Cerco policial en torno a las obras de Ralco ALTO BIOBIO ( Por Leonardo Riquelme C., enviado especial). En una tensa normalidad, basada en un férreo control policial, y con el objetivo de recuperar el 14 por ciento de retraso que presentan las obras, prosigue la construcción de la represa de Ralco, donde en las últimas semanas se han agudizado los enfrentamientos. Todo vehículo que no pertenezca a una de las empresas que están faenando, es revisado, al menos, por alguno de los cuatro controles selectivos dispuestos por carabineros. El primero de ellos se ubica a unos 20 kilómetros de Ralco, en la entrada de Quilaco. El último, en tanto, está en el sector de Malla, justo en la entrada del predio de Antolin Curriao, lonco pehuenche y reconocido opositor al proyecto de Endesa. "Hace ocho días que pusieron una barrera afuera de mi casa y no sé con qué motivo. Yo creo que lo hicieron para amedrentarnos y hacernos cambiar de parecer", señaló Curriao, quien negó cualquier vinculación con los actos de violencia acaecidos en esa zona. Las últimas mediciones de Endesa respecto al estado de avance de las obras data de enero. Actualmente, Besalco, Concesionaria Araucaria y otras firmas más pequeñas, trabajan en la construcción de la caverna de maquinas, la de tuberías de desvío, de aducción y en la excavación para la fundación de la presa. "Las cosas van a estar tranquilas y se va a poder trabajar como corresponde mientras carabineros resguarden el lugar", indicó un funcionario del departamento de Comunicaciones de Endesa. Habitantes del sector aseguran que en las montañas que encajonan el río Biobío, hay un gran número de simpatizantes de la causa pehuenche y de carabineros ejecutando labores de seguridad. "Acá anda mucho `chascón' que no tiene nada que ver con el pueblo pehuenche. Ellos andan en los cerros, aunque también anda mucho carabinero detrás de ellos", aseguró José Levis, cacique de la comunidad Quepuca Ralco |
viernes 12 de mayo de 2000 |
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