Río Negro (Neuquén), 16 de mayo de 2002.
Verónica Huilipán, dirigente de la Coordinación
de Organizaciones Mapuches.
|
Los abogados de los mapuches de Loma de la Lata reclamaron a la justicia que autorice la interrupción del embarazo de una menor que en su vientre guarda a un feto sin cabeza. La criatura es hija de Rolando Gabriel Cherqui, de 28 años de edad -hijo del lonco de la comunidad Kaxipayiñ- una de las personas que, según distintos análisis, mayor cantidad de metales pesados carga en su organismo.
Los mapuches hacen una relación directa entre la malformación del feto de seis meses "sin bóveda craneal" y la contaminación que afecta a la zona de explotación hidrocarburífera de Loma de la Lata, donde opera la empresa Repsol-YPF. Creen que la anencefalía (esa es la definición científica de la malformación) se debe a la contaminación que afecta al padre de la criatura. Y reclaman que se autorice el aborto y que se preserve el feto para realizar una serie de estudios genéticos que permitan determinar cuál es la causa efectiva de la malformación.
La muchacha embarazada "es criolla", pareja de Rolando
Cherqui y tiene 17 años, por lo que su identidad se reserva.
"Es una situación horrible que tiene antecedentes en los animales
de la comunidad. Pensar que esto nos está ocurriendo, que nos afecta
a nosotros es terrible", sostuvo la dirigente de la Coordinación
de Organizaciones Mapuches (COM), Verónica Huilipán.
La dirigente contó que "hace tres años y medio se produjeron una serie se pariciones con crías de ganado malformadas. Nacieron cabritos sin cabeza y con orejas pegadas al tronco, además de otras malformaciones horribles que se repitieron en diciembre del año pasado cuando una chancha parió diez cerditos sin cabeza y sin patas", denunció. La dirigente explicó que la pareja de Rolando Chequi se enteró que el feto no tenía cabeza "cuando se hizo la primera ecografía".
Desde ese momento "hay pánico" en la comunidad porque "esto supera cualquier cosa, porque esto es terrorífico", afirmó Huilipán quien comentó que en los últimos años hubo "dos abortos espontáneos de mujeres jóvenes en la comunidad Paynemil, vecina de los Kaxipayiñ. "Eso nunca había ocurrido y está registrado en el informe que hizo la consultora alemana (Umweltschutz Nord)", añadió.
Con el patrocinio del estudio del abogado Mariano Mansilla hace una semana la COM reclamó la autorización judicial para interrumpir el embarazo mediante un aborto programado. Es que, como se supondrá, una criatura con anencefalía no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir, a la vez que su madre corre serios riesgos a medida que avanza la gestación.
El informe del médico radiólogo que realizó la ecografía es contundente: "buenos signos de vitalidad y actividad cardíaca presente. La edad gestacional (...) se corresponde con 18 semanas y cinco días de embarazo. Los cortes sagitales a nivel fetal muestran la terminación de la médula en un grupo de huesos de la base del cráneo, sin bóveda craneal", describe José Oscar Pfaff, quien realizó el análisis de las imágenes. La causa con el pedido está en manos de la jueza de Familia Isabel Kohon, a cargo del Juzgado 2 de esta ciudad.
"Por ahora queremos, lo más urgente posible,
la interrupción del embarazo. Primero está la salud de la
chica. A partir de eso, con la conservación del feto vamos a avanzar
con los estudios genéticos, es un tema muy delicado", fue concreto
el abogado Milton Kees, uno de los integrantes del estudio Mansilla.
Kees comentó que hay una serie de profesionales
neuquinos que están trabajando en el tema. "Por lo que sabemos hasta
ahora una malformación de este tipo puede tener varios causales,
puede ser falta de ácido fólico, tabaquismo, drogadicción
o contaminación, para nosotros, por tratarse de quien se trata está
claro cuál es nuestra sospecha", abundó Kees.
Una disputa que entra en un terreno muy delicado
Las comunidades mapuches Kaxipayiñ y Paynemil viven en Loma de la Lata sobre una importante porción del yacimiento hidrocarburífero que explota la empresa Repsol-YPF.
La relación entre la empresa y los mapuches
(los Cherqui y los Paynemil) viene mal desde hace tiempo. Los mapuches
acusan a la firma de contaminar aire, agua y suelo, es decir a todo el
medio ambiente.
Las acusaciones se apoyan fundamentalmente en un
informe que en 1996 realizó la subsecretaría de Salud de
la provincia, que comprobó la existencia en exceso de plomo y otros
metales pesados en la sangre de los integrantes de las comunidades, sobre
todo los Paynemil. Por ese estudio, la defensora de Menores, Nara Osés,
ordenó a la provincia entregar agua mineral a los integrantes de
la comunidad por tiempo indeterminado. Es que en ese momento también
se comprobó el exceso de gasolina justo debajo del caserío
de los Paynemil.
Desde un tiempo a esta parte, con las comunidades
fortalecidas en la estrategia de lucha, los choques tuvieron distintos
escenarios. En el medio hay una demanda de 500 millones de dólares
que los mapuches formalizaron hace un par de meses, sobre la base de un
informe pedido por los aborígenes que realizó la filial argentina
de la consultora alemana Umweltschutz Nord.
Repsol-YPF desestimó las denuncias en más
de una oportunidad, apoyándose en estudios de saneamiento ordenados
a especialistas que contrató la consultora FIEL.
A partir de ahora la polémica entra en un terreno distinto, muy delicado. En la primera etapa, una jueza tiene la palabra.
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved