Proyecto de Documentación Ñuke Mapu
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DECLARACIÓN PÚBLICA

Corporación Unión Araucana Asociación Mapuche Kona Peuman
Corporación Mapuche Newen Sociedad Mapuche Lonko Kilapan
Casa de la Mujer Mapuche Profesionales Mapuche de Temuco

Temuco, Marzo de 1999


Las Instituciones y Organizaciones Mapuche que firmamos esta declaración manifestamos nuestra posición, frente a la situación de nuestro pueblo y frente a las diversas opiniones de personeros tanto del ámbito público y privados, en relación a esta problemática y respecto de los últimos hechos suscitados en las provincias de Malleco, Arauco y Bío Bio:
 

1.      Los graves conflictos que se han producido en los últimos días son el resultado de la errada forma como los distintos gobiernos a través de la historia han tratado a nuestros pueblos Indígenas, todos marcados por situaciones de injusticias que parten en el siglo pasado con la incorporación forzada de nuestro vasto territorio al Estado nacional chileno en el año 1881, mediante una sangrienta campaña militar y el fraccionamiento del mismo, usurpando gran parte de este, entregando a los Mapuche un total de no más de quinientas mil hectáreas de las peores tierras, en un promedio de 6 hectáreas percápita, y a los particulares no Mapuche sobre 500 hectáreas de tierra de la mejor calidad a cada uno. Con el transcurso de los años y con el crecimiento de las familias la escasa tierra asignada se ha hecho absolutamente insuficiente, trayendo como consecuencia la migración y la pobreza. Durante los primeros decenios del presente siglo esta escasa superficie de tierra asignada por el Estado a los Mapuche lejos de incrementarse ha disminuido a consecuencia de las permanentes usurpaciones de los particulares cuyas consecuencias son las que presenciamos hoy día.

 
Las reclamaciones y recuperaciones de tierras de nuestros hermanos obedecen por tanto a la situación de pobreza extrema en que viven, a la violación permanente de nuestros derechos individuales y colectivos, reclamaciones que son parte de la deuda histórica que el Estado de Chile mantiene con nuestro pueblo, y no a otras razones como se ha querido de manera mal intencionada presentar. Estos hechos no son problemas aislados, sino expresiones de un problema global.

 
2.      Históricamente, los diversos gobiernos han abordado equivocadamente la situación Mapuche al tratarlo sólo como un problema de pobreza, como si se tratara de cualquier grupo social empobrecido de una determinada localidad, sin reconocer que se trata de un pueblo, que si bien vive al interior del país como producto de un sometimiento militar, mantiene vivas sus particularidades culturales que lo hacen distinto y que quieren seguir viviendo y desarrollarse como tal. Por ello, en las históricas demandas, nuestros líderes han incorporado de manera integral las dimensiones sociales, culturales políticas, territoriales y económicas. Mientras ello no sea entendido así, y se adopten las políticas acordes, las situaciones de conflictos no cesarán, tendrán diversas expresiones, hoy ha sido por la tierra, mañana será por una educación adecuada, por la salud, el reconocimiento y respeto de la cultura, el idioma, el reconocimiento constitucional como pueblo, la ratificación de instrumentos jurídicos internacionales que le favorecen, la modificación de cuerpos legales que afectan a las comunidades y personas, las aguas, los recursos mineros, o por las condiciones de precariedad en que viven los Mapuche urbanos, etc.

 
3.      La manera como se han abordado los actuales conflictos son también errados, los casos conocidos en los últimos días son la expresión del descontento de un pueblo cansado de tanta injusticia, y las soluciones si bien deben apuntar hacia los problemas específicos, estos no serán solución real, si no van acompañados de medidas que apunten a solucionar los problemas estructurales que afectan a nuestro pueblo, en especial los referidos a nuestro territorio, a nuestra cultura, al reconocimiento constitucional, a la reparación de la deuda histórica en lo económico, a la educación, la adecuación de instrumentos legales y la implementación de políticas reales de desarrollo.

 
El pueblo Mapuche ha estado siempre dispuesto a colaborar en la búsqueda de las soluciones para que el Estado pueda reparar su deuda histórica, sin embargo, la respuesta recibida desde los distintos gobiernos no han sido otra que la incomprensión, el engaño y/o la represión, las señales dadas por el actual gobierno en este sentido, desgraciadamente no han sido diferentes. La nula consideración del acuerdo de Imperial, entre la concertación y los pueblos indígenas, la falta de voluntad política para dotar de los recursos financieros necesarios para la compra de tierras, el permanente intento de división del movimiento Mapuche manipulando la pobreza, la violación de la ley indígena actual, en especial en el caso Ralco, la manipulación de la Conadi, la actitud de complicidad con las grandes empresas eléctricas, forestales y mineras, el encarcelamiento de dirigentes y la acción represiva hacia los Mapuche y a los amigos de nuestra causa, cuando expresan sus descontentos, son sólo algunos de los hechos que avalan tal aseveración.

 
Especial mención merece la nula voluntad del gobierno para implementar plenamente la ley Indígena actual. De los 36 servicios que esta ley debería prestar a los indígenas del país, no más de 12 se encuentran en aplicación, el resto no se ha cumplido por la carencia de recursos para su implementación. La institución que esta ley crea y que nace como producto de la activa participación de los distintos pueblos indígenas del país, como nunca en la historia del mismo, expresó la voluntad de diálogo y deseo de solucionar los problemas dentro de la institucionalidad, esta voluntad y expectativa de los indígenas han sido sepultado por el actual gobierno, creando desconfianza y frustración. La no cancelación de los Derechos de Ausentes, que esta ley plantea por ejemplo, hace merecedor al Estado de una demanda por incumplimiento de la misma y además por el avalúo discriminatorio que hace de la tierra indígena al otorgar este Derecho, cancelando montos miserables a las personas que por salir a buscar mejores horizontes de vida renuncian a la tierra.

 
De lo anterior se desprende que la actual ley no está aún plenamente aplicada y por tanto no se justifica una modificación, mas todavía en el actual contexto político en que nos encontramos, en donde sectores políticos y económicos interesados en apoderarse de nuestras escasas tierras, han hecho ya explícito el deseo de desmantelar tal cuerpo jurídico en lo referido a la protección de la tierra buscando miles de falsas justificaciones.

 
4.      Las opiniones vertidas por representantes de la CORMA, y otras organizaciones empresariales a nuestro juicio carecen de realismo y dan a entender la prepotencia y la ignorancia de estas personas respecto a lo que es nuestro pueblo, sus aspiraciones y sus concepciones de desarrollo y en general de su cosmovisión, en especial respecto a lo que para nosotros significa la tierra. Constituye una aberración decir que los Mapuche no necesitamos tierra, decir ello a la gente de la tierra, a los que por milenios han sido los legítimos dueños de estas, mas todavía de parte de descendientes de extranjero, es por decir lo menos una abierta provocación. La presencia Mapuche en estas tierras es de miles de años antes que llegaran los primeros extranjeros y por tanto muy anterior a la conformación del Estado de Chile, y ello nos otorga derechos que no pueden ser ignorados, mas aún cuando a nivel internacional estos están siendo reconocidos hoy día.

 
De la misma forma cuando se plantea que la salida a nuestra situación es transformarnos en empresarios forestales nos hace pensar en la repetición de la historia, pues cuando se produce la ocupación militar de nuestro territorio en el siglo pasado se dijo también que los Mapuche debíamos transformarnos en agricultores y el resultado de ello, es por todos conocido. Preguntamos a los señores empresarios si ellos con 2 hectáreas de tierra pueden desarrollar una empresa forestal sustentable, esperando 20 años para tener la primera cosecha. Lo anterior no significa que nos neguemos a ciega a considerar el rubro forestal como parte de un paquete de soluciones, lo que es muy distinto a plantearlo como única salida a nuestra situación.

 
5.      Por las razones antes expuestas y porque el problema que afecta a cualquier comunidad o persona Mapuche no es sólo el problema de tal comunidad o persona, sino que es el problema de todos los Mapuche, no importando la ubicación geográfica. Apoyamos las acciones de recuperación y defensa de las tierras de nuestros hermanos de VIII, IX y X Región, pues nuestro territorio es uno sólo y las divisiones políticas administrativas han sido impuestas por el Estado y nunca consultadas, llamamos a todos los Mapuche a expresar su descontento, estar atento y sumarse a las diversas actividades que se organicen para así avanzar en la búsqueda de soluciones a nuestros múltiples problemas.