Los 13 ministros que componen el Consejo Directivo de la Comisión
Nacional del Medioambiente (Conama) decidieron modificar en diez puntos
la resolución de la dirección ejecutiva de la entidad que
el 6 de junio pasado aprobó el proyecto hidroeléctrico Ralco.
Con ello, flexibilizaron algunas condicionantes y rechazaron otras.
Bajo la primera condición quedó el caudal para la generación
eléctrica.
La dirección ejecutiva pedía elevar a 39,3 metros cúbicos por segundo el agua necesaria, porque a su juicio los 12,2 metros cúbicos por segundo que proponía Endesa no aseguraban la sobrevida de la flora y fauna acuática del Bíobio. El Consejo directivo determinó dejarlo en 27,1, "el promedio que ocupa la dirección general de aguas para que un río siga siendo tal", explicó el director ejecutivo de la Conama, Rodrigo Egaña, quien ofició como secretario del consejo durante las dos horas que duró la reunión en el Palacio de la Moneda.
También sufrió modificaciones la exigencia de que Endesa creara una reserva ecológica de tres mil 800 hectáreas para restituir la pérdida de flora y fauna que generaría el nuevo lago artificial. El consejo directivo estimó que ésta sólo deberá abarcar la superficie realmente dañada. Endesa dice que son sólo mil 700 hectáreas, por lo cual la reserva podría quedar de ese tamaño, reconoció Egaña.
La resolución del Consejo de Ministros también cambió
la exigencia de que la generadora debía costear una auditoría
ambiental a la zona, que estaría a cargo de los servicios públicos
correspondientes. Ahora, la contabilidad será hecha por una empresa.
Los ministros también aceptaron que Endesa no se haga cargo
de los empozamientos de agua que se generarán en las orillas de
la represa, ni de proteger los suelos de taludes, la fauna y el hábitat
que se cree en el embalse.
La empresa del grupo Enersis tampoco deberá encargarse de las aves que aniden en las líneas de transmisión eléctrica, ni crear una estación pluviométrica permamente ni de los sedimentos del lago.
Sin cambios
No sufrió modificaciones la petición de que Endesa ampliara a 10 años el plan de asistencia técnica a las 76 familias pehuenches que serán relocalizadas cuando se construya la represa. La empresa proponía cuatro, pero según el Consejo directivo, se necesitan diez años para conocer el verdadero impacto en la vida de los indígenas. "Sin perjuicio de ello, el plan de asistencia podría ir disminuyendo en su intensidad hasta que las familias alcancen una mayor independencia", aseveró Egaña.
También se mantuvo la recomendación de que Endesa se
haga cargo de rescatar y manejar las eventuales alteraciones a monumentos
o sitios con valor arqueológico.
Otra resolución que quedó igual fue la que la obliga
a crear un plan de rescate para la fauna terrestre: deberá relocalizarlas
y marcarlas. Del seguimiento se encargará el Servicio Agrícola
y Ganadero.
Para levantar la megacentral, Endesa deberá además diseñar y ejecutar un plan de monitoreo ambiental para la reserva Ralco, tal y como lo había exigido la dirección ejecutiva.
Así se cierra el capítulo abierto en julio pasado,
cuando Endesa presentó su reclamación a la Conama, por las
exigencias impuestas para Ralco.
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