Concepción, Chile, viernes 2 de enero de 2004
Coletazos del acuerdo entre Tompkins y el gobierno

La Moneda desde el jardín

Que la transformación del Parque Pumalín en santuario de la naturaleza cortaría el país en dos, poniendo en riesgo la seguridad nacional, es la razón que esgrimieron 28 senadores para solicitar al Presidente de la República la convocatoria del Cosena. Paralelamente, un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago en contra del ministro secretario general de la Presidencia, el intendente de la Región de Los Lagos y el empresario ecologista amenaza con poner al oficialismo contra la pared.

Hernán García Martínez-Conde
 

Fue muy amable el empresario estadounidense Douglas Tompkins hace dos meses al recibir y atender a parlamentarios en Chiloé, cuando estos últimos quisieron conocer en terreno y por vía aérea la enorme extensión del Parque Pumalín, de 296 mil hectáreas, que se desea transformar en santuario de la naturaleza. Esta semana, sin embargo, aquella mutua cordialidad se revirtió luego de dos acciones categóricas que han provocado coletazos en diversos frentes.
      
En medio de las fiestas navideñas, otra vez la enorme adquisición de tierras del sur de Chile por parte del mencionado ciudadano norteamericano colmó la paciencia de muchos legisladores de diversas colectividades políticas y de los designados, quienes solicitaron al Presidente de la República, Ricardo Lagos, que se convoque con urgencia al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), por considerar que “el país se está cortando en dos”, lo que atentaría gravemente contra la soberanía desde un concepto de vulnerabilidad.
      El Primer Mandatario desde su lugar de descanso en el apacible villorrio de Caleu, en la zona central, fue categórico y no acogió la petición firmada por los 28 senadores, incluso se permitió un tirón de oreja a cinco de ellos pertenecientes a la Concertación. Sin embargo, en los próximos días, el tema de la convocatoria podría insistirse a través de otros dos miembros del Cosena, que es integrado, además del Presidente Lagos, por los presidentes del Senado y de la Corte Suprema, el contralor general, los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el general director de Carabineros. Se sabe que debido a las públicas diferencias que ha sostenido Douglas Tompkins con el ex Presidente Eduardo Frei, los legisladores firmantes no consideraron pertinente incluir en ella a este último.
      En la víspera de Nochebuena, en tanto, ingenieros agrícolas y forestales, empresarios, pobladores de las regiones Décima y Undécima, y los municipios de Chaitén y Hualaihué -entre otros- encabezados por los senadores Antonio Horvath y Rodolfo Stange, interpusieron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago en contra del ministro secretario general de la Presidencia, Francisco Huenchumilla; el intendente de la Región de Los Lagos, Patricio Vallespín; y el empresario Tompkins; con el objetivo de “reestablecer el imperio del derecho”.

     Uno es mayoría

      Para el senador Horvath, el convenio alcanzado entre el gobierno y el ciudadano norteamericano significa crear un santuario desde Argentina hasta el Océano Pacífico (extremos este y oeste de Chile continental) y, por lo tanto, “toda obra pública que se pretenda realizar por las autoridades deberá contar previamente con una autorización de la comisión que administrará el parque; en otras palabras, vamos a ceder la soberanía nacional a extranjeros”.
      Como es de conocimiento público, luego de una larga negociación, el Ejecutivo firmó -el pasado 9 de diciembre- un acuerdo con Douglas Tompkins, que establece que el empresario debe crear una fundación a la que deben ser traspasados los terrenos del Parque Pumalín, para que posteriormente el Consejo de Monumentos Nacionales determine si lo transforma en santuario de la naturaleza. Con esta petición a los tribunales de justicia, se pide también dejar sin efecto dicho compromiso.
      Según el ministro Huenchumilla, el tema de los caminos presentes y futuros fue especialmente detallado, y aseguró que todas las vías quedarán excluidas de la declaración de santuario de la naturaleza. Sin embargo, el senador Horvath (RN) agregó que cualquier obra de utilidad pública en esa área va a depender de la voluntad del directorio de la Fundación Pumalín que administrará el parque, en la cual Tompkins siempre va a tener mayoría, porque de sus siete integrantes cuatro serán designados por él. En el acuerdo preliminar, el empresario extranjero habría aceptado que las vías camineras fiscales atraviesen ese enorme predio.

     Larga data

      Tompkins ha realizado un conjunto de inversiones en nuestro país al amparo en el estatuto de inversión extranjera contenido en el decreto ley 600 del año 1974. A la fecha y bajo ese régimen legal, el empresario y sus compañías relacionadas tienen siete contratos con el Estado de Chile, con la finalidad de adquirir predios forestales en las regiones sureñas. Así, él y su holding se han hecho dueños de extenso territorio que supera las 600 mil hectáreas en las regiones Décima, Undécima y Duodécima.
      Según los detractores, Douglas Tompkins, en un proceso gradual y progresivo, ocupó como método la adquisición de propiedades de extensión pequeña y mediana pertenecientes a colonos con títulos en condición irregular o en fase de regularización. Mientras avanzaba la compra, se hacía más fácil convencer a nuevos colonos para que le vendieran, ya que en los hechos éstos quedaban en una situación que les impedía efectuar actividades de subsistencia tradicional, sin perjuicio de sufrir el natural aislamiento derivado de ser progresivamente rodeado de predios pertenecientes al empresario.
      En el recurso judicial se sostiene que, de ese modo, se agudiza un despoblamiento grave; surgen nuevas dificultades para que agentes del Estado puedan acceder a los terrenos adquiridos; también para llevar a cabo obras de infraestructura que permitan unir vía terrestre diversas localidades; control de fronteras y seguridad, etc.
      Los recurrentes enfatizaron que ese acuerdo gubernamental con Tompkins “se trata de un acto ilegal y arbitrario; viola el principio de juridicidad al que deben sujetarse los órganos de la administración del Estado; el ministro secretario general de la Presidencia y el intendente de la Décima Región son incompetentes para estipular sobre la disposición de bienes fiscales y de la declaración como santuario de la naturaleza de un determinado proyecto y menos pactar la participación del Estado en una futura fundación”.
      La petición para que se convoque al Cosena y la presentación de recursos judiciales no constituye sorpresa para analistas, porque desde un principio se advirtió que muchos sectores recurrirían a todas las instancias que permitieran garantizar, en especial, la integridad territorial. Se informó que una gran cantidad de habitantes de la provincia de Palena y de la Región de Aysén estudian presentar también sendos recursos de protección, argumentando que el acuerdo afectaría sus garantías constitucionales.

     Deportista y aventurero

      Douglas Reinsfor Tompkins nació hace 60 años en Ohio, Estados Unidos, en el seno de una familia de clase media. Ya veinteañero empezó a viajar por el mundo y siempre gustó de los deportes de aventura. Recorrió varias veces nuestro continente y así conoció Chile y Argentina, convencido que no quería irse a países muy desarrollados. Gradualmente fue ganando fama de bueno para los negocios, mientras sus empresas crecían.
      Ha comentado que en 1985 comenzó a sentirse aburrido y a vender sus negocios, para concentrar sus esfuerzos en actividades ambientalistas. Biodiversidad es una de sus palabras mágicas y él trata de demostrar que todo puede funcionar a la perfección cuando se consigue la integración del hombre con el medio, el equilibrio entre lo humano y lo silvestre, y cuando el gusto por la estética no suplanta la belleza natural.
      No es amante de las etiquetas políticas, y sólo se autodefine como “ultraconservador del medio ambiente”. Ha sostenido que “Frei (Ruiz-Tagle) ideológicamente, era nuestro enemigo número uno”, a pesar que durante el gobierno del actual senador vitalicio se avanzó bastante en las negociaciones. Apostó desde el principio por Ricardo Lagos como candidato a suceder a Frei en la Presidencia de la República, y la realidad es que las relaciones con el gobierno chileno han mejorado mucho durante la presente administraciùn.
      Ahora, este multimillonario filántropo estadounidense está a la espera de la resolución del gobierno chileno para declarar el parque Pumalín como santuario de la naturaleza. Tompkins asegura que en tres años espera estar en condiciones de entregar al Estado “el mejor parque de América Latina”, y después de materializar el anhelo en tierra chilena, concentrará gran parte de sus ilusiones en Argentina, donde tiene en marcha un ambicioso proyecto en la provincia de Corrientes, comprando 200 mil hectáreas con el objetivo de crear allí una reserva natural que recupere la flora y fauna originales.
      Dice que el sistema natural se está quedando exhausto. “A los que me critican les digo: esperen y vean, o vengan y vean. Conozco perfectamente el mundo de los negocios y las multinacionales. No lo hecho de menos. Conozco a mucha gente de este medio y, sin embargo, tengo muy pocos amigos. La idea de las elites adineradas me repugna. Mi círculo social está formado por activistas, pensadores, escritores y gente del campo. Me siento mejor y disfruto más con ellos que con los tipos de las grandes corporaciones. Tenemos cosas más interesantes de las que hablar. En el parque Pumalín todo está pensado para quien desee caminar, respirar, observar, adentrarse por parajes desconocidos y acampar. Quiero que vengan mochileros, gente joven, sensible, que vuelva a sus países con una mentalidad distinta. Pero no quiero grandes autocares de operadores de turismo”.


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