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Conflictos entre proyectos de generación eléctrica y comunidades:
Lunes 14 de enero de 2008
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Fijarán una "hoja de ruta" al desarrollo de las cuencas,
y permitirán a las empresas conocer posturas de sus habitantes antes
de la Evaluación de Impacto Ambiental.
JORGE MOLINA Y CORRESPONSALES
En medio de la crisis por la creciente demanda energética, los proyectos
de generación eléctrica viven días difíciles.
Ya sean de alto impacto o "amigables" con el medio ambiente, basta el solo
anuncio para que surja de inmediato una férrea oposición de
parte de los pueblos aledaños, grupos ambientalistas o comunidades
indígenas.
Ante este escenario, el Gobierno prepara para marzo la creación de
108 mesas ambientales en cada cuenca del país, que fijarán
una "hoja de ruta" para el desarrollo de cada zona, y a la que deberán
adaptarse los proyectos de las empresas.
Según adelantó a "El Mercurio" la ministra de Medio Ambiente,
Ana Lya Uriarte, en las instancias estarán los intendentes y representantes
de la comunidad, empresarios y académicos.
Serán una especie de filtro en el que las empresas podrán "tomarles
el pulso" a las comunidades antes de ingresar al Sistema de Evaluación
de Impacto Ambiental (SEIA) de la Conama, anticipándose a los conflictos.
En los últimos años se han presentado al SEIA 246 proyectos
de centrales generadoras de energía mayores a 3 MW de potencia, con
una inversión total de US$ 23.062 millones. Varios enfrentan una fuerte
resistencia de las comunidades aledañas.
Uno de los principales focos de conflicto está en Aisén, donde
no sólo los embalses son vistos como amenaza. La construcción
de las represas llevará una población flotante de 4 mil trabajadores
en una provincia de 3.800 habitantes, y algunos avizoran problemas sociales.
La campaña es en el país e internacional: unas 40 organizaciones
ya se agruparon en el Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena.
Uno de sus miembros, Peter Hartman, no cree que haya beneficios para Aisén,
y asegura que podría ser peor que los incendios que destruyeron los
bosques.
En la Región Metropolitana, el proyecto Alto Maipo tiene alterados
los ánimos de los habitantes de la zona. Presentaron más de
3 mil observaciones al proyecto, y anuncian manifestaciones y bloqueo de
caminos. Jack Stern, de la Coordinadora Alto Maipo, discrepa de que sea de
bajo impacto, ya que, a su juicio, hasta podría disminuir el agua
potable para Santiago.
En los géiseres del Tatio, un proyecto geotérmico ha enfrentado
la oposición de las comunidades atacameñas que han presentado
una serie de recursos judiciales para impedirlo.
En la VIII Región, canalistas y empresarios turísticos se oponen
a la central de pasada Trupán aprobada por la Corema en el sector
del Salto del Laja.
En la Séptima Región, los habitantes de Constitución
y Chanco se agruparon para rechazar la termoeléctrica Los Robles.
En Valparaíso, la construcción de tres nuevas centrales termoeléctricas
en Puchuncaví y Ventanas despertó a varias ONG. Dicen que la
zona está saturada ambientalmente.
Otro proyecto termoeléctrico (Farellones) en la IV Región también
tiene contradictores.
Diálogo imposible
La noruega SN Power proyecta tres centrales de pasada en Panguipulli. En
noviembre de 2007, comunidades mapuches cerraron el paso a los contratistas,
y el 7 de enero, su gerente, Mario Marchese, fue atacado a balazos en Santiago.
La empresa enfrenta la oposición de las comunidades indígenas,
cuyo vocero, Jorge Huanque, ya les avisó que no aceptarán hidroeléctricas
en la zona. El diálogo no ha sido posible.