11 de Julio de 1999 | ||
Rescate
de una terapia ancestral
Crece en Chile interés por los chamanes En los últimos años, cada
vez más personas están acudiendo a reuniones con estos médicos-sacerdotes
en busca de ayuda sicológica o para sanar enfermedades.
Cecilia Gutiérrez R.
El confiar en costumbres ancestrales para encontrar solución a diversos problemas y enfermedades está siendo una alternativa cada vez más utilizada por los chilenos. Aunque parezca extraño, en un mundo estresado y lleno de tecnología como el nuestro, la gente -a la par de las variantes que existen en la actualidad- ha generado una clara inclinación hacia el apoyo que puedan encontrar en los chamanes -sacerdotes, médicos y brujos en las antiguas culturas-, quienes continúan con sus tradiciones. La mayoría de los que vienen a nuestro país provienen de Bolivia, Perú y México. Su itinerario consiste en reunirse con grupos en el norte del país o en las cercanías de Santiago como parte de encuentros terapéuticos, los que pueden durar hasta una semana. El chamán no sólo ofrece la sanación de diversos males como la bronquitis, el sida o el cáncer, sino que también entrega pautas y técnicas para el crecimiento espiritual de las personas. Eso atrae a siquiatras y terapeutas, interesados en dar mejor atención a sus pacientes. Los chamanes, según la tradición de los pueblos indígenas de América, son los depositarios de la sabiduría e intermediarios entre el mundo de los hombres y el de los dioses, de los muertos o de los ancestros. Son los "pacco" para la cultura quechua; "cayahuaya", para la aymara; y las "machis", para los mapuches. Rubén Orellana es uno de los chamanes que en el último
tiempo ha venido a Chile a trabajar con algunos grupos. Vive en el Cuzco,
Perú, y explica el interés creciente de los chilenos por
este tipo de experiencias debido a que "la gente ya no encuentra soluciones
en la tecnología y se ha percatado que las respuestas las tiene
que buscar en su interior".
ESTUDIOS MODERNOSMarcela Penna se ha dedicado en los últimos años a trabajar con chamanes y a formar grupos que se interesen en el tema. Hace dos semanas, en el Cajón del Maipo, se reunieron 30 personas bajo la supervisión de la siquiatra Soledad Puelma, quien estudió chamanismo en Perú, Canadá y Estados Unidos.Es en este último país, específicamente en la Fundación para Estudios Chamánicos, se han dedicado a analizar las culturas en las que se ha mantenido el chamanismo como una práctica regular y, a partir de eso, se ha elaborado una serie de técnicas que se enseñan. En la modalidad usada por los que han estudiado el chamanismo se realizan dos talleres: uno de iniciación de dos días y otro para avanzados que dura cinco.
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