NACIONAL
CRONICA
09 de Agosto de 1998 |
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Ex
ministro del Mideplán criticó autoritarismo del Gobierno:
"No puede haber un modelo de crecimiento que excluya a un millón 200 mil indígenas. Eso genera apartheid", agregó.
Durante una conferencia de prensa celebrada en la sede del Partido Socialista, Pizarro calificó las destituciones del director de la Conadi, Domingo Namuncura, y los consejeros Cristián Vives y Milene Valenzuela, con "un grave error político". En su opinión, esta decisión ha empezado a generar un "inmenso vacío, una falta de entendimiento entre el Gobierno y el mundo indígena que puede desatar un conflicto de gran envergadura en las regiones Octava, Novena y Décima".
Prioridad políticaEn opinión de Pizarro, la errónea gestión de La Moneda frente al proyecto Ralco queda patente no sólo en el mal manejo de la Conadi, sino también en "la falta de visión respecto a la importancia del tema indígena". "El indígena es un tema de prioridad nacional, porque un mal manejo de esta situación puede generar conflictos que nadie desea". En este sentido, recordó que los esfuerzos oficiales para satisfacer las demandas de tierras mapuches han dado muy pobres resultados: "Estamos hablando de aproximadamente 130 mil hectáreas en conflicto y, sin embargo, la respuesta que ha dado el Gobierno en tres años es de tan sólo 25 ó 28 mil hectáreas".Haciendo un balance sobre el problema mapuche, Pizarro consideró que su raíz se encuentra en una filosofía equivocada sobre la modernización y el desarrollo, que se identifican exclusivamente con el crecimiento económico. "Este modelo de crecimiento no deja espacio para un desarrollo social justo, el equilibrio medioambiental y la incorporación de las culturas originarias chilenas", señaló. "No puede haber un modelo de crecimiento que excluya a un millón 200 mil indígenas. Eso genera apartheid", agregó.
Llamado al reencuentroA fin de aliviar este creciente conflicto, Pizarro hizo un llamado al Gobierno "para que modifique su estilo político autoritario y genere un reencuentro entre el Estado y la comunidad mapuche". Manifestó su esperanza en que el Gobierno tenga la "inteligencia política suficiente" para abrir una mesa negociadora en la que participen representantes de las siete comunidades indígenas de la zona. "Un proyecto hidroeléctrico de la envergadura de Ralco afecta no sólo a las 98 familias implicadas, sino a la totalidad de las mil 200 familias del Alto Biobío. La exclusión de estas opiniones condenará irremediablemente la negociación al fracaso", afirmó Pizarro,Coherencia y lealtadPizarro se defendió de las críticas vertidas por el presidente de la Democracia Cristiana, Enrique Krauss, quien le acusó de falta de lealtad e inconsecuencia. Krauss criticó a Pizarro por oponerse a la construcción de la represa, cuando el proyecto Ralco fue aprobado mientras Pizarro encabezaba la cartera de Mideplán. "Creo que Krauss francamente desconoce los hechos, está mal informado", afirmó Pizarro.Según el ex ministro, su ministerio redactó en mayo de 1997 un informe en el que mostraba su desacuerdo con la materialización del proyecto siempre que Endesa no mejorara una serie de aspectos por los que no se compensaban adecuadamente los efectos generados sobre las comunidades indígenas. Los puntos en desacuerdo fueron cuatro: la subvaloración de las tierras indígenas; la carencia de condiciones mínimas del fundo el Barco -donde serían trasladadas las familias-, para el desarrollo productivo y social de los indígenas; el derecho a veto que se adjudicaba Endesa en la Fundación Pehuenche; y la petición de la eléctrica de que las inversiones en infraestructuras debieran ser asumidas por el Gobierno. Estas demandas no han sido todavía satisfechas por lo que, concluyó Pizarro, su postura es hoy de oposición tanto como lo era entonces. "Yo no soy inconsecuente, el país lo sabe y, si no lo creen, que pregunten a las comunidades indígenas del país".
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