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Señor Director:
Poco se ha dicho y escrito sobre la verdadera industria chilena que se esconde detrás de la recolección de financiamiento y ayuda internacional para nobles causas. Las denuncias que Nicolasa Quintremán hace de sus "asesores" es una contundente prueba de la existencia de esta práctica malsana, que, utilizando la estrategia de enlodarnos alrededor del mundo, nos desprestigia y envilece como país.
En todos los textos presentados ante los organismos internacionales en defensa de las comunidades pehuenches del Alto Biobío, estos asesores denuncian el "genocidio" que practica el Estado chileno contra los indígenas; sin duda una exageración útil para obtener dinero, pero indignante e impropia que debe merecer el repudio nacional.
Oculto, además, permanece el vínculo de estos asesores con las fracciones más violentas del movimiento indígena y que sirve de soporte comunicacional a la recolección de fondos. Ojalá que, junto con las nuevas brisas de transparencia que soplan en Chile, el Gobierno se decida a destapar y denunciar este siniestro contubernio.
RAFAEL LOZANO CAMPOFRÍO