28 de agosto de 2000

Guardias a pie y en camioneta custodian campamento de los trabajadores de la forestal en Collipulli
Mininco extrema medidas de seguridad por continuos ataques

El gerente de Asuntos Públicos de la empresa, Rodrigo Hermosilla, detalló que la misión de los custodios es verificar si hay algún foco de incendio o detectar la presencia de personas "en actitud no normal" dentro de los predios de la compañía.
Fredy Palomera




Guardias en camionetas. armados de lumas y acompañados por perro, recorren los alrededores del campamento de la forestal. 

(Foto: FREDY PALOMERA)


Carabineros fiscaliza labor de custodios
Las comunidades indígenas de Collipulli continuamente han denunciado que los guardias de las forestales circulan con armas de fuego y que hostigan a quienes se acercan a los predios de éstas. 

Para el werkén del Consejo de Todas Las Tierras, José Naín, que estas empresas contraten estos servicios "no es la mejor manera de solucionar el tema que hoy afecta a las comunidades mapuches y a las forestales". 

En tanto, el consejero de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Hilario Huirilef, la existencia de estas guardias es una señal del "temor que sienten las empresas de los indígenas y con lo que indirectamente reconocen que tienen problemas con la tenencia de tierras". 

Sin embargo, estas denuncias no son comprobadas en la práctica. Según el prefecto de Carabineros de Malleco, coronel Gustavo Castro, los guardias trabajan dentro del marco legal y "están con sus papeles al día". Agregó que estos funcionarios "tienen la instrucción necesaria y son supervisados al menos una vez al mes". 

Los elementos de protección que portan, lumas y radios, también están autorizados. No así la posibilidad de llevar armas de fuego. En ese caso, el coronel Castro dijo que "Carabineros tiene la preocupación permanente de fiscalizar que están actuando dentro de los marcos de la ley". 


Dudas oficiales
Para la intendenta de la Novena Región, Berta Belmar, "no es normal que las empresas en Chile debieran recurrir a guardias armados o guardias forestales". También recordó que hace un tiempo hubo antecedentes que "despertaron cierta sospecha sobre el rol que ellos cumplen, pero eso tampoco ha quedado claro". 

Por eso, la autoridad regional consideró necesario que se conozca en qué consiste el trabajo que estos realizan, e incluso no descartó la posibilidad de que "vaya al lugar para conocerlos y estar con ellos". A la autoridad le gustaría saber cuál es la forma de trabajo que estos tienen, en qué consisten sus rondas de trabajo y las actividades que realizan. 

En tanto, el diputado (PPD) Eugenio Tuma afirmó que falta fiscalización respecto de la función que estos custodios cumplen y los procedimientos que utilizan. Según aseguró, él ha recibido quejas por los controles que estos realizan en caminos públicos: "Lo curioso es que cuando los vecinos denuncian este acoso, Carabineros nunca está ahí para cerciorarse y testificar". 

También dijo haber recibido denuncias de que estos utilizarían armas de fuego. "Creo que por eso se amerita una mayor fiscalización y un control de la capacitación que se les realiza". 

Fuertes medidas de seguridad rodean al campamento para trabajadores de Forestal Mininco, instalado en el interior del fundo Rucañanco, a unos 30 kilómetros al oriente de Collipulli. Esto, debido al conflicto que enfrenta a esa empresa con comunidades indígenas de esa zona, en la Novena Región, que reclaman como suyos predios que actualmente están en manos de Mininco.

El lugar era una cuidada casa patronal hasta que, a mediados de 1999, un atentado incendiario la redujo a escombros, en un hecho que llevó a la Corte de Apelaciones de Temuco a instruir un proceso por infracción a la Ley de Seguridad del Estado. El último ataque que afectó a esa forestal fue la semana pasada, cuando un grupo de encapuchados incendió la camioneta en la que viajaban cuatro guardias de la empresa de seguridad ASS, la cual presta servicios a Mininco.

El campamento está cercado en todo su perímetro por un cierre de mallas de alambre, el que -a su vez- está rodeado por varios metros de púas, ubicados a escasos centímetros del suelo. En su interior, circulan guardias uniformados, armados de lumas y radios de comunicación, y acompañados por perros.

Para ingresar se debe contar con una autorización, o en caso contrario un guardia conmina al visitante a abandonar la zona. Mientras realiza este control, el custodio se comunica radialmente con una central, desde la cual le ordenan sacar de inmediato al extraño del lugar, no sin antes comprobar su identidad y anotar la matrícula del automóvil en la que se moviliza.

Este control también se realiza en los caminos públicos que van hacia el fundo. Los automóviles son interceptados por camionetas desde las cuales descienden hombres armados con lumas. Además de exigir la identificación de los ocupantes del móvil, le toman fotografías y les dejan ir con la advertencia de que la entrada al fundo no está permitida.

JUSTIFICACIONES

Rodrigo Hermosilla, gerente de asuntos públicos de Mininco, explicó que estas medidas se tomaron por los continuos ataques que han sufrido. Sin embargo, el ejecutivo no considera que sean medidas más extremas que las tomadas por otras empresa, pues -según dijo- la inversión que se hace en personal de seguridad "no es tan significativa como se podría pensar".

Al delinear las labores que estos realizan, Hermosilla detalló que su misión es ingresar a los predios de Mininco, verificar si hay algún foco de incendio o detectar la presencia de personas "en actitud no normal". También garantizar que no haya construcciones no habituales, así como rotura de cercos o tala de árboles. "Si detectan cualquiera de estos problemas, inmediatamente nos avisan y nosotros hacemos las denuncias correspondientes a Carabineros", sostuvo el ejecutivo.

Rubén Suazo, gerente de la empresa ASS, justificó una a una las medidas de seguridad tomadas. El cerco de alambres y las púas en el suelo, por ejemplo, dijo que eran necesarias para proteger la integridad de sus funcionarios, "considerando que la zona es altamente conflictiva". La rejillas en los vidrios de las camionetas se deben a los ataques con bombas molotov y piedras sufridos por esos vehículos.

Sobre la intercepción de automóviles en caminos públicos, el gerente de la empresa ASS, Rubén Suazo, argumentó que no había pruebas concretas que los confirmaran. Al respecto, el prefecto de Carabineros de Malleco, coronel Gustavo Castro, afirmó que si bien la policía ha recibido denuncias al respecto, "no se ha comprobado ninguna irregularidad, ni conseguido evidencia que las avalen"
 

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