Separatismo indígena
Sábado 13 de marzo de 2004
Las erradas políticas sobre pueblos originarios están entregando una cosecha
amarga. Hoy, la IX Región se halla convulsionada, con su progreso estancado
y convertida en sede de amenazas a la propia soberanía territorial de Chile.
El obligado desistimiento del viaje presidencial al sector costero de dicha
región es el más reciente episodio que da cuenta de ello: la evidencia de que
el Jefe de Estado no podría contar con suficiente resguardo policial en Isla
Huapi, a 12 kilómetros de Puerto Saavedra, obligó a cancelar su visita, con
el frágil pretexto de que las condiciones climáticas la impe-dían, pues éstas
eran inmejorables; se adujo luego una reunión con el ministro de Hacienda, pero
la realidad era que no se podía garantizar la seguridad presidencial.
Éste es el fruto de políticas que, con la loable intención de favorecer a los
pueblos originarios, han conducido a que grupos interesados, con apoyo extranjero,
hayan propagado impunemente doctrinas separatistas y - sin que el país haya
podido darse cuenta cabal de lo que está sucediendo- creado zonas a las que
las autoridades no pueden concurrir sin riesgo.
Hablando como si pisara territorio de otro país, el dirigente lafquenche Mauricio
Paiñefil interpretó así el desistimiento presidencial: "No viene por temor.
¡Si los mapuches no tenemos armas, tanques ni aviones F-16 como los que tienen
ustedes!". "Ustedes" alude a todos los chilenos. Y ante la invitación presidencial
a los dirigentes a conversar en La Moneda, otro de ellos, Iván Carilao, replicó:
"Al señor Lagos le exigimos que venga a reunirse con nosotros en nuestro territorio".
Este último, queda de manifiesto, no sería chileno.
El ministro de Mideplan viajó en reemplazo del Presidente, pero debió hacerlo
en helicóptero. Los periodistas que lo hicieron por tierra fueron sometidos
a cuatro controles indígenas, que revisaron los vehículos para evitar que entrara
la policía. Cuando al General Director de Carabineros se le hizo ver esta anomalía,
replicó: "El GOPE (grupo policial antimotines) siempre puede llegar a todas
partes". Sin embargo, el senador por la IX Región Alberto Espina (RN) viene
denunciando hace tiempo que hay lugares a los cuales la policía no puede ir
sin arriesgar un tiroteo, pues los dirigentes indígenas han organizado cuerpos
armados que controlan los accesos al que consideran su territorio.
La política de cerrar los ojos a la evidencia puede disimular este problema,
pero sólo logrará agravarlo y hacer más costosa la única solución, cual es restablecer
la unidad del territorio y de la nacionalidad chilenos.