades y organizaciones mapuches parecen tener todas las respuestas, y parecieran haber optado por la lógica de "hacer camino al andar", dado que si bien plantean una sólida fundamentación acerca de sus demandas, no están en condiciones de predecir el alcance exacto de los acontecimientos. De lo que sí están convencidos, es de que el camino del diálogo con las autoridades parece agotado, y que sólo le queda la opción de construir un camino propio para cambiar las reglas del juego. Y lo están haciendo por razones de supervivencia, convencidos que de otra forma terminarán extinguidos como pueblo.
PREOCUPACION EN LA MONEDA
Aunque la prensa común regularmente menciona los conflictos como "brotes de violencia" y las autoridades de Gobierno han inisistido en que se trata de situaciones aisladas que permanecen bajo control, a cada paso surgen nuevas evidencias de que la generalización de los conflictos ha llegado a provocar un clima de preocupación en La Moneda, particularmente producto de las presiones surgidas desde que la derecha, tanto a través de sus parlamentarios como de los empresarios madereros de la zona, han comenzado a interpelar al Gobierno para que tome cartas en el asunto mediante el instrumento más directo: la represión. De lo contrario, dicen, actuarán por sus propios medios.
TRES HITOS
El itinerario del conflicto se podría resumir en torno a tres
hitos de especial relevancia: la conformación el l8 de enero en
La Moneda de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato
para los Pueblos Indígenas; el llamado formulado por el presidente
de los agricultores de Malleco Federico Rioseco a actuar directamente contra
los mapuches involucrados en las recuperaciones de tierras; y la confirmación
por parte del Gobierno de que recurrirá a la ley de Seguridad Interior
del Estado frente a las "alteraciones del orden público" en las
que las comunidades mapuches se han involucrado.
La nueva mesa de diálogo fue rechazada de plano por las organizaciones
mapuches que se encuentran en conflicto, que la acusaron de constituir
"una nueva maniobra distractiva para ganar tiempo sin abordar el problema
de fondo, que e el de nuestra soberanía", además de estar
conformada sin la participación de los representantes de de ninguna
de las comunidades en conflicto.
Por su parte, tanto la ofensiva encabezada en la zona por el propio
diputado RN Alberto Espina como el llamado de los empresarios maderero
de la zona a organizar sus propio grupos armados recibieron una dura réplica
de diversos sectores. El Presidente Lagos declaró "inaceptable"
el planteamiento de estos sectores, a la vez que anunció la acción
del Estado para garantizar "el respeto al estado de derecho", mientras
que diversos dirigentes mapuches acusaron a la derecha de pretender instrumentalizar
el conflicto para crear bandas armadas motivadas por us posiciones xenofóbicas
y "querer tirarle bencina al conflicto".
Pero el agua ha seguido corriendo bajo los puentes, y más allá
de las declaraciones, los dirigentes mapuches denuncian la existencia de
un virtual estado de sitio en las comunidades que procuran levantar
la movilización en aras de la recuperación de sus tierras,
mientras no se abre ningún espacio que les permita avanzar en su
demanda de reconocimiento como pueblo soberano.
CAMPAÑA DEL TERROR
Para Antonia Huantecura, dirigente de Meli Huixan Mapu, "se trata
de una campaña del terror impulsada por las forestales desde que
las comunidades se comenzaron a levantar, y que incluye el amedrentamiento
a las familias completas. Las camionetas forestales tienen blindajes especiales,
andan con perros adiestrados. Tampoco es nuevo esto de que nos apliquen
la ley de Seguridad Interior del Estado, que ha sido aplicada contra otros
hermanos, como Julio Huantecura, presidente de la Meli Huixán Mapu,
y que lleva más de diez meses encarcelado".
Policías con tanqueta, allanamiento de las casas y registros
policiales a quienes ingresan a la zona de conflictos, son parte del clima
cotidiano que nos relata. "Eso nadie lo dice, no se habla del grado de
represión que existe contra las familias y las comunidades completas.
De una parte tenemos a los guardias forestales que andan armados, y por
otra a las Fuerzas Especiales de Carabineros y los policías que
ingresan de civil en las comunidades".
CAMINOS CERRADOS
La dirigente destaca que la visión que entregan los medios de comunicación es de que la violencia viene de los mapuches que están impulsando las recuperaciones. "Pero el proceso va de otra forma -agrega- porque las comunidades primero fueron por el diálogo para plantear la recuperación de nuestras tierras, pero nunca ha existido verdadera voluntad política para responder a esas demandas, y ahora la gente simplemente se desilusionó de ese diálogo, no ha encontrado más camino que plantear de hecho la recuperación de los territorios que ancestralmente son nuestros. Nosotros estamos reclamando un derecho que es histórico. Esos terrenos se enajenaron mediante todo tipo de artimañas, y siguen estando en manos de usurpadores".
TERRITORIOS ANCESTRALES
-Pero se han devuelto tierras
"Sí, pero que no corresponden a nuestras tierras ancestrales,
ahí no están enterrados nuestros muertos, ahí no es
donde tenemos nuestras raíces. Nosotros no podemos desligarnos de
nuestros antepasados para irnos a otro territorio.
Esta no es una cuestión de hectáreas de tierra, porque
según eso nos daría lo mismo vivir en cualquier lado. Nosotros
hablamos del territorio ancestral al que pertenece nuestro pueblo. Es nuestra
forma de vida la que estamos reivindicando".
Habla de los presos políticos mapuches, "porque ellos están
presos por su forma de pensar y por la conciencia de pueblo que tienen.
Ellos están siendo castigados por abrazar esta causa de defender
nuestro derecho a existir como pueblo y como nación. Hay loncos
que han estado detenidos, pero lo quieren presentar como simple violentistas".
Domingo Marileo: Las razones del pueblo mapuche
Como secretario general de Admapu, Domingo Marileo plantea la urgencia
de abordar el conflicto desde sus causas históricas, de fondo, y
apunta directo hacia la falta de voluntad política del Gobierno
para poner en práctica sus compromisos en materia del reconocimiento
del pueblo mapuche respetando su identidad.
El dirigente conversó con El Siglo en momentos adquirían
niveles de particular dramatismo, procurando romper el cerco comunicacional
que en los últimos días ha intensificándola reproducción
de visiones parciales y tendientes a demonizar las acciones impulsadas
por las comunidades de la zona.
-Se ha dicho de todo sobre los conflictos en torno a las demandas del
pueblo mapuche ¿Cuál es el problema de fondo?
"Los conflictos nacen de una demanda real de las comunidades, y que
tiene relación con dos puntos: la tenencia de la tierra, y
el territorio. Desde la dictadura se ha venido dando el levantamiento del
pueblo mapuche por estas demandas".
-¿Cuál es la diferencia entre "tierras" y "territorio"?
"Nuestra pelea no es sólo por un pedazo de tierra más,
sino por la autonomía y el territorio mapuche en su conjunto. Por
eso decimos que no hay voluntad política de parte de este gobierno
ni de los dos anteriores para abordar el problema de fondo, y a las comunidades
no les queda más alternativa que impulsar una lucha más fuerte
por sus demandas históricas".
-¿En qué consiste, en términos prácticos,
la autonomía que ustedes reclaman? ¿Estamos hablando de cortar
Chile del Bío Bío al sur, qué ocurrirá con
los no mapuches que viven en esa zona?
"Lo primero, es que el Gobierno se disponga a resolver el área
de desarrollo, de donde tiene su hábitat el pueblo mapuche, donde
circula, donde se comunica. Esas son grandes extensiones territoriales.
Eso es lo real: cómo el Gobierno y el Estado protegen el derecho
de las comunidades frente a la invasión y el hostigamiento de las
forestales. La sequía provocada por la tala de bosque nativo para
plantar especies exóticas es desesperante, y las comunidades ahora
tienen que recibir agua en camiones enviados por las municipalidades. Ni
siquiera agua nos queda, hasta el agua nos llevan. Eso es desesperante.
Si hubiera una voluntad política del Gobierno para que las forestales
comiencen a retirarse, irían quedando grandes espacios territoriales
que son parte de la vida, del aire y el hábitat de los mapuches.
Pero ha ocurrido todo lo contrario, y no son sólo las empresas transnacionales,
sino la propia Conaf, que es del Estado, que nos están perjudicando
y promueven la plantación de pino y eucaliptus".
-¿Qué estado de ánimo existe en lo mapuches que
viven en eta zona?
"Hay preocupación. Y todo esto viene acompañado de la
cesantía y de un muy mal programa de Indap, que en vez de ayudar
a las comunidades, las somete a grandes deudas que después no pueden
pagar. Se hizo una legislación para resolver el tema, y se inició
un diálogo que no ha servido de nada. Hasta las carpetas de esos
diálogos se han perdido".
-Recientemente se lanzó una nueva iniciativa de diálogo
entre representantes del Gobierno, los mapuches y empresarios. ¿Qué
evaluación tienen de esa iniciativa?
"Lo han vulnerado todo. Lo básico de esos diálogos era
la salida de las forestales de la zona y que se entregara apoyo directo
a las comunidades, pero todo ha caminado al revés. El Gobierno ha
empezado a crear grupos de pequeños empresarios para dividir a los
mapuches como pueblo, afectando directamente el espíritu comunitario
que es propio de nuestra cultura.
Ahora montaron un nuevo monstruo de diálogo. En el fondo, es
una forma de ganar tiempo lanzando constantes nuevas esperanzas, pero ya
no hay nada más que hacer ahí. El diálogo que se está
montando es una nueva farsa, mientras que la deuda histórica tiene
que materializarse en términos concretos".
-Ustedes plantean un apoyo diferente del Gobierno, hacia el desarrollo
de la agricultura que es propia de los mapuches...
"Exactamente. El Gobierno Popular entregó maquinaria, capacitación,
créditos buenos, apoyo en recursos para el desarrollo de las comunidades
como tales. Hoy no es así. Nuestras tierras son cultivables, y con
un buen apoyo técnico y crediticio, las comunidades podrían
desarrollarse sin destruir su entorno ni destruirse ellas mimas, como está
ocurriendo ahora con estas políticas que se están aplicando".
-¿Una solución podría pasar por reponer los títulos
de merced?
"El título de merced fue válido a fines del siglo XIX
o comienzos del XX, cuando las familias mapuches no eran tan grandes producto
de la matanza que hubo en la guerra. Pero ahora esas tierras están
reducidas, muchos de esos títulos han sido usurpados y la
población ha ido creciendo. Ahora se han dado los títulos
de dominio, y que en la práctica han traído una gran cantidad
de hermanos allegados sin tierras a las comunidades. Es ahí donde
viene la explosión de las comunidades".
-En Lleu Lleu, hay una comunidad que reclama la propiedad de tierras
que ahora tienen otros dueños.
"Esos conflictos son producto de que el Gobierno no ha resuelto de
otra manera las cosas".
-¿Y qué es lo que se tendría que hacer, expropiar
para entregar esas tierras a las comunidades?
"Exactamente. Así como se dice que somos un país jaguar,
¿Por qué no podemos hacerlo? Después se quejan de
las explosiones que hay.
Tratan de crear un clima de terror, en confabulación con las
forestales, porque les permite tapar lo que los mapuches están reclamando
legítimamente".
-También se dice que este es un conflicto artificial, instigado
por fondos proveniente del extranjero...
"Nunca los mapuches hemos buscado la violencia. Nos han impuesto la
violencia desde el Estado a través de la historia. Otra cosa es
el apoyo de organizaciones sociales de otros países hacia las comunidades
mapuches, porque la solidaridad de los pueblos es un derecho, una responsabilidad
moral de todos los que aman la justicia.
La derecha es la que ha vivido eternamente del apoyo internacional,
y lo ha hecho en grande. ¿No fueron ellos los que recibieron grandes
fondos desde Estados Unidos para derrocar el Gobierno de salvador Allende?
Ellos son los que irrumpieron a sangre y fuego para imponer un sistema
de vida profundamente injusto ¿Por qué ahí no se alarmaron?
Ahora mismo tenemos la llegada de los capitales transnacionales !Ese sí
que es apoyo!
Al que habría que aplicarle la ley antiterrorista es a las grandes
transnacionales, que están destruyendo a un pueblo completo".
AUNQUE TRAIGAN GUAPOS, VOY A MORIR EN MIS TIERRAS
Así se expresa la esposa de un cacique de Ralko Lepoy, ante los
atropellos de Endesa España en contra del pueblo Pehuenche.
Endesa sigue construyendo la represa en Ralko, es más, el día
11 de diciembre del 2000, la compañía española
desvió el curso del Río Bio Bio, en el sector de Palmucho,
a 32 kilómetros hacia arriba de la Central Pangue. Las detonaciones
de estos trabajos se escucharon en las inmediaciones durante todo
el día.
Es ilegal el desvío del río, así como también
lo es seguir los trabajos durante las 24 horas del día, puesto que
la empresa debe suspender la construcción hasta completar 100 permutas
de parte de los comuneros pehuenches; cifra que aún no alcanzan,
a pesar de los esfuerzos realizados por los inversionistas extranjeros.
Pero los abusos de Endesa España no terminan allí. Fuentes
cercanas confirmaron que un grupo, perteneciente a la empresa, profanó
un cementerio perteneciente a los antepasados de los pehuenches que hoy
luchan por no ser arrojados de sus tierras. En dicho cementerio, que se
encuentra camino a Ralko Lepoy, robaron cofres que contenían joyas
de plata pertenecientes a los pehuenches sepultados en ese camposanto que,
como era tradición para su pueblo, enterraban las pertenencias junto
a los restos que allí descansan.
El grupo de voluntarios que descubrió el aberrante hecho, logró
sacar fotos del cementerio profanado; del Bio Bio seco; y del cartel con
que la empresa anuncia con el mayor desenfado la realización
de una represa que está siendo construida ilegalmente, sin importarle
que, en marzo, cuando tienen previsto llenarla, habrán anegado las
tierras de un pueblo que no quiere ser expulsado de su origen, y que lucha
por permanecer en él. La prueba de esta afirmación se desprende
de las palabras de una mujer mapuche, esposa de un cacique: ¡Error!No
se encuentra el origen de la referencia. Al preguntarle si permutaría
sus tierras, la mujer contestó muy resueltamente: ¡Error!No
se encuentra el origen de la referencia.. ¡Error!No se encuentra
el origen de la referencia. ¡Error!No se encuentra el origen de la
referencia..
La construcción de la represa no es un problema simple, hay
pruebas contundentes como para demostrar que la inundación de esas
tierras significa la muerte del pueblo Pehuenche. El Gobierno sabe que
las tierras que se le ofrecen a cambio no son viables puesto que se cubren
de varios metros de nieve durante el invierno, sin posibilidades de
sobrevivir.