NACIONAL
CRONICA
03 de Abril de 1999 |
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Arzobispo
Errázuriz: "no todos" eran indígenas
Mapuches irrumpen en liturgia de la Catedral Una docena de manifestantes protestó al interior de la Catedral Metropolitana pidiendo una posición concreta de la Iglesia Católica ante el problema indígena.
Un grupo de 12 indígenas interrumpieron la lectura del Evangelio para acusar a la Iglesia Católica de mantener una "actitud neutra", frente al conflicto de tierras que sufren en el sur del país. Ante las críticas de los manifestantes, el prelado mantuvo la calma y sólo hablo después de terminar la Liturgia de la Pasión que recuerda la muerte de Jesucristo. Una vez fuera del templo, recordó que sí ha existido preocupación frente al conflicto indígena y afirmó que en este tipo de protestas "no todos son mapuches".
TENSIONLa insólita protesta se produjo cuando se leían pasajes del Evangelio que rememoran la crucifixión de Jesús. Un grupo de personas con cintillos mapuches caminaron por el pasillo de la nave central y se ubicaron frente al altar, donde José Paillal -de la Coordinadora Mapuche Metropolitana- comenzó a leer un comunicado ante el asombro de Errázuriz.El dirigente dijo que el Estado ha negado los derechos del pueblo indígena "y esto es también responsabilidad de la Iglesia y de todos los que se dicen cristianos, que igual que en el pasado, hoy con su silencio se hacen cómplice de los atropellos de nuestro pueblo". Mientras Paillal leía, los feligreses pedían silencio: "Cállense, estamos en una iglesia", "salgan de aquí", decían. Incluso, hubo algunos garabatos. En los parlantes se seguía escuchando el Evangelio, pero cada vez con más énfasis, para tratar de acallar el bullicio de los mapuches. El arzobispo intentaba poner los ojos en el asistente que leía, pero estaba más pendiente de la protesta. En ese momento, los asistentes de Errázuriz bajaron del altar y pidieron a los dirigentes que se retiraran. Trataron de sacarlos a la fuerza, pero los mapuches los hicieron retroceder con rudeza. Monseñor Errázuriz sólo observaba. Los asistentes regresaban y le decían algo al oído, pero el sólo movía sus manos en actitud negativa. Dejó que siguieran hablando, pero no ordenó que se interrumpiera la lectura del Evangelio. El soplido del kul-kul (cacho de vaca) provocó aún más molestia en los feligreses que se contuvieron para no intervenir. Paillal añadió que "la Iglesia tiene un peso moral ante el Estado chileno y no puede seguir siendo neutra, no puede seguir siendo cobarde, ni callando una verdad que conoce desde mucho antes de la conformación de este Estado". Tras diez minutos de protesta, la docena de mapuches se retiró lanzando panfletos.
RESPUESTADurante el resto de la misa, Errázuriz no se refirió a la interrupción y tras la liturgia, expresó su molestia. "Yo jamás interrumpiría una ceremonia importante de ellos para protestar, para gritar. No lo haría.El sentir de la inmensa mayoría del pueblo mapuche es no hacer una actividad de este tipo, interrumpir uno de los rituales más importantes de la Iglesia" Y aunque no habló de infiltración, lo dejó entrever. "No eran sólo mapuches los que entraron, había algunos cuyos rasgos no son indígenas y me pregunto ¿quién movió esto? ¿quién los incitó a venir?". Además, sostuvo que él ha estado muy cerca de los obispos de las zonas en conflicto y que se ha hecho "un esfuerzo enorme", reflejado en conversaciones privadas o de mediación que no salen a la luz pública.
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