Renunciado titular de la entidad indígena tiene dudas que se respete la partida de $ 13 mil millones que él había gestionado ante el Ministerio de Hacienda para 1999.
CONCEPCION (Patricio Gómez).- El ex director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) Domingo Namuncura expresó su preocupación por la falta de un interlocutor válido de este organismo ante el Ministerio de Hacienda para asegurar el presupuesto de 13 mil millones de pesos correspondiente a 1999 que él gestionó antes de dejar el cargo.Este año la Conadi obtuvo una partida de 8 mil 800 millones de pesos, mil 100 millones más que en 1997.
"Con la Dirección Nacional acéfala, les darán el mínimo y toda la negociación en que invertí casi cuatro meses -de marzo a julio- corre el riesgo de quedar en nada", advirtió Namuncura, junto con reiterar que el Gobierno cometió "un grave error político" al solicitarle la renuncia el 5 de agosto pasado.
A juicio del personero, esto puede traducirse en una desesperanza para las comunidades indígenas que podría gravar los conflictos por la propiedad de las tierras, ya que la entidad no dispondrá de recursos suficientes para adquirirlas. Sin embargo, expresó su confianza en que el gobierno no cometerá un nuevo error.
La Conadi destina su presupuesto a áreas de desarrollo indígena, fondo de tierras y aguas, programas de educación y cultura para todas las etnias chilenas.
Según Namuncura, la imposibilidad de nombrar un nuevo director nacional de Conadi y algunos reconocimientos recibidos en privado de parte de autoridades de gobierno "me dan la razón en cuanto a que actué en forma honesta, responsable y con todos los estudios sociales y jurídicos necesarios" en el análisis de la 83 solicitudes permutas presentadas por igual número de familias pehuenches en el caso de la central Ralco.
Al refutar las acusaciones del Gobierno en el sentido que bajo su presidencia no se realizó ninguna evaluación, sobre las familias pehuenches afectadas por el proyecto hidroeléctrico, dijo que se falta a la verdad.
Explicó que en agosto de 1997 un grupo de técnicos y profesionales de la Conadi viajó al Alto Biobío para conocer, por una parte, el número de familias dispuestas a ser relocalizadas y, por otro, las que se oponen a abandonar sus tierrras ancestrales. "Es decir -explicó- se trata de una primera encuesta social, realizada con un año de anticipación a lo que el gobierno regional esta llevando a cabo las últimas semanas".
Destacó que ese fue el primer acercamiento sistemático a las familias pehuenches, que marcó el inicio de una modalidad de trabajo de terreno.
Incluso recordó que en la primera gira -el 31 de julio de 1997- fue acompañado por el gobernador del Biobío, Juan Carlos Coronata, por lo que le parece extraño que ahora la autoridad sostenga que la CONADI no realizó ninguna evaluación social ni de los predios que ENDESA ofreció en compensación.
Namuncura confesó que ha continuado realizando gestiones ante el Ministerio de Planificación y autoridades de gobierno en favor de Conadi.
Sobre el conflicto de Ralco, en que ocho familias pehuenches mantienen una firme oposición a la construcción de la central de ENDESA, aclaró que el tema de las permutas era una parte del problema y no la solución. Ello, porque el proyecto, al afectar el conjunto de la cultura pehuenche, implica que el país tiene que dar respuesta a los efectos irreversibles de ese impacto.
Estimó que esa situación es perfectamente superable, pero requiere un tratamiento distinto al que se ha intentado. A su juicio, la mesa de diálogo siempre fue un proyecto de trabajo en la Conadi, que consistía en que ENDESA debía modificar la negociación con los pehuenches y con un reconocimiento de la junta de caciques del Alto del Biobío, pues el proceso de permutas fue inadecuado ya que alteraba radicalmente la organización ancestral de los indígenas y dividió dramáticamente a las familias pehuenches.