RALCO DOMADO
La Ultima Paralización de la HidroeléctricaPor tercera vez desde que se empezó a construir, las faenas de la central hidroeléctrica Ralco se han paralizado. El miércoles pasado más de mil 200 trabajadores quedaron cesantes, mientras 154 millones de dólares - ya invertidos por Endesa- están en ascuas. Por su parte, las hermanas Quintremán seguirán dando la pelea para detener para siempre la construcción.
Por PAMELA ARAVENA BOLIVAR, desde el Alto Biobío
"A la persona mapuche-pehuenche hay que tenerla también en cuenta.
"Me da tanta rabia, que me levanta las energías. Cuántos años que nacimos los pehuenches. Nacimos ha muchos años, 507 años. Ahora estamos volando a los dos mil años. ¿Los demás van a saber más? ¿Los de Endesa, que vienen de otros países, de los España como le dicen? Qué me van a decir a mí estos que vienen de la chucha del mundo, perdonando la palabra.
"¿Por qué no se van a joder allá a su país, por la 'uta? No, pero vienen pa' cá a fregarnos a nosotros.
"Calladitamente nosotros estamos viviendo, no estamos haciéndole daño a otras personas. Hay que sabernos respetar. Los de Endesa no saben conversar con nosotros. Ellos no tienen mente. Cuando vinieron en principio aquí no preguntaron. ¿Qué me van a preguntar a mí? ¡Si esa mujer no vale na'!, dijo un viejo de por ahí, el Domingo Puelma y el Isabel Necul, que se llaman (dos de los líderes pehuenches que aceptaron trasladarse). Adónde ha visto decir así de una persona viviente de aquí mismo.
"Ellos sí que no valen, por la mierda, venden su honor por una chaucha. Yo no. Yo soy una mujer bien justa y derecha. Yo no vendo mis tierras; no vendo a mi paire ni a mi maire, que están enterrados acá. Ni a mi agüela y a mi agüelo que siempre me dijeron: nunca te vayai de estas tierras.
"Diez, once años que llevo peleando con los de Endesa, ¿y qué? Cebolla pa' bajo, cebolla pa' bajo (dice haciendo mímicas de llanto). Es una vergüenza.
"Todo apoyo tengo yo. En todas partes. Igual como pájaro volando, de Europa, que se llama, Brasil... ya no conozco adónde voy.
"Estan paralizá's las obras por causa mía. Y estoy contenta".
El relato es de Berta Quintremán, hermana de Nicolasa, las dos pehuenches que más han resistido la construcción de la Central Ralco ( y miembros del grupo de siete indígenas que no han firmado las permutas por terrenos o servidumbres), y quienes han logrado nuevamente paralizar las faenas.
De unos 60 años, Berta Quintremán vive con un hijo, en una casa bien cuidada a orillas del Biobío. Esta vez está sola (en muchas ocasiones tiene la visita de estudiantes universitarios, miembros del Grupo de Acción por el Biobío y de extranjeros), esperando mientras teje que el tiempo pase.
Bajo la sombra de un ramal, parada sin soltar su tejido, doña Berta relata sus miserias: 3,2 de sus 4,1 hectáreas serán inundadas por la futura represa; lo mismo que 3,1 de las 3,8 hectáreas pertenecientes a su hermana Nicolasa.
De ser aprobada la central, Endesa les ha ofrecido cambiar sus tierras - que indeclinablemente se hundirán bajo el futuro lago Ralco- por otras de mayor envergadura y valor económico, ubicadas donde ellas quieran. Y al igual que a los demás pehuenches que sí han aceptado la oferta: darles casa, fogón, bodega y corral.
Sin embargo, ellas no ceden. "Ni por un saco de oro nos sacarán", aclara Berta.
Largo camino
Difícil la vida que le ha tocado a la central Ralco. En sus cortos seis años, Endesa se ha visto en la obligación de paralizar sus faenas tres veces. Las dos anteriores solamente - de agosto del 98 y de septiembre pasado- retrasaron en un año la entrada en vigencia de la central, programada inicialmente para el 2002.
Para explicar brevemente el asunto, se debe decir que para que el Proyecto Hidroeléctrico Ralco llegue a ser una realidad, es necesario que cumpla tres pasos indispensables:
Primero, tener otorgados los derechos de agua, explicando en forma aproximada en qué cota tomará el agua y en cuál la devolverá. Los derechos los obtuvo en 1987.
Segundo, debe diseñar el proyecto definitivo, con cotas específicas establecidas. La Dirección General de Aguas (DGA) aprobó el diseño, otorgando permisos para construir las obras y operar en febrero de 1998.
Recibir de parte del gobierno las respectivas concesiones, tanto para instalar la línea de transmisión como para realizar el proyecto mismo (que le permita inundar terrenos de terceros). Sólo cuando las concesiones han sido otorgadas, la empresa tiene la certeza de que podrá construir la central sin mayores inconvenientes.
Las concesiones fueron aprobadas por el Ministerio de Economía y enviados a la Contraloría el 17 de enero, un día después de la elección presidencial. Sin embargo, el 1 de febrero el ente fiscalizador devolvió los respectivos decretos solicitando - en forma reservada- nuevos antecedentes.
Por su parte, el diputado socialista Alejandro Navarro y el líder del Grupo de Acción del Biobío, Juan Pablo Orrego, impugnaron también dichos decretos el 11 de febrero. Argumentaron que en la solicitud de concesión eléctrica Endesa no incluyó planos autorizados del lugar, sino meses después de haberla ingresado en el DGA. También acusaron a la empresa de no notificar oficialmente a todos los afectados.
Argumentaron que la servidumbre eléctrica viola la ley indígena al establecer un gravamen sobre tierra pehuenche. Por último, insistieron en que el proyecto no es rentable, que no busca bajar los precios y que afecta un patrimonio nacional como el río Biobío.
En esa etapa del proceso, Endesa, en reunión de directorio el pasado 17 de febrero y "por prudencia empresarial", optó por paralizar las obras a partir del 1 de marzo, hasta que las concesiones fueran otorgadas.
Trabajadores descorazonados
Para llegar a las obras de la central Ralco hay que recorrer la carretera Panamericana hasta siete kilómetros al sur de Los Angeles; luego, subir hacia la cordillera hasta la comuna de Santa Bárbara y enfilar hacia el alto por una carretera de asfalto que termina en la Central Pangue, y que continúa como un buen camino de tierra hasta el campamento Ralco.
Hasta hace una semana, en este lugar había mil 200 trabajadores provenientes desde la Tercera hasta la Décima Región, laborando como hormigas en los faldeos de los verdes cerros: obreros especializados, choferes, mineros, etc. Casi todos contratados por las empresas Besalco y Consorcio Constructor Araucaria (CCA), ganadores de las respectivas licitaciones para construir el megaproyecto de Endesa.
Hoy las almas penan. Mientras los gigantescos camiones tolva y retroexcavadores permanecen a un lado semejando un cementerio de chatarra amarilla, sólo menos de una decena de hombres está expectante para reclamar, sin sindicato, por sus derechos laborales.
El miércoles pasado venían recién llegando de Santiago, donde se reunieron con representantes del Ministerio de Economía y de la empresa eléctrica.
"Entendemos a Endesa, ¿pero por qué los trabajadores tenemos que asumir los costos de la burocracia del gobierno? Con esto quiso presionar al Gobierno, pero lamentablemente presionó con el bolsillo del trabajador", se queja Manuel Fuentes, de Besalco.
José Isabel Necul, presidente de la comunidad Quepuca-Ralco (una de las dos comunidades que viven en terrenos que serán afectados por la Central; la otra es Ralco-Lepoy), es uno de los pehuenches que ya firmaron a favor de la permuta de tierras, y además es obrero de la central. "Aquí nunca hubo trabajo, hasta que llegó Endesa. Ahora todos tenemos pa' comprarle uniformes y sus cuadernos a los hijos. A los jóvenes pehuenches les ha servido pa' aprender un oficio. Pero ahora no queda nada", explica.
Ello, porque por disposición obligatoria, las empresas contratistas deben tener entre sus trabajadores a 200 pehuenches por lo menos, todos quienes ahora figuran despedidos.
Los trabajadores recuerdan, además, que con la paralización de las obras, no sólo se ven afectados ellos, sino también los habitantes de Santa Bárbara que ofrecen pensiones y comercio.
De no construirse Ralco, también habría que sumar pérdidas económicas para la municipalidad, pues se estima que sólo en patentes Endesa pagará 170 mil dólares anuales durante la construcción, mientras se espera el pago de un millón de dólares por concepto de derechos municipales por extracción de áridos y otros permisos, también mientras se realicen las obras.
Por eso, todos esperan que el tema se resuelva antes del cambio de mando. Si no, los trabajadores piensan ir al Congreso el próximo sábado. "Le diremos al presidente Frei que no se la pudo, y a Lagos que mire la herencia de cesantes que le dejó su antecesor, que nos solucione el problema de una vez", culmina Héctor Durán, de CCA.
Pérdidas para todos
Por el otro lado de la moneda, los contratistas también están sufriendo pérdidas económicas: tanto por las indemnizaciones que debieron desembolsar como por la maquinaria detenida.
Endesa, a su vez, también perderá, debido a los gastos financieros que implica una paralización de obras y al lucro cesante del capital invertido (deberá esperar más tiempo para que la Central comience a operar).
Es que la empresa de energía ha invertido ya 154 millones de dólares (de 568 millones) en el proyecto, alcanzando un progreso acumulado del 13,79 por ciento de las faenas.
Las principales obras ya terminadas son la excavación de los túneles de acceso a la caverna de máquinas y a la presa, el túnel de desvío del río; y los túneles de acceso a la galería de compuertas y a las ventanas de derivación. En menor porcentaje también se han construido las obras anexas a dichas faenas.
A ello hay que sumarle los 30 kilómetros de camino entre Pangue y Ralco, el mejoramiento de los caminos hacia la cordillera. Así como la compra de los Fundos "El Huachi" y "El Barco" - donde se trasladarán los pehuenches afectados por la inundación que implicará la central- con su infraestructura respectiva, cuyos costos alcanzarán a 20 millones de dólares.
Pehuenches a la espera
El fundo "El Huachi" está ubicado a 15 kilómetros de la comuna de Santa Bárbara y ha sido elegido por aquellos pehuenches que han decidido trasladarse más cerca de la civilización, mayoritariamente provenientes de la comunidad Quepuca-Ralco.
Hasta el momento, 54 familias (correspondientes a 45 permutas) la han escogido, de las cuales ya 25 se han trasladado a las parcelas. El fundo, especial para dedicarse a la agricultura, está provisto de riego por aspersión y tiene 76 hectáreas de bosques de propiedad común.
En cambio, hasta "El Barco", ubicado en plena cordillera y bajo el hermoso volcán Copahue, con bosques de araucaria en las alturas y lagunas transparentes, han llegado ya 29 de las 39 familias que lo han escogido. La mayoría de ellas perteneciente a la comunidad Ralco-Lepoy, y quienes tendrán como principal actividad económica la ganadería.
El número de hectáreas por cada familia se decide de acuerdo a la superficie de la hijuela que cada familia perderá por la inundación de la central, pero normalmente se compensa holgadamente (sea por el valor económico del terreno o por la calidad de las tierras).
De hecho, la tasación de los terrenos que los pehuenches dejarán es de 329 millones de pesos, mientras que donde vivirán está tasado en dos mil millones. Por su parte, la infraestructura que perderán (casas, fogones, corrales, bodegas, etc.) se calcula en 172 millones, y la que recibirán, en mil 100 millones.
Además, por orden de la Conama, Endesa deberá proveer de asistencia técnica durante 10 años a los pehuenches.
Por eso, quienes ya están viviendo en los fundos, como el dirigente de "El Barco", Domingo Puelma, y el de "El Huachi" Mario Reyes Chiguay, creen que la paralización les afectará doblemente.
"No sólo por los trabajos que perdieron los que estaban en las obras, sino porque el plan productivo se estaría paralizando también y a nosotros nos mortifica mucho que se pare la siembra", afirma Reyes.
Si finalmente la Contraloría autoriza los decretos, se solucionará el último gran escollo para la construcción de la central.
Después, Endesa podrá sufrir nuevas presentaciones - pero con menos probabilidades de ser acogidas- en las que se opongan la Ley Indígena de protección a las minorías étnicas con la Ley Eléctrica, que vela por el derecho a la energía.
Acá en el Alto Biobío esperan la respuesta con ansiedad.
RALCO EN CIFRAS
En 1995 el consumo anual de electricidad en el Sistema Interconectado Central alcanzaba los 20 mil 509 gigawatts. Aplicada la tasa de crecimiento promedio anual (que llega a 8,4 por ciento según la Comisión Nacional de Energía), se estima que en el 2005 el consumo se habrá más que duplicado, pues llegará a 45 mil 154 gigawatts.
De construirse Ralco, producirá tres mil 380 gigawatts por año, lo que equivaldrá al 7,4 por ciento de la energía que se consumirá en dicha época.
El crecimiento del consumo debe ser satisfecho con el crecimiento de la capacidad instalada. Según información de Endesa, la eficiencia de centrales hidroeléctricas mayores (como sería Ralco) permite tarifas eléctricas más bajas. Ello es posible gracias a que proveen energía con recursos provenientes del propio país; energía limpia no contaminante, y a que es renovable.
De hecho, los costos medios de nuevas instalaciones (incluye costos de inversión, mantenimiento y operación) son los siguientes: motores diesel: 4,43 centavos de dólar por kilowatt; vapor carbón tradicional: 4,19; central hidroeléctrica de pasada: 2,85, y turbina a gas natural: 2,79. Mientras, las centrales hidroeléctricas mayores sólo 1,85 centavos de dólar por kilowatt.
La Central Ralco requiere la construcción de una presa de 155 metros de alto y la inundación de tres mil 647 hectáreas, lo que equivale a mil 222 millones de metros cúbicos de agua.
Sólo otros dos embalses chilenos han necesitado inundar menos superficie: Pangue, con 500 hectáreas, y La Paloma, con tres mil. Otras necesitaron mayor superficie, como El Maule, con ocho mil 600 hectáreas; Rapel, con ocho mil, y Colbún, con cuatro mil 600.
La relación potencia versus superficie inundada hace que Ralco sea la tercera central más eficiente, sólo superada por la central Pehuenche, que da mil 250 kilowatts por hectárea inundada, y Pangue, que da 900. Ralco, con sus 168 kw/há, supera a Colbún (87) y Rapel (44).
En comparación con centrales hidroeléctricas construidas en otras partes del mundo, Ralco parece muy moderada en lo relativo a la población que implica erradicar. El proyecto Tres Gargantas en China significó el traslado de un millón de personas; Itaipú, en Brasil-Paraguay, 50 mil habitantes; Miguel Alemán, en México, 12 mil pobladores; Salto Grande, en Argentina, 12 mil, y las centrales del Maule, 800 personas. En tanto, Ralco necesita erradicar 385 habitantes, todos pehuenches.
HISTORIA SIN FIN
1987:
- Endesa obtiene derechos de aprovechamiento de agua para construir el proyecto.
1994:
- En octubre Endesa decide construir Ralco, presenta el proyecto a comunidades indígenas, y se inician conversaciones de relocalización.
- En diciembre presenta el proyecto al director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi).
1995:
- Se presenta el proyecto a autoridades regionales, consejeros de la Conadi y comisiones del medioambiente en el Senado y Cámara Baja.
1996:
- En marzo se presenta el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a la Corporación Nacional del Medioambiente (Conama).
- En agosto, la Conama solicita aclaraciones y ampliaciones al EIA.
- En octubre, la Conama autoriza obras preliminares de Central Ralco.
1997:
- En junio, después de la presentación de dos adendum, contestando las aclaraciones y ampliaciones al EIA, solicitadas por la Conama, este organismo aprueba el proyecto con condiciones iniciales.
- Al mes siguiente, Endesa presenta un recurso de reclamación ante el consejo directivo de la Conama por la resolución ambiental.
- En agosto, Endesa y familias pehuenches inician presentación de promesa de permutas de tierra a la Conadi.
- En septiembre, la Conama entrega su resolución sobre condiciones definitivas para el proyectro Ralco.
1998:
- En febrero, la Dirección General de Aguas otorga permiso de construcción de obras hidráulicas (para central, embalse, puentes).
- En junio, más del 90 por ciento de las promesas de permuta y de servidumbre son presentadas a la Conama.
- En agosto, luego de que el director nacional de la Conadi, Domingo Namuncura, manifestara su oposición a aprobar las permutas, el Presidente Frei le solicita su renuncia al cargo. Esto genera una nueva demora en la aprobación del traslado de tierras, lo que llevó a que Endesa paralizara por primera vez las obras. Inicialmente sería por un máximo de 20 días, pero se extendió a seis meses, reanudándose cuando el nuevo consejo de la Conadi aprobó las permutas.
1999:
- En septiembre, el Sexto Tribunal Civil de Santiago paraliza nuevamente las faenas.
Dicho dictamen se derivó de una demanda presentada en junio de 1997 por las hermanas pehuenches Berta y Nicolasa Quintremán contra la Conama, y que pedía la nulidad de derecho público de la resolución que declaró ambientalmente viable Ralco, solicitando como medida precautoria la suspensión de los efectos de esa resolución.
- Las faenas se reanudan a fines de diciembre.
2000:
- En enero, la Contraloría devuelve al Ministerio de Economía los decretos ya firmados por el secretario de Estado, y necesarios para otorgar a Endesa las concesiones definitivas de derechos de agua, tanto para ejecutar la central como la línea de transmisión.
- El 17 de febrero Endesa decide paralizar, a contar del 1 de marzo, todas las faenas, lo que implica el despido de más de mil trabajadores de las empresas contratistas