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Río Negro, 3 de mayo de 2001
Protesta mapuche en la sede de Repsol-YPF
Arrojaron "bombitas" con petróleo contra las paredes.Arguyen
"malos tratos" y contaminación del suelo y el agua.La firma radicó
la denuncia policial y dijo que así no negocia.
NEUQUEN (AN).- La comunidad mapuche endureció su posición y profundizó las diferencias con Repsol-YPF. Ayer se apostaron frente a las oficinas que la empresa tiene en Neuquén, enchastraron las paredes con petróleo en rechazo a la contaminación de su suelo y exigieron que retiren a la policía que custodia el yacimiento Loma de la Lata. La respuesta de las autoridades locales de Repsol no se hizo esperar: radicaron una denuncia policial y advirtieron que "no se puede negociar sobre la base de insultos, amenazas y agresiones". Los directivos consideraron el accionar de los mapuches como "irracional" y aseguraron que no se someterán a "presiones ilegales". Es la reacción más dura de Repsol desde el inicio del conflicto, hace casi un mes cuando los mapuches bloquearon el ingreso a la gerencia de Repsol en Loma de la Lata.
Los dueños de la tierra denuncian "malos tratos", la contaminación del suelo y el agua, la falta de riego en las calles internas del yacimiento y la apertura de picadas sin permiso. La empresa desestimó las acusaciones de contaminación por "falaces" y "carentes de fundamento real". Sus directivos manifestaron que "no es cierto que se realice una explotación sin control".
Ayer, la protesta se extendió por casi media hora y culminó
con el secuestro por parte de la policía de tres de los vehículos
en los que se trasladaban los manifestantes. Miguel Quiruga, uno de los
abogados de la comunidad, señaló que el procedimiento policial
fue un "apriete y una provocación".
Cerca del mediodía, un centenar de mapuches pertenecientes a
las comunidades Paynemil, Kaxipayiñ y dirigentes de la Confederación
llegó a las instalaciones ubicadas en la calle Talero 360 cargando
bidones y "bombitas" de petróleo, con la intención de entregar
un petitorio a las autoridades. Al grito de "marici weu" (algo así
como "venceremos"), arrojaron el crudo -contenido en bombitas de luz- sobre
las paredes, las persianas y las banderas habitualmente izadas en los mástiles
del edificio.
Elba Méndez -werken de la comunidad- explicó al término de la movida que "esto es una ínfima parte de lo que ellos tiran en nuestra tierra cada día", y que "el 90 por ciento del suelo en el que vivimos está contaminado".
Los mapuches afirmaron que sólo dialogarán con la empresa "cuando (el ministro de Gobierno y Justicia) Jorge Gorosito le diga a la policía que abandone las tierras en las que vivimos".
La empresa descree de las intenciones de diálogo de la comunidad. "Sólo después de haber producido los daños pretendieron entregar un petitorio y se retiraron sin siquiera escuchar la respuesta, que había sido anticipada en una carta documento entregada el lunes", protestó Repsol. Un primer acercamiento entre las partes se frustró hace unos diez días cuando los miembros de los Paynemil dejaron "plantado" al director de Planeamiento de Exploración, Isaac Alvarez, quien viajó de España especialmente para reunirse con la comunidad.
Tras la movilización, Verónica Huilipán, miembro
de la Coordinadora, dejó en claro que "si la empresa no se sienta
a dialogar bajo las condiciones que pedimos, vamos a continuar con este
tipo de medidas".