Proyecto de Documentación Ñuke Mapu
URL:http://www.soc.uu.se/mapuche

Reportaje

Mapuches
¿A las puertas de un Kosovo criollo?

El tema de las etnias en Chile y, particularmente, el caso de los indígenas mapuches, es un problema que, de no resolverse de manera integral, amenaza en el largo plazo -a 10, 20, 30, 50 o 100 años más- con transformarse en una especie de Kosovo nacional. Planteado de esta forma por uno de nuestros entrevistados, él señala que no se trata de alarmar, sino formular un llamado para que el Estado mire con más respeto y seriedad un hecho que aún no se comprende.

Rosa Emilia Alcayaga

Hacen un diagnóstico tajante. Señalan derechamente que la clase dirigente del país no tiene un diagnóstico nítido ni asume una postura institucional destinada a resolver el problema de las etnias. ¿Por ignorancia? ¿Desinterés? El asunto es que los chilenos siempre han creído que los indígenas no existen, pero ahí están y demandando cada vez con más fuerza un espacio propio y, ahora, ni más ni menos, autonomía.

Dos estudiosos, el diputado por Temuco Francisco Huenchumilla -militante de la Democracia Cristiana (DC)- y el ex director de la Comisión Nacional Indígena (Conadi) Domingo Namuncura -militante del Partido por la Democracia (PPD)-, coincidieron en que la situación de los mapuches, en particular, es un problema político-étnico-histórico y debe abordarse mediante una "política de Estado".

Para el diputado Huenchumilla "ni el gobierno ni el país logra entender exactamente el problema mapuche. No tienen un conocimiento real de cual es su trasfondo".

En su opinión, la dimensión es mucho más profunda que abordarlo como un problema de pobreza o simplemente de tierras. "Aquí hay un problema de relación entre el pueblo mapuche y el Estado que representa a la sociedad chilena. Los dirigentes del pueblo mapuche están tratando de colocar en el centro del debate que sus objetivos son alcanzar autonomía al interior del Estado chileno y de la sociedad".

Para Namuncura ha llegado la hora de realizar un "diálogo político" entre el gobierno y las principales representaciones nacionales de los mapuches y lograr "un reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas". Porque la pelea de los mapuches está orientada a "ser integrados como sujetos políticos de la sociedad". En ese sentido, según lo expresó el ex director de la Conadi, al no ser entendido ese "clamor", la molestia ha irrumpido de diversas formas por parte de los distintos grupos en disputa.

Al principio hubo un mal enfoque de parte del gobierno, ya que se pensó que el problema era sólo legal y focalizado en una región. "Esa fue una concepción errónea. Nosotros teníamos un diagnóstico distinto en la Conadi. Nos dábamos cuenta que el mundo indígena estaba siendo transversalizado por una suerte de enfrentamiento entre su realidad y las derivaciones de la modernidad y del desarrollo nacional", afirma Namuncura.

El detonante fue Ralco, porque los indígenas, en ese momento, simbolizaron su inquietud focalizando su malestar hacia esa empresa. Luego aparecieron otros conflictos. En esa ocasión, se pensó, por parte de las autoridades, que era sólo un problema puntual entre un grupo de particulares.

Un millón de personas

Al tratar de precisar las raíces del problema con los indígenas, el diputado Huenchumilla aclaró que en la Constitución chilena, en tanto "pacto político" que norma al Estado chileno, "las minorías no tienen un reconocimiento constitucional. Para la Constitución, las minorías no existen". El problema es que la sociedad chilena no acepta la existencia de los "mapuches" y por ende no da cuenta de la "diversidad".

Para el Estado chileno, sostuvo el parlamentario, "todos son chilenos, todo es blanco, el cien por ciento. Y resulta que aquí hay un 10 por ciento de la población, un millón de personas que dice no, nosotros hace cien años atrás éramos dueños de todo este territorio. Ustedes nos lo quitaron por la fuerza. Nosotros queremos tener un espacio y se nos reconozca como tal. Nuestra historia, nuestro pasado, nuestras diferencias. Somos chilenos, pero somos mapuches. Somos diversos".

A juicio de Huenchumilla, lo que hoy señalan los mapuches es: "Devuélvannos parte de lo que nos quitaron". Y ¿cuál es la respuesta?, sigue el diputado DC: "Una de ellas es decirle a los mapuches que el Estado chileno les ganó el territorio por la fuerza y que lo conquistado lo seguirán manteniendo por la fuerza. Esa es una respuesta, pero agrava más el conflicto".

En opinión del parlamentario, está claro que el problema le corresponde resolverlo al Estado chileno. Porque fue ese mismo Estado el que hace cien años arrasó a los mapuches por las armas y les arrebató sus tierras.

Huenchumilla señaló que respecto de los particulares que hoy aparecen como dueños de fundo, "no tienen velas en este entierro porque ellos tienen sus escrituras y su legalidad". En conclusión, el diputado DC sostiene que este es un problema político, pero afirma con desaliento que dicho razonamiento "no lo entienden las clases dirigentes de este país".

No pueden vender pomadas

"Este es un problema político que el gobierno debe enfrentarlo con sus autoridades políticas. Por eso le pedí al ministro del Interior que mandara a la zona al ministro de Mideplan, Germán Quintana (DC), para iniciar un diálogo", afirma Huenchumilla. Es más, solicitó -y según trascendió- habría presionado al gobierno para que interviniera directamente en el conflicto y al más alto nivel. A la zona sólo llegó Quintana, sin embargo los mapuches quieren que su interlocutor sea de más alto nivel que el ministro de Mideplan.

En ese sentido, el PPD Domingo Namuncura es partidario de que el gobierno llame a los loncos de todo el país para entablar el diálogo. "Si convoca a los loncos y caciques del sur se les otorga reconocimiento político, se les da respaldo y de esa forma se descomprimiría el conflicto y se canalizaría la inquietud de la dirigencia juvenil mapuche, que es más disrruptiva".

Confrontadas las opiniones de nuestros interlocutores, en este punto hay divergencia de criterios. Porque para Namuncura, los dirigentes jóvenes mapuches le restan autoridad a los jefes superiores y más viejos (loncos) y les dicen "ustedes tienen autoridad ancestral, pero el gobierno no los considera, los tramitan, lo que los lleva a afirmar que el cacicazgo no sirve. Eso les hace ganar terreno a la hora de decidir acciones de mayor enfrentamiento", precisó el dirigente del PPD.

Si el gobierno, por el contrario, le otorgara respaldo a los loncos, eso les da poder y afirma su representación frente a la dirigencia juvenil, quienes aparecen como más belicosos y que, por añadidura, tienen una mayor preparación.

En ese contexto, para Namuncura el viaje de los loncos y caciques de Arauco encabezados por el alcalde de Tirúa a Santiago, es el esfuerzo más serio de organización de los mapuches. "Fue una representación auténtica de ese pueblo. Hicieron un lobby con los candidatos presidenciales, presentaron una propuesta muy relevante que es formar una ´comisión de verdad y de reparación de la deuda histórica` que abre camino al diálogo". Reconoció que en otras zonas persiste la división y no será fácil recomponer su unidad.

Por su parte, para Huenchumilla "no se puede decir que los loncos no son respetados por su gente. Son muy respetados. Lo que pasa es que viene una camada de gente más joven, más preparada, más dinámica, que quiere introducir otros métodos. Hoy se entregan 2 mil 500 becas a los indígenas para estudiar en la universidad. Esos tienen otra visión. A esta gente no les pueden vender espejitos como lo hizo Cristobal Colón y compañía. Eso para caricaturizar el tema. Hoy el Estado chileno no puede venderle pomadas a los indígenas".

Y a cerca de con quién entenderse a la hora de realizar un diálogo gobierno-mapuches, Huenchumilla sale al paso a las críticas que se escuchan desde el Ejecutivo. "Dicen que no tienen con quien entenderse, pero no comprenden que la realidad histórica es esa. Los mapuches nunca tuvieron Estado y por lo tanto son un conjunto de comunidades con autoridades dispersas, pero eso es un dato de la realidad y con esa realidad hay que enfrentar el problema. No con una realidad que no existe. Por lo tanto debe haber un diálogo con todos los involucrados para ir resolviendo el tema".

Plazos distintos

A la hora de definir plazos para la resolución del conflicto, no hay criterios similares. El dirigente del PPD Domingo Namuncura es más optimista, piensa que este gobierno al que sólo le falta menos de un año para que termine su mandato aún puede entregar soluciones y que tiene ver con reajuste presupuestario. "Hay compromisos contraídos que son tarea del actual gobierno. Eso es lo que espero", dijo. Y agregó que está seguro que si Ricardo Lagos sale elegido Presidente de Chile "cerrará el tema".

-¿Qué significa cerrar el tema?

-La ley indígena para poder aplicarse en 1994 necesitaba 10 mil millones de pesos. El gobierno le otorgó 4 mil millones de pesos. Con eso sólo se pudo resolver uno de cada cinco casos y empezaron a acumularse, que es lo que ha ido generando parte del conflicto porque ellos dicen y para qué sirve la ley si no hay plata. Así me lo decía un lonco. Disponer de más recursos es la expresión de la voluntad política de las autoridades de turno.

-¿Y cuánto se necesita para resolver la deuda histórica de tierras?

-No menos de 50 mil millones de pesos. Sólo para eso. Y ello requiere voluntad política. Establecer una red institucional entre Conadi, Ministerio de Agricultura e Indap y entre los tres organismos se hiciesen cargo de la compra de tierras y que la plata sea administrada por un holding estatal, que funcione de manera más eficiente. Luego, un gran impulso en el tema de la educación y al desarrollo del indígena urbano. También la adecuación de ciertas políticas de Ministerio de Agricultura, Indap, para asistencia técnica, entre otros. De otra forma, con la plata que el gobierno le ha venido entregando a la Conadi el problema no se resuelve, sino hasta en 20 años más.

¿Habrá un Kosovo chileno?

Sin embargo, el diputado DC Francisco Huenchumilla señaló que el problema indígena es de largo plazo y que el gobierno que ya termina debiera dar al menos algunas señales, pero especificó "que es una tarea de largo aliento".

Estimó que los candidatos presidenciales debieran hacer un pronunciamiento mucho más profundo del tema. Y al ser consultado sobre si su partido tiene alguna propuesta dijo con mucha franqueza: "En la DC, al igual que en los demás partidos políticos, tampoco se comprende el tema. No hay ningún partido político que comprenda la situación. Hay personas interesadas, pero no hay un interés institucional para enfrentarlo. No es un problema de plata. Yo le recomendaría a los dirigentes que tomaran un libro de historia y empezaran a leer sobre la realidad mapuche".

Sobre los resultados de la ley indígena y la Conadi, Huenchumilla señaló es la forma como el Estado chileno ha encarado este tema a petición de las propias organizaciones indígenas. "Lo que pasa es que estos son procesos dinámicos y lo que fue bueno hace diez años, hoy no lo es".

-¿Es posible coexistir entre chilenos y mapuches?

-Estoy totalmente convencido. De lo contrario, si no aprendemos a coexistir lo más probable es que en 100 años más tengamos un Kosovo nacional. Un conflicto que se incubó durante 300 años. No digo que inevitablemente Chile llegará a tener un Kosovo, lo que sostengo es que los procesos de maduración duran años y si no se resuelven se transmiten de generación en generación, de padres a hijos, y de hijos a nietos.

Pasteleros a tus pasteles

El diputado Francisco Huenchumilla y el ex director de la Conadi Domingo Namuncura no creen que una comisión de "notables" como la que formó el Presidente Eduardo Frei sea la que encuentre la solución al tema indígena. La comisión la preside el ministro de Mideplan, Germán Quintana (DC), y la integran los ex ministros Enrique Correa (PS), José Joaquín Brunner (PPD) y Francisco Cumplido (DC). Además, están el presidente de la Sofofa, Felipe Lamarca, Mónica Jiménez más cinco representantes de las etnias, uno de los aymarás y cuatro mapuches.

A Huenchumilla lo invitaron a participar, según contó, pero señaló que no había aceptado porque "por muy respetables que sean no conocen el tema. Son muy notables en sus respectivas áreas. Esto es lo mismo que si para resolver un problema de los médicos se conformara una comisión sólo de ingenieros".

En tanto, Namuncura aseveró que "la mesa de notables no tiene ninguna importancia política". Para él, la visita del ministro Quintana a la Novena Región demuestra que, pese a todo, el gobierno tiene voluntad de reorientar el debate y de enfrentar el tema por un camino correcto. Pero, a su juicio, de todas manera falta el sello político, que tiene que darlo la autoridad nacional porque Mideplan como ministerio no es suficiente. Más aún cuando los propios indígenas están pidiendo mayor peso a los representantes del gobierno.
 


©1998 todos los derechos reservados para Diario del Sur S.A.