Uberlinda Paillalef intercambia dulces por huevos con Fresia Manosalva, en la última feria del trueque realizada en la localidad de Padre las Casas. |
Lo hacen por necesidad.
Pero no han llegado al extremo de los argentinos, que ante la crisis terminal que vive la economía trasandina han tenido que salir a la calle a cambiar desde alimentos hasta sus autos para seguir sobreviviendo.
En Chile, más específicamente en la región de La Araucanía, el trueque llegó para quedarse en ferias o clubes, que funcionan en recintos cerrados (gimnasios, escuelas o zonas vecinales), en donde no se cotiza la moneda que a diario se transa entre los chilenos.
Para los socios de estos clubes, en su mayoría de escasos recursos, es una alternativa real y práctica, que resuelve sus necesidades básicas e incentiva su capacidad comercial.
Los miembros de estas ferias, que se realizan una vez a la semana, sólo pueden vender o comprar empleando tickets de créditos (cada uno equivale a $ 300). Existen "billetes" de 1/2, 1, 2, 5 y 10 créditos.
También disponen de un "banco", que administra los tickets. Con estos vales se pueden comprar o intercambiar desde alimentos hasta artículos electrodomésticos.
Este proyecto de economía informal está inserto en la llamada Red Global de Trueque Solidario. La gestión está a cargo de "Gente Expresa", un organismo no gubernamental, que promueve la creación de comunidades emprendedoras en el área social y económica.